jueves, 29 de junio de 2017

JORN “Life On Death Road”

(Frontiers Music)

Cuando el gran Jorn Lande publicaba el año pasado “Heavy Rock Radio”, uno de sus magníficos discos de versiones, algunos le reclamábamos nuevo material propio del nivel que nos tenía acostumbrados desde que en el año 2000 comenzara su carrera en solitario. Hacía ya cuatro años que no sacaba un disco nuevo propiamente dicho y últimamente sus entregas, sin estar nada mal, no eran lo brillantes que se podía esperar del talentoso cantante noruego.
Pero la espera ha merecido la pena y con una formación absolutamente renovada contando con Mat Sinner al bajo, Alex Beyrodt a la guitarra y Francesco Jovino a la batería, la mitad actualmente de Primal Fear, y con la inestimable ayuda del genio Alessandro Del Vecchio a la producción y los teclados, creo que estamos ante uno de los mejores si no el mejor álbum de Lande en su carrera. Un disco que suena poderoso, nítido, desarrollándose con soltura, con un dinamismo que desde hace algún tiempo echaba de menos en sus discos, y que nos presenta la mejor versión del hard-heavy clásico con el que siempre hemos identificado los mejores tiempos de Jorn.
Unos graznidos lejanos de su alter ego córvido nos sumergen en el tema que da título al disco “Life On The Road”, desarrollándose sobre un riff crudo y afilado de Beyrod con gran presencia de las teclas de Del Vecchio para que Lande luzca con su poderosa y melódica voz. Mismas características aunque con mayor carga melódica en las voces de “Hammered To The Cross (The Business)” con unas guitarras magníficas compartiendo protagonismo con las teclas recordando a los mejores tiempos de Malmsteen creando un sonidazo tremendo, entrando luego en territorios más clásicos con “Love Is The Remedy” heavy rock de alto nivel a gran ritmo y con unas excelentes aportaciones instrumentales destacando sus punzantes riffs y sus orgánicos teclados, como sucede en la magnífica “Fire To The Sun” que engancha con su dinámico ritmo, siendo una de mis favoritas. Entre medias amago de relajación con “Dreamwalker” envolviéndonos delicadamente a base de sonidos acústicos y de piano antes de atacar con un potente riff y con una profunda e intensa interpretación vocal llena de sentimiento sin necesidad de subir de tono creando una extraordinaria ambientación.
Intensidad que seguimos encontrando aunque con un sonido más sombrío en la rotunda a lo Dio “Insoluble Maze (Dreams In The Blindness)” con las guitarras de Beyrodt pesadas pero nítidas recordando a etapas anteriores de Jorn, recuperando su sonido más clásicamente hard en la magnífica “I Walked Away” con una sensual cadencia bluessy a lo Whitesnake donde se deja notar el bajo de Mat Sinner y los teclados de Del Vecchio para que el vocalista nórdico muestre una vez más su capacidad como pocos para recordarnos al mejor Coverdale, otro señor temazo. Se mantiene el nivel y la línea, aunque con más ritmo metiendo algún ligero toque progresivo en sus teclados, en la misteriosa “The Slippery Slope (Hangman’s Rope)”, y en “Devil You Can Drive” con la voz de Jorn llena de magnetismo en unos tonos medios perfectos para que luzcan sus compañeros, especialmente Alex con sus fraseos de guitarra.
Llegamos al tramo final la lenta “The Optimist” un bonito con corte la profunda voz de Jorn acompañada de preciosistas detalles de guitarra española antes de llegar a un intenso solo eléctrico que rompe su linealidad, pasando luego a otro excelente corte como “Man Of The 80’s” que me recuerda mucho a la etapa del noruego en Millenium, sobre todo con aquel magnífico “Hourglass” con el que muchos empezaron a conocerle, hard melódico potente con energía y clase para rodear una nostálgica letra con la que muchos se pueden sentir identificados.
Para el cierre queda “Black Birds” comenzando lenta y profunda de nuevo con Coverdale como referencia para romper poderosa con gran pegada y ritmo donde las teclas y guitarras se mezclan con acierto dejándose notar golpeando y seduciendo con embaucadores sonidos para completar otra gran canción dentro de un buenísimo disco. Disco absolutamente recomendable y que, como decía antes, para mí está en el top de la discografía de Mr. Jorn Lande.
Mariano Palomo

