RICK PARFITT “Over and Out”

(EarMusic)

Algo más de un año después de su muerte, nos encontramos con este trabajo póstumo del guitarrista y cantante inglés Rick Parfitt, conocido universalmente por liderar durante décadas junto a Francis Rossi a los celebérrimos Status Quo. Una banda con la que conquistó a los fans de todo el mundo y donde se dejó el alma hasta que su salud le dejó tras sufrir un ataque al corazón unos meses antes de fallecer. Pero durante este tiempo Rick no estuvo parado y fue capaz de dar forma a este su único disco en solitario, siendo completado posteriormente por la productora Jo Webb, acompañada entre otros por los bajistas y compañeros en Status Quo John “Rhino” Edwars y Alan Lancaster, y por los guitarristas Brian May (Queen) y Chris Wolstenholme (Muse).

Y lo que encontramos en este disco es básicamente lo que cabía esperar de Parfitt, rock and roll de la vieja escuela, sencillo, con ritmos alegres y pegadizos, buenas melodías y entrañables sonidos llenos de encanto en algunos pasajes más tranquilos. Arrancando con la resultona “Twinkletoes” rock ligerito rodeado de curiosos arreglos de guitarra y teclados acompañando unos coros que recuerdan a la E.L.O. en su estribillo, como sucede en el romántico medio tiempo “When I Was Falling In Love” adornada por unos deliciosos arreglos orquestales y acústicos acompañando una preciosa interpretación vocal.

Más de crudeza y ritmo en “Lonesome Road” y en “Fight For Everyday”, puro Quo, melodías contagiosas y guitarras reconocibles Made In England acompañadas del siempre efectivo sonido de pianola resultando de lo más divertidas, al igual que “Everybody Knows How To Fly” que nos hace mover el pie con su magnífico maridaje de armónica y guitarra.

Se suaviza bastante en la entrañable “Over And Out” envolvente y acogedor medio tiempo lleno de encanto marcado por unas logradas armonías vocales doblándose con delicadeza, y en la balada “Without You” preciosa pieza con cuidados detalles de percusión y cuerda rodeando una sentida interpretación vocal, volviendo a coger ritmo con la ingenua “Long Distance Love” acercándose al A.O.R. en su melodía de voz dentro de una sencilla estructura con pellizco.

Para el final dos cortes distintos pero igualmente brillantes, el primero “Lock Myself Away” que con nos hace bailar a ritmo de puro rock and roll primigenio de reminiscencias cincuenteras con voces doowap, guitarras ligeras y sonidos de contrabajo. Sirve como colofón la pantanosa “Halloween”, única composición que pasa de los tres minutos y medio de duración a ritmo de blues rock sinuoso y descarnado con unos excelentes coros y un curioso sonido de serpiente de cascabel como invitado especial.

Buen cierre para un notable disco que sirve para recordar y completar el legado de una de las grandes figuras del rock británico de todos los tiempos a la que siempre se echará de menos mientras Rossi y compañía sigan dando caña en los escenarios.

Mariano Palomo