(CD
Music)
He de confesar que desde que escuché
el trabajo de debut de los canarios Natribu,
“Camino”, les había perdido la pista
por completo. Ahora, después de otro disco y un EP, vuelvo a tener noticias de
ellos en esta su cuarta entrega. En su momento me parecieron que eran una banda
que no tenía muy claro el camino a seguir, pero la diferencia a mejor que he
podido encontrar en estos años transcurridos es muy considerable. En general
podemos decir que se decantan por el heavy metal pero que no se cierran a
incursiones en otros ámbitos.
El redondo no puede arrancar mejor con
“Respirar”, una canción con mucha fuerza que no por casualidad han elegido como
single y para rodar su vídeo-clip. Tiene tanta garra que por comparativa hace
parecer floja a la siguiente, “Sueños Rotos”. Con “Pedir Perdón” tenemos una
dosis de heavy metal que no está nada mal. “Acorán” es un medio tiempo
excelente, de los que gustan a la primera. “Elima” es otra canción lenta. Sin
estar mal, no puedo evitar que me guste más la anterior. “Decir Adiós” el
tercer medio tiempo consecutivo, es bastante original porque la música pasa a
un segundo plano, casi se convierte en ambiental. Llegados a estas alturas del
disco, ya cansan un poco tantos temas seguidos en el mismo plan.
Se rompe lo que ya empezaba a ser
monotonía con “Maho”, un instrumental muy bueno, de los que no se hacen en
ningún momento pesados, también ayuda su corta duración. En “Mis Motivos” se
perciben unos toques arábigos, es un tema que no termina de arrancar del todo. La
canción que más se sale de la tónica general es “Borbones y Verbenas”, más propia de un grupo de nu-metal. Una de
las mejores es “No Tiene Piedad”, muy buena y cañera. Sería un buen broche
final, pero todavía faltan los “bonus-tracks”.
Los dos primeros extras son canciones
repetidas, grabadas de diferente forma. Empiezan con “Sueños Rotos”, con la
colaboración de la voz de Alberto Symon.
Después viene “No Tiene Piedad” esta vez el cantante invitado es Pedro Guijarro. Y el final definitivo
resulta ser “El Cuento de Alcorán”, que es eso, un cuento recitado.
Quizá el mayor activo de Natribu sea la voz de Chapi. Esta chica se desenvuelve bien
en todos los ámbitos, es desgarradora en las composiciones más cañeras y se
adapta sin problema alguno a las canciones más melódicas. Y precisamente, como
henos visto, variedad es lo que no falta en este “Acorán”, Habrá temas que gusten más y otros que gusten menos, pero
no se podrá calificar a Natribu de
lineales ni de aburridos.
Nacho
Jordán
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