THE FERRYMEN “The Ferrymen”

(Frontiers Music)

El híper activo músico, compositor, productor y mil cosas más Magnus Karlsson (Primal Fear, Midnight Sun, Last Tribe), continúa siendo uno de los protagonistas principales de la escena heavy melódica, en este caso encabezando un nuevo proyecto que bajo el nombre de The Ferrymen presenta su primer trabajo en estos días. Pero al contrario que en otros proyectos del sueco esta vez no se rodeado de infinidad de colaboradores para crear una especie de disco “Frankenstein”, si no que ha ido de la mano únicamente con otros dos grandes del heavy internacional como son el vocalista chileno afincado en Madrid Ronnie Romero (Rainbow, Lords Of Black) y el batería trotamundos Mike Terrana. Esto da sensación más de grupo compacto y con futuro que de efímero “all star team”, aunque habrá que esperar para ver si este magnífico debut discográfico tiene sucesor o sucesores próximamente.
Karlsson se hace cargo de prácticamente todo en este disco, composición, producción, gran parte de la instrumentación (guitarras, bajo y teclados), dejando que Romero y Terrana hagan lo que mejor saben hacer, cantar y tocar como lo que son, dos de los mejores en su puesto. A la vista del resultado final de los temas parece que los tres encajan como un guante, con un Ronnie espectacular cantando con un gusto y una fuerza enormes, menos forzado de lo que parece estar por momentos en Lords Of Black aportando poderío y personalidad a las reconocibles composiciones de Magnus en las que melodía y potencia van de la mano, mientras Mike ratifica una vez más su posición como uno de los baterías más grandes que ha dado el rock mundial.
Como decía el sonido del disco es bastante reconocible si se conocen los trabajos en los que ha participado Karlsson, seguramente a lo que más se aproxima es a sus dos discos como Freefall, heavy metal muy melódico con toques sinfónicos y épicos, cuidando al máximo los detalles y con una sólida mezcla final a cargo de Simone Mularoni (DGM), todo ello con el plus de contar con una de las voces más reputadas de la actualidad como la de Ronnie que se sale a lo largo y ancho del disco. Todo esto empezamos a disfrutarlo con “End On The Road” que tras unos embaucadores cantos de sirena nos sumerge en una enérgica tormenta de afilados riffs y rotundos golpes de batería suavizados por unas armonías vocales acompañadas de sinfónicos teclados.
Continuamos el viaje con “The Ferryman” corte más atemperado con elementos progresivos en forma de arreglos orquestales envolviendo su sólida melodía central con un Ronnie sobresaliente subiendo y matizando su voz con un poderío tremendo recordando más que nunca a su tocayo Dio, mientras Magnus deja constancia de su clase con uno de los buenos solos de guitarra que nos vamos encontrando en el desarrollo del CD (próximamente en vinilo).
Se afilan seguidamente las guitarras y sube la velocidad con la incisiva “Fool You All” señor temazo con una gran melodía y con un punch brutal, apasionada y poderosa pieza en onda clásicamente heavy, como lo es también la trabajada “Still Standing Up” que comienza misteriosa para luego ir cogiendo ritmo y pegada que se va matizando con buenos arreglos de teclados acompañando su gran interpretación vocal en tonos medios. Se meten en terrenos más sinfónicos y evocadores con “Cry Wolf” un señor temazo de enorme melodía de voz subiendo con una clase descomunal hasta llegar a su estribillo rodeado de unos cuidadísimos arreglos de guitarra y teclados.
Baja la velocidad y se mantiene la intensidad en la estremecedora “One Heart”, baladón-medio tiempo con un delicado toque épico que toma más ritmo por momentos con ligeras subidas de tono sobre todo en los teclados y que, una vez más, nos deja otra exhibición de clase y poderío vocal, como sucede en clave más cruda en la punzante “The Darkest Hour” que envuelve y atrapa con Magnus luciendo con su guitarra, haciéndolo aún más en “How The Story Ends” con unos aires épicos y guerreros golpeando entre la soberbia interpretación de Romero.
Se oscurece el sonido en la entrecortada “Eneter Your Dream” de base progresiva con las guitarras pesadas y algo tétrica siendo de las que menos me ha seducido del disco llegando a aburriéndome, para mejorar un poco con “Eyes On The Sky” más luminosa y dinámica pero también con algunos retazos densos y algo angustiosos en su desarrollo, subiendo sensiblemente la nota después con “Eternal Night” otro apasionado corte lento pleno de intensidad cubriendo la desgarradora interpretación de Ronnie con un sutil barniz sinfónico.
Llegamos al final con otro de los temas a tener en cuenta “Welcome To My Show” rápido y directo corte de heavy metal afilado, técnicamente sobresaliente y de las más pegadizas de este buenísimo disco que sin duda resulta más que recomendable para cualquiera que aprecie la trayectoria de sus tres protagonistas. Esperemos que tenga continuidad en el futuro.
Mariano Palomo

