martes, 18 de junio de 2013

BLACKMORE’S NIGHT “Dancer And TheMoon”

(Frontiers / Mastertrax)

Lo que algunos consideramos en su momento como un capricho o devaneo esporádico del gran Ritchie Blackmore con la música medieval y renacentista a mediados de los noventa lleva camino ya de tres largos lustros de producción discográfica. Algo que en mi opinión no estaría mal como complemento de la faceta principal por la que conocemos y admiramos al guitarrista de Deep Purple y Rainbow, pero que a los que amamos su legado hard rockero se nos queda corto, muy corto. En cualquier caso creo que no me queda más remedio, aunque me siga costando, que hacerme a la idea de que por ahora la única forma que tenemos de disfrutar del talento de Blackmore es a través de este proyecto junto a su querida esposa Candice Night.
Y no es que no me guste, que me gusta, bueno a partir de su segundo disco más que gustarme me resulta agradable y curioso por momentos, pero no me llena a pesar de su inmaculado sonido, del cuidado extremo que se adivina en sus arreglos utilizando infinidad de instrumentos y sonidos poco usuales, de la dulzura de la voz de Candice, del buen hacer siempre de Rithcie, pero no, ya me cansa y me suena demasiado repetitivo aunque incorporen algún elemento nuevo en cada trabajo.
En este caso parecen querer acercarse a la cultura zíngara y eslava en temas como la animada “Troika” con sus panderetas, palmas y coros folklóricos que invitan a cogerse de la mano y formar un corro alrededor de las cintas de colores, siguiendo la misma senda festiva aunque en clave más acústica y medieval con “Dancer And The Moon”, quedando más comercial e interesante “I Think It’s Going To Rain” electroacústica dulce pero con más ritmo que la media.
Y es que este disco está lleno de temas relajados marca de la casa como “The Last Leaf” tan agradable como monótona con ese aire bucólico habitual que se reproduce a base de acústica pellizcada y flauta en las narrativas “The Ashgrove” y “The Spinner’s Tale” que bien podían hacer la competencia con la voz de Candice a los cuentos televisivos de Shelley Duvall (apunte friki para los que tenemos ya una edad y veíamos Barrio Sésamo). También hay momentos instrumentales, breves eso sí, con estas características, caso de la ligeramente orquestada medieval “Galliard” y de la juglaresca “Minstrels In The Hall” (¿cuántas veces habrá utilizado Blackmore el término “Minstrel” en su discografía?).
Curiosa la doble versión la que hacen un tema dándole la vuelta a su título. Primero como “Somewhere Over The Sea (The Moon Is Shining)” siguiendo con el ritmo lento y suave mejorado por un postrero apunte eléctrico, que se torna tímidamente electrónico para el arranque de “The Moon Is Shining (Somewhere Over The Sea)” prácticamente con la misma melodía y letra que la anterior pero con una fantástica guitarra eléctrica y teclados que aumentan su ritmo y brillo.
Menos mal que, sin volverse locos, suelen dejarnos alguna perlita más eléctrica y rockera para que no nos olvidemos del todo de donde viene la historia. Además en este caso lo completan con un par de versiones, bueno una versión y una autoversión concretamente. La primera es una deliciosa revisión del clásico “Lady In Black” de Uriah Heep llevada al terreno medieval con aportes de flauta, ligeros toques de pandereta y percusiones suaves que se adaptan perfectamente a la estructura setentera sinfónica de la original repuntando con más presencia de guitarra eléctrica al final.
La autoversión es la de la inmensa “Temple of the King” de Rainbow que rescatan con una tremenda sensibilidad en clave más ligera, con una base rítmica más suave pero respetando las incursiones eléctricas de Blackmore recordándome una vez más por qué es mi guitarrista favorito de siempre. También destacable la labor de Candice que tiene la complicada papeleta de ponerse en el lugar de Ronnie James Dio cumpliendo con solvencia pero obviamente en un tono y timbre menor que el original.
Ahora, que para sentimiento, el que desprende la maravilla instrumental que cierra el trabajo “Carry On… Jon”, una composición que Ritchie dedica a Jon Lord, su amigo y compañero en Deep Purple recientemente fallecido, y en la que el inconfundible sonido hammond del maestro aparece complementando una emocionante exhibición de guitarra de cadencia lenta y profunda.
Un bonito punto final para este trabajo que, aun con momentos ciertamente remarcables como los indicados, sigue dejándome a la espera más por parte de Blackmore, y si puede ser como Rainbow mucho mejor, por pedir que no quede. La esperanza es lo último que se pierde, ¿no?
Mariano Palomo

