jueves, 13 de julio de 2017

TEN “Gothica”

(Frontiers Music)

Desde que Ten aparecieron en la escena británica a mediados de los noventa con su exquisita ópera prima llamando la atención de los fans de los sonidos melódicos, la banda liderada por el vocalista Gary Hughes ha ido avanzando en su trayectoria musical con irregular resultado, alternando fases realmente brillantes y fructíferas con otras más grises y estériles, variando su sonido añadiendo elementos más duros y progresivos respecto al A.O.R. más clásico que ofrecía en sus inicios.
Todo esto siendo capaces de crear un sonido reconocible, sobre todo por el particular timbre de voz de su frontman, único miembro del grupo, además del guitarrista John Halliwell, que participa en todos sus discos. Ambos han ido variando de compañeros de viaje en estas dos décadas, habiendo estabilizado la formación en los últimos años siendo este “Gothica” el tercer trabajo consecutivo en el que repiten los mismos integrantes, además del productor Dennis Ward que ya se hace cargo de dicha tarea desde el álbum “Stormwarning” (2011).
Dicho lo cual, este nuevo disco me resulta bastante interesante, pero a la vez algo desconcertante, ya que por un lado parece querer continuar con la línea marcada por sus predecesores “Heresy and Creed” (2012), “Albion” (2014) e “Isla de Muerta” (2015), ofreciendo momentos épicos y misteriosos, e incluso más oscuros de lo que suelen acostumbrar. Pero por otra parte hay temas en los que nos recuerdan a sus inicios más melódicos e ingenuos.
Eso sí, todo suena a Ten, y en general suena muy bien, se nota la mano de Ward y la presencia de tres guitarristas, Dann Rosingana, Steve Grocott y el citado Halliwell, dotando de una amplia variedad de matices a las composiciones perfectamente sustentadas en la base rítmica que forman el repescado bajista Steve McKenna que volvió a la banda en 2012, y el competente batería Max Yates. Se completa la alineación con el teclista Darrel Treece-Birch que también deja buenos detalles a lo largo del disco.
Un disco que se abre con una extensa pieza marca de la casa como es “The Grail” corte de temática medieval reflejada en su elaborado y asequible sonido en el que sus potentes melodías de guitarra se mezclan con épicos aportes de teclados para acompañar la personal voz de Hughes con esos tonos graves y recitantes entre los que se desenvuelve habitualmente. Cambio de onda tras un misterioso comienzo en la hard melódica “Jeckyll and Hyde” corte sencillo y resultón con una pegadiza melodía en su estribillo y guitarras con un punto vacilón que la hace entrar con facilidad, pasando a terrenos más sinfónicos con el evocador medio tiempo “Travellers” donde destaca la profundidad de sus voces y sus cuidados arreglos envolviendo de melodía unos punzantes riffs que aportan la carga de fuerza necesaria.
Vuelven los aires medievales con el suave comienzo de “A Man For All Seasons” que se ve sobresaltado con la rotunda irrupción de guitarras y batería para ir oscilando en su desarrollo entre momentos relajados, otros sinfónicos y épicos, e incluso teatrales, recordando en cierta medida a sus paisanos Magnum. Nuevo cambio de sonido con uno de mis temas favoritos del disco “In My Dreams”, hard-A.O.R. lleno de preciosas melodías con unas buenísimas voces dentro de un alegre ritmo con un punto romántico y optimista recordando a sus comienzos, solo de guitarra incluido a lo Vinny Burns.
Se relaja el ritmo de nuevo con el melancólico comienzo de “The Wild King Of Winter” que rompe potente con elementos progresivos, guitarras duras y teclas sinfónicas creando de un sonido desafiante entre el que sobresale su claro estribillo, como sucede pero en clave baladística en “Paragon” envolvente, suave, triste, con un bonito piano acompañando la expresiva y profunda voz de Hughes, tornándose mucho más viva y alegre en la circense “Welcome to The Freak Show” que con su aire festivo y desenfadado resulta de lo más entretenida resaltando su crujiente y melódico sonido de guitarras a lo Leppard.
En el tramo final vuelven los redobles y las guitarras guerreras, un poco a lo Dare, en el inicio de “La Luna Dra-Cu-La” que resulta de lo más curiosa y pegadiza con su quedón estribillo marcando sus sílabas, de hecho ha sido elegida como primer single por la compañía, siendo de las más recordables también por sus buenas guitarras. Unas guitarras que se suavizan para dejar una vez más que la voz y el piano ocupen el primer plano en la romántica balada “Into Darkness” arrullando con unos agradables coros y un preciosista solo de guitarra, aunque algo emborronada ligeramente por unos punzantes riffs que me resultan algo fuera de lugar.
Bonito cierre para un disco que en conjunto me parece más que notable de una banda como Ten que en los últimos años parece ir recuperando buenas sensaciones.

Mariano Palomo

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