miércoles, 28 de junio de 2017

SECRET SPHERE “The Nature Of Time”

(Frontiers Music)

La fructífera carrera de los italianos Secret Spehere se ha visto jalonada de buenos trabajos desde que en 1999 aparecieran en escena con aquel brillante “Mistress Of The Shadowlight”. Practicando un heavy rock progresivo-sinfónico lleno de pulcritud y talento han terminado por hacerse un nombre importante en la escena primero europea y luego mundial. Seguramente el salto de calidad lo dieron en 2012 con la entrada en el grupo del gran vocalista Michele Luppi (Vision Divien, Los Angeles, Whitesnake), un señor capaz de imprimir una pasión y elegancia con su voz como pocos pueden hacerlo, más aun dentro de un estilo tan complejo como el que practican Secret Sphere.
Continuando por el camino marcado por sus trabajos anteriores en estudio y un año después de publicar el directo “One Night In Tokyo”, la banda nos regala este álbum conceptual en el que según parece quieren explorar entre sus recuerdos y vivencias desarrollándose en sus once cortes, comenzando por la breve instrumental acompañada de locuciones casi inapreciables “Intermission” que enlaza con “The Calling” de la mano de la inquietante guitarra de Aldo Lonobile que rompe luego rotunda rivalizando con una pomposa orquestación salpicada de elementos electrónicos antes de que entre en escena Luppi con su profunda y melódica voz complementada por unos trabajados coros. Prog melódico de altura con Gabriele Ciaccia brillante a los teclados y con Andrea Buratto al bajo y Marco Laazarini a la batería dejando, sobre todo este último, constancia de su enorme nivel.
Se relaja el ambiente con la preciosa “Love” llena de elegancia con un suave pero penetrante toque romántico dejándose notar Buratto con su bajo sosteniendo la emotiva interpretación vocal de Luppi y la no menos vibrante de Lonobile a la guitarra. Giro marcadamente power a continuación con la arrogante y dramatizada “Courage” de ritmo alto matizado por pasajes relajados pero igualmente sólidos que no restan intensidad a su cañera y motivante propuesta redondeada por un barroco solo de guitarra, volviendo a relajarse con una joya plena de clase y sentimiento como es “Kindness”, probablemente mi tema favorito del disco, una absoluta delicia en clave baladística pero con una intensidad enorme.
Curioso contraste el que consiguen seguidamente con “Honestly” guitarras y bajo duros rasgando los ritmos cortados de Lazzarini rodeados de unas envolventes melodías de voz y teclados orquestales que de repente se ven atacadas por unos durísimos riffs y con Luppi en sus registros más agresivos para luego recuperar su timbre melódico. Continúan las idas y venidas rítmicas y tonales con la dinámica y técnica “Faith” vibrante, heavy, sinfónica, afilada, melódica, con reminiscencias sonoras de los primeros Dream Theater, unas reminiscencias que se alejan en favor de los ritmos prog-power más machacones y guerreros en “Reliance” de nuevo rica en contrastes y atmósferas, antes de llegar a la poderosa instrumental “Commitment” donde exhiben todo su virtuosismo y versatilidad durante algo más de tres minutos con especial mención al sonido de bajo.
Quedan para el final otras dos buenas piezas llenas de intensa calidad, cada una en su estilo, primero la extensa “The Awakening” en la que durante más de nueve minutos van llevándonos por sus elaborados pasajes yendo del sinfonismo evocador de sus arreglos orquestales al metal afilado de sus riffs, pasando por los ataques progresivos de su base cortada entre la que se alza con fuerza la poderosa figura de Michele Luppi creando un brillante conjunto.
Cierran de forma apasionada con “The New Begining” una belleza llena de intensa calidez con Aldo Lonobile acariciando su guitarra acompañando la poderosísima voz de Luppi, rodeada de un suave acompañamiento orquestal que amortigua la pegada de su base rítmica. Un colofón magnífico para un gran disco de una de mis bandas favoritas dentro del progresivo italiano.
Mariano Palomo