MAT SINNER “Back to the Bullet” (Reedición)

(AFM / Avispa)

No es habitual que en Alianza comentemos reediciones de discos ya que normalmente poco o nada aportan, bien porque apenas incluyan extras o alicientes complementarios a los originales, bien por su amplio conocimiento al tratarse de obras clásicas, o bien porque, por el contrario, nunca tuvieron el nivel suficiente para despertar nuestro interés. Pero en este caso que nos ocupa creo que es oportuno recordar este trabajo del bajista, cantante y compositor Mat Sinner, conocido sobre todo en la actualidad por su trabajo en Primal Fear, sin olvidarnos de Voodoo Circle.
El disco que nos ocupa fue publicado originalmente en 1990 y, como sucedió con muchos de los aparecidos en esa época, pasó bastante inadvertido entre la vorágine de lanzamientos que nos inundaba, pero con el tiempo se ha convertido en una cotizada pieza de coleccionismo que ahora vuelve a estar disponible gracias a AFM Records. Este trabajo es el único que Mat Sinner ha publicado bajo su propio nombre hasta la fecha, y podemos considerarlo consecuencia y evolución lógica de su banda primigenia Sinner con los que ya había sacado media docena de buenos trabajos y con los que sigue publicando discos, el último “One Bullet Left” en 2011.
Este “Back To The Bullet” recoge el sonido hard & heavy más melódico y asequible de Sinner, con temas tremendamente pegadizos y hasta comerciales por momentos, pero sin olvidarse de la fuerza y energía siempre presentes en la trayectoria del rubio bajista alemán. En este disco además se hace cargo de la voz (como siempre también en Sinner), cumpliendo con creces con un registro menos áspero y agresivo de lo que nos tenía acostumbrados últimamente. En este disco no se complicó la vida a la hora de buscar colaboradores y tiró de los músicos con los que compartía y en algún caso sigue compartiendo banda, como en el caso del fantástico guitarrista Alex Beyrodt (Primal Fear, Sinner, Voodoo Circle) que forma una brillante pareja de hachas junto a Tom Nauman (ex Primal Fear, ex Sinner). El competente batería Tommy Resch (ex Sinner) y el prácticamente inadvertido teclista Tommy Geiger (ex Sinner) completan la formación.
Ciñéndonos al contenido del disco, con portada actualizada ahora pero manteniendo el sentido de la original, lo que más me gusta es lo fácil y entretenido que es de escuchar, como decía antes con temas directos y sencillos, que no simplones, llenos de estribillos claros y melodías de guitarra compactas y nítidas que te hacen corear y mover el zapato. Temas potentes como el que da título y apertura a la obra “Back To The Bullet” eficaz corte que entra a la primera con su estribillo coreado en la más pura tradición germana, como lo está también la veloz melódica “Tear Down The Wall” con un incendiario y trabajado juego de guitarras dobladas, que se afilan de nuevo para cortar el ritmo melódico y poderoso de “Every Seconds Count”, hard rock de alto octanaje ideal para el directo por sus coreos, y donde Mat deja su impronta con una marcada línea de bajo.
En esta onda cañera y melódica se desarrollan la mayoría de temas, dejándonos momentos curiosos como en la punzante y relinchante versión de “Crazy Horses” de The Osmonds, más tranquilos e intimistas en la cálida balada electro-acústica “Call My Name” que se rompe con un solo eléctrico bastante durito, o más festivos en la movida “Down Undercover” que me recuerda mucho en su sonido a Fastway por su gran melodía de voces y su estribillo matador.
“In The Name Of Rock & Roll” es más sencilla y machacona en su desarrollo, como alegato rockero no está mal pero acaba por cansar un poco, al igual que la más melódica “Wildest Dreams” que pierde un poco de intensidad en sus subidas y bajadas de ritmo a pesar de su buen estribillo, mejorando con “Face To Face” que sin acelerar demasiado si resulta más intensa sobre su insinuante propuesta rítmica.
En el final la cosa crece notablemente para dejarnos un muy buen sabor de boca con dos cortes vivos y pegadizos como son “Crying In Wires” que dentro de su sencillez y reiteración engancha con facilidad, y “She’s Got The Look” que en su momento apareció como tema extra y que me parece de lo mejorcito del disco con un festivo rollo hard rockero contagioso que hace que se te quede en la cabeza a la primera.
Lo dicho, buen disco, sólido, solvente y entretenido, que vuelve a estar al alcance de todos los públicos, tanto de los que no pudieron conseguirlo en su momento como los que pueden descubrirlo ahora por primera vez. En cualquiera de los casos muy recomendable si te gustan Bonfire, Victory, Praying Mantis, o los Accept y los propios Sinner más melódicos.
Mariano Palomo

