miércoles, 19 de julio de 2017

RIVERDOGS “California”


(Frontiers Music)
Seis años después de su vuelta con el intranscendente “World Gone Mad”, la formación original de Riverdogs vuelve a la palestra con un trabajo como este “California” que mejora notablemente a su predecesor, acercándose al nivel de su segundo disco “Bones” (1993) y al de su gran debut homónimo de 1990 con el que sorprendieron teniendo como único miembro conocido en sus filas al guitarrista Vivian Campbell (Dio, Whitesnake, Def Leppard).
El hacha irlandés entró a formar parte de la banda en un principio como productor, pero finalmente se unió al batería Marc Danzeisen, al bajista Nick Brophy y al magnífico guitarrista y sobre todo cantante Rob Lamothe para convertirse en una banda de culto que llamaba la atención sobre todo por su buen gusto a la hora de mezclar hard melódico y blues haciéndolo asequible y de gran calidad.
En este nuevo disco se cumplen de nuevo estas premisas, con un excelente Lamothe derrochando pasión y energía tanto a la voz como a la guitarra formando una notable pareja con Campbell, algo que empezamos a comprobar en la directa “American Dream” hard rock con filo y llegada con un estribillo clarísimo coreado a base de “hey, hey, hey” quedando de lo más resultona dentro de su sencillez. Empiezan a explorar territorios blues con la atemperada “The Revolution Starts Tonight” con unos adecuados rasgueos acústicos acompañado unos afilados riffs y unas cálidas melodías vocales que lo envuelven todo con clase.
Profundizan aún más en clave blues con la tórrida “Something Inside” nítida, sensual, con un punto polvoriento en sus guitarras que le carga de esencia para que luzca la voz de Rob subiendo tonos sin estridencias, para caer luego algo en el medio tiempo “Golden Glow” melódico y agradable pero algo monótono para mi gusto a pesar de su sentido solo de guitarra. Una guitarra que sigue brillando en la hard rockera de comienzo inquietante “You’re Too Rock’n’Roll” que a pesar de no tener demasiado ritmo tiene un encanto especial por sus sonidos envolventes.
Igualmente intensa y envolvente resulta “The Heart Is a Mindless Bird”, que comienza suave y lenta con unos bonitos arreglos electroacústicos acompañando una cálida melodía vocal, acelerando en su parte final con un incendiario solo de guitarra lleno de energía, algo que encontramos también a continuación en la breve “Searching For a Signal” de ritmo alto amortiguado en su parte central por unos evocadores momentos antes de atacar de nuevo golpe de riff.
Otro de los momentos más intensos del disco lo encontramos en la hard blues “Welcome To The Disaster”, tórrida, profunda, expresiva, con pellizco en su atormentada interpretación tanto vocal como instrumental, rematando con un gran solo de guitarra todo sentimiento con la acústica acompañando por debajo. De aquí hasta el final el disco cae un poco y no me llega tanto, con temas como la cadenciosa “Ten Thousand Reasons” que me resulta sosa dentro de su onírica ambientación, animándose algo con “Catalina” sobre todo por su incisivo solo de guitarra, para cerrar con la relajada “I Don’t Know Anything” que siendo agradable a la escucha tampoco es de las más brillantes.
Un final algo menor que no desluce un notable conjunto que supongo que agradará a los fieles del grupo después de la pequeña decepción que supuso su anterior entrega.
Mariano Palomo

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