RADIATION ROMEOS “Radiation Romeos”

(Frontiers Music)

Un poco despistado me ha dejado este primer trabajo de la formación norteamericana Radiation Romeos liderada por el vocalista Parramore McCarty, único de los componentes del grupo del que tenía referencias por su labor en los heavy metaleros de culto Warrior y junto a Steve Stevens con sus Atomic Playboys. El resto de los músicos que participan en este disco eran absolutamente desconocidos para mí hasta ahora, y sin ser nada del otro mundo cumplen sin alharacas dentro de unos temas que en general no acaban de conquistarme.
Decía que el disco me despista porque no sé muy bien como catalogarlo, fundamentalmente puede ser heavy metal con bastante melodía, pero en muchos momentos me resulta excesivamente hueco y simple, en algunos temas parecen querer subirse al tren de bandas como Primal Fear o Sinner, pero luego de repente bajan el pistón y suenan en clave hard melódica cercana al A.O.R. pero sin acabar de rematar la faena. Por una parte ganan amplitud estilística, pero salvo alguna honrosa excepción, el disco parece una sucesión de temas quiero y no puedo sin centrarse ni rematar la faena.
Y el caso es que empiezan bastante bien con el tema que da nombre a la banda, un corte de buen ritmo en clave heavy rock con una convincente melodía de guitarras de la mano de Dag Heyne acompañando la áspera pero atemperada voz de McCarty resultando pegadiza dentro de su sencillez. Mejoran incluso con “Ocean Drive” un tema prácticamente A.O.R. de nostálgico y entrañable sonido electro acústico con un bonito estribillo y con unas preciosas melodías envolventes de guitarra y voz evocando románticas puestas de sol a la orilla del mar.
A partir de aquí prácticamente una de cal y una de arena, “Bad Bad Company” inquietante y oscuro heavy USA al estilo de los Warrior de un áspero McCarty muy lejos del nivel de aquel magnífico “Fighting For The Earth” (1985) de aquellos, podemos ponerlo al nivel de sus temas menores. Mejora algo con la mística, como su título indica, “Mystic Mountain”, cadenciosa, con cuerpo y cierto encanto en su reiterado estribillo apoyado de discretos teclados, subiendo un par de escalones el nivel con la romántica e intensa balada “Like An Arrow” con la voz de McCarty mucho más melódica acompañada de unos agradables sonidos acústicos y de piano, sencilla pero apasionada.
Vuelve a densificarse el sonido con la cadenciosa “Promised Land” adornada por un evocador sonido de violín cayendo en una pesada reiteración de melodías de inspiración celta sin mucha chicha que nos dejan con la sensación que señalaba antes de quiero y no puedo, como sucede en el agradable pero monótono medio tiempo “Castaways” en el que parecen querer emular a los germanos Primal Fear pero con mucha menos intensidad.
Sorprenden luego con “Ghost Town” buen corte hard rockero con un ligero toque sureño y acústico siendo en el que más brillan las guitarras de Heyne compartiendo protagonismo con la voz de McCarty, personal y convincente en esta ocasión. Tampoco está mal la hard melódica casi A.O.R. “Til The End Of Time” con un ingenuo deje romanticón marcado por los golpes de pandereta junto a unas bonitas armonías vocales, aunque un tanto hueca en su base rítmica.
En el tramo final vuelven a caer bastante con una monótona “On The Tight Rope” que parece querer arrancar pero a la que le falta el brío necesario para romper, cerrando definitivamente con la angustiosa “Monstertraxx” que desde luego no pasará a los anales del heavy mundial.
Cierre escasamente atractivo para un disco irregular, con algunos buenos momentos ya reseñados, y que me temo que acabará pasando con más pena que gloria.
Mariano Palomo