lunes, 17 de junio de 2013

MAGNUS KARLSSON’S FREE FALL “Magnus Karlsson’s Free Fall”

(Frontiers / Mastertrax)
Parece que después de participar en un buen número de proyectos, bandas y colaboraciones, el señor Magnus Karlsson quiere tomar las riendas de su carrera en solitario arrancándola ahora con esta brillante encarnación en solitario bajo la denominación de Free Fall. Un disco en el que explota su enorme talento bien rodeado de algunos de los artistas con los que comparte o ha compartido trabajo, demostrando ser hoy por hoy uno de los mejores compositores y guitarristas de la escena tanto hard rockera como heavy metalera.
Seguramente el gran público lo habrá conocido hace relativamente poco por su reclutamiento para las filas de Primal Fear, pero los inicios de la carrera discográfica de Karlsson se remontan a finales del pasado siglo XX cuando participó en dos de los discos de los potentes Midnight Sun, pero no fue reconocido en mayor medida hasta 2001 encabezando Last Tribe, una interesante banda de metal melódico con la que registró tres trabajos. Desde entonces ha sido reclamado para componer y tocar en proyectos de la talla de Starbreaker, Allen/Lande, o Kiske/Somerville entre otros.
Para esta nueva aventura Magnuns se hace cargo de casi toda la instrumentación, contando para la percusión con otro grande como Daniel Flores que se encarga además de la mezcla y masterización, dejando también para el protagonista principal el trabajo de producción, logrando ambos un brillante, rotundo y versátil sonido que acoge la composiciones hechas a la medida de cada uno de los ilustres vocalistas que participan en el disco, incluido el propio Karlsson que no lo hace nada mal en los tres cortes en los que pone su voz.
La versatilidad del sonido viene dada por su capacidad para adaptarse a las características de cada uno de los cantantes participantes notándose que ya ha trabajado antes con muchos de ellos, pero quizá la característica común sea el acertadísimo balance que consigue de potencia y melodía logrando momentos llenos de virtuosismo pero creando canciones con identidad y llegada, sin resultar un clinic cargante tan del gusto de algunos guitar heroes. Por todo lo expuesto es complicado encuadrar el disco dentro de un estilo concreto, o destacar algún tema sobre el resto, ya que dentro de su variedad su escucha resulta bastante uniforme en cuanto a calidad aunque pueda abarcar desde el hard melódico al power metal.
Como decía una de las mayores y más gratas sorpresas de este disco ha sido comprobar que como vocalista Magnus también se defiende a buen nivel, sin llegar al de la mayoría de sus invitados que luego detallaremos, pero sí ofreciendo un timbre de voz muy melódico pero no exento de potencia muy apropiado para temas de power  pulido y cristalino como “Heading Out” que destaca por su precisa base técnica y por sus preciosistas arreglos, “Ready Or Not” en el que las melodías de voz y guitarra convencen sobre su ritmo cortado resultando pegadiza, al igual que la resultona final “On Fire” que comienza tranquila para ir cogiendo pegada y dureza pero manteniendo una gran carga comercial en su estribillo.
