viernes, 22 de septiembre de 2017

WAYWARD SONS “Ghsots Of Yet To Come”


(Frontiers Music)

La figura de Toby Jepson siempre me ha llamado la atención desde que a mediados de los ochenta destacó como frontman de los maravillosos Little Angels. Tras la separación de la banda inglesa en 1994 Toby intentó afrontar su carrera en solitario pero una inoportuna neumonía le alejó de los escenarios hasta que retomó la actividad en 2002 sacando adelante a su propia banda, grabando el LP “Popkiller” (2009) de Gun y el LP “Dog Eat Dog” (2011)  de los Fastway de Fast Eddie Clarke, antes de registrar su último disco en solitario “Raising My Own Hell” (2013). Desde entonces ha estado más centrado en tareas de producción con alguna aparición esporádica en directo con Dio’s Disciples (banda de tributo a Dio).

Ahora reaparece con nuevo material liderando a una banda que bajo el nombre de Wayward Sons publica su primer trabajo en una onda de hard rock clásico de raíces setenteras donde Toby desarrolla una fantástica labor vocal además de hacerse cargo de la guitarra rítmica. Junto a él cuatro músicos poco conocidos de la escena británica, el guitarrista Sam Wood, el bajista Nic Wastell (Chrome Molly), el batería Phil Martini (ex Quireboys, Joe Elliot’s Down & Out) y el teclista Dave Kemp con el que ya trabajó tanto en la esporádica reunión de Little Angels hace unos años como en sus discos  en solitario. Todos ellos ofrecen un buen nivel aportando fuerza y calidad, aunque sin resultar excesivamente llamativos ni originales por nada en particular.

Como decía el hard de los 70’s marca bastante el sonido del disco, comenzando por “Alive” un corte con peso en su ritmo cercano al stoner pero sin resultar tan denso, con una afinación de guitarra gorda y un bajo y batería marcados entre los que incide la personal y poderosa voz de Jepson. Se aligera el ritmo y el sonido en “Until The End” más actual y dinámica con una arrogante y melódica interpretación vocal que empasta perfectamente con sus crudas guitarras completadas por un acertado aporte de órgano que engancha fácil.

También lo hace la divertida “Ghost” de ritmo alegre, chisposa melodía de voz y guitarra de nuevo bien acompañada de teclados resultando bastante atractiva, como lo es la más cruda “I Don’t Wanna Go” básica en sus rítmicas, rasgando y llegando con la voz más áspera pero clara dándole un guapo toque callejero. Siguen rascando y pegando con poderío en la seductora “Give It Away” con una buena melodía vocal que se afila agresiva en algunos momentos.

Con “Killing Time” incorporan un ligero barniz lisérgico y psicodélico a su sonido dentro de un ritmo cadencioso con las guitarras densas haciéndose un poco pesada dentro de su compacidad que se mantiene con un ritmo algo más movido en la sinuosa “Crush” con un curioso sonido de guitarra típicamente británico que puede recordar a bandas actuales del pop rock de las Islas, correcta pero no me acaba de llenar.

Más interesante me resulta “Be Still” con un deje divertido a los últimos Little Angels donde la voz y las guitarras empastan muy bien creando un contagioso ritmo completado por los teclados de Kemp, que desaparecen para dejar que irrumpa Wood con unos poderosos riffs que cortan el enérgico ritmo de “Small Talk”, para completar la obra de forma más relajada con “Something Wrong” polvoriento y sinuoso medio tiempo con un rollo Stoniano que seduce sin excesos envolviendo más que golpeando.

Buen cierre para este buen trabajo que sin acabar de rematarme del todo sí se deja escuchar bien y que sobre todo nos devuelve a un gran músico al que echábamos en falta y que ha sabido volver más que dignamente con esta nueva aventura que esperemos que pueda seguir creciendo y ofrecernos obras más redondas en el futuro.

Mariano Palomo

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