REGRESION “Terra Ignis”

(Rock CD Records)

Los barceloneses Regresión continúan con su imparable crecimiento desde que irrumpieran en la escena heavy rockera con su primera entrega discográfica homónima hace más de una década. Ahora ponen en la calle su quinto trabajo en el que una vez más nos ofrecen un puñado de temas compactos, directos y potentes, yendo al grano, sin perderse en florituras pero mostrando un muy buen nivel técnico, ocho cortes para treinta y cinco minutos en total que se hacen cortos dejándonos con ganas de más.
Para sacarlo adelante prácticamente no han contado con colaboraciones externas ocupándose casi de todo los componentes de la banda, desde el diseño de la portada hasta la producción, salvo de la mezcla y masterización que ha corrido a cargo de Dan Diez en los Rocklab Studios de Haro (La Rioja) todo lo demás se lo ha currado el quinteto titular. Un quinteto encabezado por el vocalista Pedro Guijarro que continúa mostrando su personal y potente timbre, bien secundado por las guitarras de Pablo González y Toni Sánchez, y con David Pérez al bajo y José Ignacio Uría a la batería aportando solidez y pegada.
Se abre el disco con una tormentosa ambientación, con aullidos incluidos, que se ve bruscamente rota por unas nítidas guitarras que inciden sobre unos rotundos redobles que se van entrecortando con los arrogantes golpes de voz de Pedro empastando armonías y rítmicas con acierto, heavy de esencia ochentera en su mejor versión. Continúa esa línea aunque con toque rockero con la cruda y currada “Puño De Hierro” en cuya letra hacen numerosas referencias a Motörhead creando un señor tema de muy buen nivel, con un buen solo de guitarra del invitado Víctor de Andrés, y al que seguro que Lemmy daría su aprobación, tiene pinta de ser de los que mejor funcionen en sus próximos directos.
Seguramente también será muy coreada la reivindicativamente rockera “¿Quién Soy Yo? (Sin El Puto Rock n’Roll), con un estribillo rabiosamente directo para ser cantado a grito pelado y en la que se nota cierta influencia de los segovianos Lujuria con los que han colaborado anteriormente, pero con un punto más de energía en sus incendiarios fraseos. Más pesada resulta “Señores del Invierno” con un ritmo muy marcado tirando de distorsión alta con riffs duros y reiterados, llegando luego a terrenos más épicos y melódicos con “La Balada de Trafalgar” composición de temática histórica de manual con sus melodías de guitarra doblándose a lo Maiden-Tierra Santa incluyendo un virtuoso solo y con la voz de Pedro poderosa y versátil acompañada de unos acertados arreglos de teclados.
Continúan resaltando las melodías en la más hard rockera “Volví a Ganar” con unas voces doblándose llenas de expresividad y despechado sentimiento, de nuevo junto a unas muy buenas guitarras compartiendo brillo con la labor al bajo de David. Llegamos al final tras la breve instrumental “Apocalipsis” a base de inquietantes redobles y acordes que enlazan con el comienzo de la dinámica “Terra Ignis” donde crean una misteriosa ambientación para su apocalíptico mensaje sostenido sobre otra notable interpretación tanto vocal como instrumental.
Cierre magnífico para algo más de media hora de intenso y variado heavy rock de esencia clásica pero con un sonido a la altura del siglo XXI que ratifica a Regresión como una de las bandas más interesantes dentro del panorama nacional. Lo bueno si breve dos veces bueno, aunque un par de temas más de este nivel no hubieran estorbado.
Mariano Palomo

martes, 27 de junio de 2017

THE DEAD DAISIES “Live & Louder”