Empezamos a desgranar la nómina de grandes vocalistas de este disco, participando cada uno en un tema, con el norteamericano Russell Allen (Symphony X, Allen/Lande, Adrenaline Mob) que pone su personal voz al tema que da nombre al proyecto “Free Fall” con cierto aire neoclásico en sus aportes de teclas y guitarras pero tremendamente melódico y directo en su estructura vocal y estribillo, muy Allen/Lande como sería de esperar. Tampoco sorprende Ralph Scheepers (Primal Fear) subiendo notas pero sin estridencias dentro de la más sencilla “Higher” en la línea de las últimas entregas más melódicas de Primal Fear, aunque para melódico y suave el intenso medio tiempo “Stronger” en el que Tony Harnell (TNT, Starbreaker) se sale redondeando una de las interpretaciones más brillantes del disco sin necesidad de llegar a los agudos imposibles de antaño dentro de una espectacular canción que acaba atrapando sin remedio.
Sube el octanaje sin olvidar la melodía con el power metal rotundo y técnico que encierra “Not My Saviour” donde Rick Altzi (At Vance, Masterplan) demuestra su gran talla vocal adaptando sus capacidades a los breaks y cambios algo progresivos que salpican el tema, retornando a territorios más hard melódicos con la trabajada y pegadiza “Us Against The World” con una enorme labor vocal a cargo de David Readman (Pink Cream 69, Voodoo Circle).
Nueva andanada power metalera dentro de este vaivén estilístico con “Our Time Has Come” de nuevo con detalles progresivos en sus ritmos y barrocos en sus adornos para que Mark Boals (Yngwie Malmsteen, The Codex) saque a relucir unos buenos repuntes vocales. Más heavy-power melódico para la envolvente “Last Tribe” apropiado título para volver a juntar a Karlsson con el cantante Rickard Bengtsson (Last Tribe) creando un corte muy melódico con retazos épicos al estilo de la banda que compartieron ambos hace una década.
Se completa el CD con dos cortes en los que colaboran dos vocalistas quizá menos conocidos pero igualmente interesantes. El primero de ellos “Fighting” me deja un poco a medias, creo que le falta algo de garra a pesar del buen trabajo vocal de Herman Sming (A.C.T.) y de su pulcra instrumentación rozando el sinfonismo, resultándome más atractiva “Dreamers & Hunters” en clave de metal progresivo suave pero con ritmo y llegada con un fantástico Mike Andersson (Star One, Cloudscape) dejando constancia de su clase con un registro cercano al de  Russell Allen.
Disco muy completito como podréis comprobar cuando os lo echéis al oído  y que reafirma a Magnus Karlsson como uno de los mayores talentos de los que podemos disfrutar hoy en día. Esperemos que este proyecto no quede en una anécdota de un solo disco como ha sucedido tantas veces, y que nos siga regalando más entregas de este nivel.
Mariano Palomo

JORN “Traveller”

(Frontiers / Mastertrax)

