lunes, 23 de octubre de 2017

SHAKRA “Snakes & Ladders”


(AFM Records)

Shakra, una de las bandas en activo con mayor trayectoria de la escena hard rockera suiza, siguen adelante publicando trabajos y con una decena de títulos en estudio a sus espaldas en unos días pondrán en circulación su decimoprimera entrega para seguir recuperando su sonido más reconocible que en cierto modo perdieron en una etapa intermedia supeditándolo a tendencias más contundentes y actuales hace unos años.

Lejos quedan ya los primeros tiempos del grupo con el vocalista Pete Wiedmer al frente junto a los guitarristas Thom Blunier y Thomas Muster cuando su música estaba más cerca del hard melódico clásico, para ir metalizándose y actualizándose paulatinamente desde la entrada de Mark Fox en la banda en 2003 para la grabación de su notable cuarto álbum “Rising” y dejando posteriormente otros tres correctos trabajos pero no tan brillantes para ir perdiendo poco a poco frescura y dinamismo. Algo que se tradujo en el relevo del cantante siendo sustituido por el exótico John Prakesh con el que registraron otro par de referencias con las que parecían querer relanzarse pero sin acabar de conseguirlo, hasta que Fox volvió en 2015 para grabar unos meses después “High Noon” uno de sus mejores trabajos, refrendado ahora con este “Snakes & Ladders”.

Un disco en el que la energía y la contundencia están al servicio de la melodía, y no al revés como en otras ocasiones, con un buen trabajo compositivo ofreciendo los elementos reconocibles de la banda, aportando además versatilidad y una más que competente producción para redondear un atractivo resultado final, actual pero sin perder la esencia del hard melódico. Aunque el comienzo despista un poco con “Cassandra’s Curse” un tema algo oscuro y en absoluto directo para empezar pero que encierra una compleja y elaborada instrumentación con sinuosos y robustos pasajes rítmicos entre los que se desliza una cavernosa pero clara melodía vocal, haciendo que gane enteros a cada escucha.

Después de este primer acercamiento más atemperado, empieza la caña con la dinámica y sencilla “Friday Nightmare” con unos riffs afilados y cortados de la mano de Muster y Blunier entre su rotunda pegada con un Roger Tanner que golpea sin piedad los tambores, perfectamente acompañado por Dominik Pfister al bajo. Vuelven a rebajar un poco el ritmo pero no la intensidad con el tema título “Snakes & Ladders” más densa y pesada pero tremendamente cuidada en sus melodías de voz, llegando bien aunque no tan inmediata, aligerándose el sonido en la más tranquila “Something You Don’t Understand” un buen medio tiempo, sencillo, armónicamente bien trabajado creando una encantadora ambientación entre sus guitarras y voces.

Recuperan potencia y ritmo con “The Seeds” tema con fuerza y melodía de afinación alta y redobles marcados acompañando sus trabajadas voces quedándoles bastante resultona para recordar a los últimos Gotthard siendo de las que más me ha gustado. Tampoco está nada mal la sugerente “Rollin’” susurrante y sensual en sus melodías sobre una precisa base salpicada de matices dándola un gusto especial, para seguir en la línea de sus paisanos resultando más directos con la arrogante “Medicine Man” en la que destaca un magnífico solo de guitarra y su gran melodía vocal, al igual que en la pegadiza “I Will Rise Again” con un toquecillo sleazy y callejero que engancha siendo otra de las más contagiosas y poderosas.

Se relajan con la power ballad “Open Water” en la que la áspera y cálida voz de Fox sobresale junto a unas suaves rítmicas, unos bonitos coros envolventes y otro precioso solo de guitarra pleno de sentimiento. Un mínimo oasis de calma antes de volver a la carga con “The Race Of My Life” hard actual de ritmo marcado, rasgando y pegando sin perder melodía sobre todo en sus pegadizos coros, repitiendo la ecuación pero con un resultado algo menos atractivo en la más pesada “Fire In My Vains”, para rematar el disco con otro corte más melódico como “The End Of The Days” que comienza lento y acústico para desarrollarse a medio tiempo con unas marciales rítmicas que le dan un punto hímnico a lo Bonfire que les queda bastante bien. Buen cierre para este notable trabajo que confirma la recuperación de los mejores Shakra del siglo XXI.

Mariano Palomo

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