(Spitfire Music / SPV)

Hace unos días hablábamos con el guitarrista Doug Aldrich (ex Whitesnake, Lion, Hurricane) acerca del último trabajo en directo de The Dead Daisies, banda en la que lleva ya algún tiempo y en la que por lo que nos contó, y sin abandonar otros proyectos (Bad Moon Rising, Revolution Saints), parece querer echar raíces junto a un elenco de buenísimos músicos. Comenzando por el fundador y único miembro permanente en la banda, el guitarrista australiano David Lowy que después de muchas idas y venidas parece haber encontrado los compañeros de viaje ideales, desde el citado Aldrich, hasta el vocalista John Corabi (ex Motley Crue, The Scream), pasando por una de las mejores parejas rítmicas del mundo, Marco Mendoza (ex Whitesnake, ex Thin Lizzy) al bajo y Brian Tichy (ex Whitesnake, ex Billy Idol, ex Foreigner) a la batería.
Aparte de todo lo que nos dijo Aldrich y que podéis ver en la entrevista, y una vez escuchado este disco parece que estamos ante una de las bandas que mejor saben se llevar al directo todo su potencial, dando como resultado un trabajo realmente entretenido, con un sonido real y rotundo en el que mucho habrá tenido que ver la experta labor de Anthony Focx (Aerosmith, Bad Company) a la mezcla, consiguiendo que todo suene bastante uniforme a pesar de haber sido registrado en varias localizaciones a lo largo de la gira que les llevó por buena parte de Europa y América.
Comienzan con la contagiosa “Long Way To Go” de su tercer y último trabajo en estudio “Make Some Noise”, que es el que lógicamente tiene mayor representación en el listado de temas, y con el que hacen vibrar sus guitarras junto a una excelente melodía de voz doblándose en el estribillo. Puro hard rock lleno de electricidad que se ve prolongado en la festiva y vacilona “México” tan sencilla como eficaz con un rollo a lo Sammy Hagar de lo más divertido, para hacer participar a la audiencia seguidamente en la resultona “Make Some Noise” con Tichy marcando el ritmo desde los tambores a lo “I Love It Loud” de Kiss, con Aldrich tirando de talk box y reiterando el estribillo hasta la saciedad, fórmula simple y efectiva para hacer que el tema se meta en la cabeza sin remedio.
Continua el desarrollo del disco de forma más seria con la polvorienta “Song and a Prayer” con un toque sureño melódico magnífico antes de llegar a una de las cinco versiones que nos encontramos, una espectacular “Fortunate Son” de Credence Clearwater Revival algo endurecida con un sonido de batería enorme, con un Corabi tremendo rasgando su voz y con la pareja de guitarras doblándose fantásticamente. Sin abandonar la vena setentera pero ya con un tema propio nos dejan “We All Fall Down” con sus melódicos aires lisérgicos a medio tiempo, antes de continuar con la envolvente “Lock’n’Load” único recuerdo a su primer trabajo homónimo de 2014 y en la que participó originalmente Slash dejando su marca perfectamente retomada por Aldrich con un entrañable deje sureño a lo Little Caesar.
Se incrementan los sonidos acústicos y sureños en la lenta “Something I Say” con unas preciosas guitarras y  unas guapísimas voces espirituales, continuando por la misma senda pero en clave más eléctrica y sucia con “Last Time I Saw The Sun” con Doug exhibiéndose con un solo inicial antes de romper sinuosa y gorda con ese sonido slide marca de la casa, antes de volver a tirar de talk box en la coral “Join Togehter” de The Who haciendo participar al público palmeando y cantando su contagioso estribillo, y en la molona de aires funkies a lo Lenny Kravitz “With You and I”.
A continuación un original y divertido break para presentar al grupo recordando algunos clásicos de sus bandas favoritas sonando fragmentos de “Highway To Hell” (AC/DC), “Purple Haze” (Hendrix), “Living After Midnight” (Judas Priest) o “Walk This Way” (Aerosmith), para enlazar con la incendiaria “Mainline” que anuncian como su “balada” pero que es todo lo contrario, crudeza y frenetismo hard rockero con un punto redneck antes del final definitivo a base de versiones.
Comenzando por una alargada y lisérgica “Helter Skelter” de The Beatles que Corabi ya hacía en directo con los Crüe y que les queda más descarnada y pesada, pasando por una fantástica “American Band” de Grand Funk Railroad con ese sonido de cencerro característico para bordarla a pesar de no tener piano, rematando la faena con una desconocida para mi “Midnight Moses” de Sensational Alex Harvey Band que descubro ahora y que me suena bastante a Chickenfoot o Aerosmith, al menos en esta versión de The Dead Daisies.
Buen cierre para un disco muy entretenido que, sin ser un directo al uso supera con creces muchos de los lanzamientos de este tipo que muchas veces no dejan de ser bootlegs con un sonido correcto.
Mariano Palomo