Uno de los vocalistas más activos del panorama hard & heavy acaba de poner en circulación una nueva tirada de composiciones originales, tras dejarnos hace unos meses una correcta recopilación de algunos de sus temas barnizados de arreglos orquestales bajo el título de “Symphonic”. Casi sin tiempo para degustar esta revisión y apenas un año después de su anterior disco en estudio “Bring Heavy Rock To The Land”, el rubio cantante nórdico vuelve a la carga con este “Traveller” en el que una vez más vuelve a cambiar a algunos de sus compañeros de viaje, en este caso entran a formar parte de la banda dos miembros de los glammies Wig Wam, el bajista Bernt Jansen (Flash) y el guitarrista Trend Holter (Teeny), sustituyendo respectivamente a Nic Angileri y al su, hasta ahora, casi inseparable Tore Moren, permaneciendo en el grupo el batería Willy Bendiksen y el guitarrista Jimmy Iversen.
Estos cambios creo que se dejan notar sobre todo en el sonido de guitarras del disco, que sin dejar de ser duro y punzante por momentos, no tiene ese grado tan alto de distorsión y pesadez que aportaba Moren, irredento admirador de Zakk Wylde. Iversen y Holter se reparten solos y armonías con acierto, dentro de unas estructuras a las que nos tiene acostumbrados Jorn en sus composiciones, con ese indisimulado aire Sabbath-Dio que cada vez parece más marcado, haciendo que todo sea tan correcto como previsible, eso sí, dejando siempre lugar a cuidadas melodías tanto vocales como instrumentales.
Se abre el disco con la pesada y nítida “Overload”, que a pesar de su ambiente un tanto siniestro tiene suficiente melodía y dinamismo como para no resultar espesa, sobre todo por la limpieza de sus guitarras brillando sobre la sólida base rítmica que marcan Jansen y Bendiksen, resultando más monótona en la correcta “Cancer Demon” salpicada por los golpes de voz de Lande en tonos medios, y mucho más movida en la clásica “Traveller” con las guitarras en su punto justo dando réplica a las andanadas vocales a lo Dio, y en la guerrera “Widow Maker” en la que el cantante noruego deja traslucir otra de sus grandes pasiones recordando en su ritmo y en sus guitarras a los Thin Lizzy más cañeros pero con una magnífica melodía vocal central luciendo sin necesidad de forzar.
Cadencia pesada para la más densa “Make Your Engine Scream” que a pesar de su buena melodía no acaba de romper, consiguiéndolo a continuación con rotundidad en la dinámica “Legend Man” de sonido clásicamente hard con unos interesantes aportes de teclado que quizá también supongan un guiño al también recientemente desaparecido Jon Lord, adornando uno de los mejores cortes del disco, espesándose de nuevo en la sombría “Carry The Black” melódica pero algo plana haciéndoseme largos sus más de seis minutos de duración.
El último tercio del disco me resulta bastante interesante y entretenido, comenzando por el heavy rock lleno de motivación que propone “Rev On” con unas guitarras que me recuerdan a las de Vivian Campbell en “Holy Diver” o “The Last In Line” (los discos) quedando resultona. El sonido se torna más Blackmore en la competente “Monsoon” muy melódica incluyendo un cambio de ritmo lento en su parte central con un sentido solo de guitarra para volver a remontar en su parte final. El cierre definitivo lo pone otro de los temas grandes del disco, “The Man Who Was King”, una pieza llena de feelin’ y cierto dramatismo en la que, a ritmo medio, una vez más Jorn rinde tributo con acierto a Dio, tanto en su timbre de voz como en su mensaje homenajeando al gran Ronnie.
Resumiendo, como decía antes este “Traveller” quizá resulta un tanto previsible, en buena medida por el excesivo mimetismo que el señor Lande ha establecido con su idolatrado Dio (no hay más que ver las continuas referencias a lo largo de su carrera al desaparecido cantante de Rainbow y Black Sabbath), pero en esta ocasión el sonido me ha resultado más asequible y fluido, y sobre todo como siempre ejecutado con clase y nivel. Parece que los cambios le han venido bien, a ver cuánto duran.
Mariano Palomo

martes, 4 de junio de 2013

OLIVA “Raise The Curtain”

(AFM / Avispa)

