(Mascot Records)
Si el pasado año con el
lanzamiento de “Kentucky”, su último larga
duración, el cuarteto de Edmonton Black
Stone Cherry recuperaba parte de sus sonidos primigenios enraizados en el
blues y el rock sureño, ahora nos ofrecen a modo de breve pero apetecible
aperitivo un EP en el que versionan llevándose a su terreno más actual media
docena de clásicos del blues, la mitad de ellos firmados por Willie Dixon.
Comenzando por “Built For Comfort”,
corte cadencioso de pesadas rítmicas con el habitual punto de distorsión gorda
que suelen ofrecer los guitarristas Ben
Wells y Chris Robertson, con la
voz de este último arrastrándose áspera y expresiva sobre la rotunda pegada del
batería John Fred Young y sobre la
marcada pulsación de bajo de Jon Lawhon,
dejando momentos más puramente blues con detalles de slide dentro de algunos
retazos lentos y profundos.
Los otros dos cortes que aparecen
revisados de Dixon son “Hoochie
Coochie Man” y “I Want To Be Loved”, la primera con su ritmo reconocible
desprendiendo humeante esencia, descarnada en su ejecución vocal, arrastrada y
pesada en sus guitarras, adornada por unos más que acertados detalles de
viento, llegando hasta un pausado solo de guitarra pleno de sentimiento. La
segunda más aguda y ligera, con una slide que vuelve a brillar junto a una
armónica protagonista, con toques de piano por debajo completando una divertida
pieza.
Antes nos ofrecen “Champagne and
Reefer”, tema original de McKinley
Morganfield y Muddy Waters en el
que la armónica vuelve a dejarse notar aunque algo menos, mezclando sonidos
actuales con tradicionales dando un resultado atractivo y contundente, con
mucho groove y esencia, con unas guitarras incisivas llenas de fuerza dentro de
una polvorienta pero nítida ambientación, y con unas melodías de voz más que
correctas.
No se quedan atrás con “Palace Of
The King” escrita por Don Nix, Donald “Duck” Dunn (bajista de The
Blues Brothers) y Leon Russell, y donde
la voz de Robertson brilla
magníficamente acompañada de unos excelentes coros dando réplica a los punteos
incendiarios de Wells dentro un
marcadísimo ritmo que atrapa machacando pero sin saturar. Se completa este trabajo
con una vibrante revisión de “Born Under a Bad Sign” compuesta por Booker T. Jones y William Bell para Albert
King, y que aquí desarrollan respetando su tórrido espíritu pero aportando con
unas brillantes guitarras y saxo incidiendo sobre unas rítmicas pesadas y claras.
Entretenida entrega que sirve
para recordar y honrar bajo su personal prisma las raíces de la banda, sirviendo
en parte para saciar el hambre de sus seguidores a la espera de la publicación
de un nuevo trabajo propio.
Mariano Palomo
No hay comentarios:
Publicar un comentario