Tras dejar atrás la etapa como Jon Oliva’s Pain, el carismático vocalista norteamericano Jon Oliva pone en circulación, con su apellido como cabecera, un nuevo trabajo bajo el título de “Raise The Curtain”. Un disco que contiene temas que Jon ha compuesto en los últimos años junto a Dan Fasciano y que recogen parte del legado que dejó inacabado su hermano Criss antes de perder la vida en un accidente de tráfico hace ya veinte años. La desgracia y la tragedia parecen estar siempre presentes en la trayectoria del ex líder de Savatage, ya que hace un par de años también fallecía su amigo Matt LaPorte, que le acompañó como guitarrista en Jon Oliva’s Pain, y al que en cierto modo dedica este álbum.
Todo este dramatismo queda reflejado en este trabajo, pero con un componente de luminosidad y versatilidad musical que lo hacen de lo más interesante, y en absoluto oscuro o aburrido, aunque lógicamente hay partes más densas, con el rock sinfónico progresivo más clásico muy presente, sin olvidar por supuesto el heavy metal, y recordando en distintas fases a sus bandas precedentes, sobre todo por ese componente teatral e interpretativo inconfundible.
Comienza sorprendiendo con el tema título, una brillante pieza instrumental con ligeras aportaciones de voces líricas que es puro sinfonismo de esencia setentera en el que los teclados brillan con sus aires a lo Kansas junto a unas preciosistas incursiones de guitarra y percusión. En la misma línea pero ya con mayor distorsión y pegada desarrollan la retadora “Soul Chaser” con la áspera voz de Oliva amortiguada por unos inquietantes teclados. Continúa la función con “Ten Years”, circense, burlesque, teatral, llamémoslo como queramos, por sus sonidos de teclado-viento muy presentes sobre unos sonidos progresivos, para seguir sorprendiendo con la más ligera “Father Time” guitarra wa-wa, ritmo animado y voz más limpia, resultando bastante asequible y original recordando un poco a Alice Cooper en sus inicios.
Primer momento lento con la profunda y misteriosa “I Know” de instrumentación básicamente acústica con piano y guitarra como protagonistas, acompañados por buenos aportes eléctricos y de percusión, para que Oliva despliegue su talento interpretativo con sentimiento, para volver a la vena más cañera en “Big Brother” tremendamente expresiva y convincente por su rotundo ritmo, extendiéndolo y cortándolo en la terrorífica “Armageddon” con teclas clave, aullidos, sonidos bélicos, sirenas y coros apocalípticos para generar una ambientación acorde con su título, monótona pero con cierto encanto.
Nueva incursión acústica con la cálida balada “Soldier” en la que voz y piano brillan acompañados por unos sonidos de flauta evocadores destilando melancolía, creando una bella y triste historia, que desemboca seguidamente en uno de los temas más curiosos del disco “Stalker” sostenido sobre una sólida base va dibujando sinuosos sonidos de sitar y teclados que se abren hueco entre la interpretación vocal de Oliva casi recitante por momentos entre algunos cortes de ritmo secos típicamente progresivos.
Sigue la onda progresiva, pero más dinámica con “The Witch” que comienza tranquila con el piano habitual, para ir creciendo magníficamente en su desarrollo, con la aportación de la técnica percusión de Christopher Kinder (Jon Oliva’s Pain) marcando los tiempos con clase junto a unas trabajadas guitarras alternando melodía y profundidad, relajándose después en el extenso medio tiempo “Can’t Get Away”, suave pero intensa, con un gran trabajo de guitarras combinando aires sombríos y cierta pomposidad, recordándome de nuevo ligeramente al señor Vincent Fournier.
En la edición digipack aparece como bonus track “The Truth”, una breve pieza acústica con toques de acordeón en segundo plano que sin decir mucho, supone un agradable cierre para este sorprendente y variado trabajo del siempre atormentado y talentoso Jon Oliva.
Mariano Palomo

lunes, 3 de junio de 2013

MASTERPLAN “Novum Initium”

(AFM / Avispa)

Tras la escasa repercusión obtenida hace tres años con su anterior disco “Time To Be King”, que contaba como aliciente extra con la vuelta de Jorn Lande al seno de la banda, Roland Grapow parece querer volver a resucitar una vez más a sus Masterplan con la publicación de esta nueva entrega bajo el elocuente título de “Novum Initium”. Un nuevo inicio obligado por la salida del grupo, me da la sensación que algo hastiados por la falta de continuidad de la banda que ni siquiera llegó a girar presentando el disco anterior, del peculiar vocalista noruego (una vez más), del bajista fijo hasta el año pasado Jan S. Eckert y del monstruo de las baquetas Mike Terrana.
Pero creo que de nuevo Grapow, ha sido capaz de juntar una buena formación capaz de dar forma a un interesante trabajo como es este que ahora ponen en circulación, contando como siempre con el fiel teclista Axel Mackenrott y con la entrada del fenomenal cantante Rick Altzi (At Vance) que hace un trabajo notable a lo largo de todo el disco, brillando sobre la competente pareja que forma la nueva base rítmica con el experimentado bajista Jari Kainulainen (ex Stratovarius) y con el aporreador Martin Skaroupa (Cradle of Filth). Dan todos ellos un muy buen nivel creando composiciones power metaleras potentes y melódicas, con algún guiño progresivo, perfectamente reconocibles para los seguidores de Masterplan, aunque todavía sin llegar a las cotas obtenidas con su impresionante debut discográfico con el que nos atraparon hace una década dejando el listón muy alto.
El disco se abre con la habitual intro orquestal que da paso a la rápida “The Game” rotunda y trabajada pieza en la que las melodías rasgadas de guitarra contrastan con los arreglos de teclados y con los matices vocales de Altzi que ya empieza a mostrar su tremendo potencial, refrendándolo de forma más áspera en la rítmica “Keep Your Dreams Alive” impregnada de dramatismo en su interpretación con unas guitarras pesadas y reiterando su estribillo-título, para volver a dinamizarse con la brillante “Black Night of Magic” enganchando con poderío y efectividad con una línea de bajo muy marcada y con una magnífica melodía de voz marca de la casa.
Toque original y distinto para “Betrayal”, marcada por unos sonidos de sitar contrastando con una rotunda percusión guerrera y una desafiante actitud vocal que puede recordar ligeramente a los mejores Manowar aunque con más matices y mayor carga melódica por sus arreglos de teclas y guitarra, que se tornan más opacos para la atormentada “No Escape” que Altzi defiende perfectamente con sus armas aunque parece estar hecha a la medida de Jorn Lande, al igual que la hipnótica “Pray On My Soul” que encierra una buenísima melodía de voces y guitarra sin perder intensidad y cierta carga épica por sus suaves arreglos de teclas y orquestales.
Vuelve la oscuridad con “Earth Is Going Down” en la que su pesada cadencia por el sonido de guitarras y cello da un aire tétrico al corte suavizado por teclados y voz, aclarándose de nuevo el panorama con la épica y peliculera “Return From Avalon” que con su ritmo guerrero, sus acertados teclados y su hímnico trabajo vocal acaba convirtiéndose en una de las canciones más llamativas y pegadizas del CD, todo lo contrario que el medio tiempo “Through Your Eyes” tan poética en su fondo como plana en su forma, agradable pero pesada.
El cierre lo pone el tema título “Novum Initium” en el que se extienden a lo largo de más de diez minutos desarrollando una dramática historia teatral que inmediatamente me trae la imagen de los grandes Savatage, con un magnífico trabajo de guitarras y teclados para que Altzi despliegue su catálogo de registros transmitiendo emotividad adaptándose a los distintos sonidos propuestos por sus compañeros, siendo más pulidos en su primera parte y algo más crudos en la segunda.
Esperemos que con este buen disco Masterplan adquieran mayor solidez y continuidad para no tener que esperar los tres años habituales entre sus lanzamientos, y que puedan presentarlo en directo para comprobar cómo resultan los temas, tanto nuevos como antiguos, con esta nueva formación que potencial creo que tiene más que suficiente.
Mariano Palomo