EZOO “Feeding The Beast”

(Ear Music)

Un par de años después de su última aparición discográfica junto a Glenn Hughes en Voodoo Hill, volvemos a reencontrarnos con el sensacional guitarrista italiano Dario Mollo, esta vez con un nuevo proyecto bajo el nombre de Ezoo, abreviatura de Electric Zoo banda en la que participó a principios de siglo junto a un elenco de estrellas del hard rock internacional, entre ellos el vocalista norteamericano Graham Bonnet. Ahora por fin, después de mucho tiempo intentando trabajar juntos, Dario y Graham ven plasmada su colaboración en forma de CD con este “Feeding The Beast”.
Una vez bien exprimido podemos decir que el disco está bien, cumple, no llega a seducirme como los de Voodoo Hill o como el último de Bonnet, pero cumple, pesado por momentos, pero también con buenas melodías y exhibiciones tanto instrumentales como vocales. Algo, esto último, que empezamos a comprobar con la poderosa “You Are Your Money” de ritmo sinuoso llena de detalles dejándose notar la pegada del batería Roberto Gualdi que forma la base rítmica junto al bajista Dario Patti, salvo en un par de versiones que reseñaremos al final en las que Guido Block se hace cargo del mismo, además de los coros y los teclados.
Después de esta primera andanada nos encontramos sorpresivamente con “The Fight Of The Sapini” que no es más que un incendiario solo de guitarra de un minuto que sirve como preludio a uno de los cortes que más me han llamado la atención “C’est La Vie” de lo más dinámico del disco dejando un regusto a los primeros Alcatrazz que me ha convencido bastante, con un Bonnet magnífico bien apoyado por unos competentes coros. Se densifica un tanto el sonido seguidamente con "Guys“From God” sonido gordo, con un groove muy marcado y una distorsión alta pero sin saturar.
Nuevamente sorprenden metiendo en mitad del track list un tema de nada menos que once minutos, en concreto el que da título al disco y en el que despliegan su vena más dramática dentro de una ambientación sombría y teatral, alternando momentos relajados y melódicos con otros más rotundos, todos ellos ejecutados con clase y expresividad, aunque puede acabar haciéndose excesivamente larga. Todo lo contrario que “Colder Than Cool” otro de los temas de ritmo más vivo llegando y pegando con claridad sobre sus potentes guitarras, al igual que en la barroca a lo Impellitteri “Motorbike”, con un riff inicial prácticamente calcado al de “Stand In Line” y con un Bonnet derrochando fuerza en su descarnada interpretación, tras haber caído rítmicamente antes en la pesada “Too High To Be Falling” dulcificada por sus envolventes coros melódicos.
En el final nos encontramos con dos piezas menores, la lenta y cadenciosa “Don’t Look Back” marcada por un expresivo riff y unas melancólicas teclas, y la instrumental “CODA” lenta y preciosista al más puro estilo Blackmore inspirado en composiciones del Man In Black como “Weiss Heim” o “Maybe This Time” pero sin llegar ni mucho menos a su majestuosidad.
Y por si no quedaba clara la devoción de Mollo por Rainbow para rematar la faena se completa el disco intercalando dos versiones de la época Bonnet en el grupo del Arco Iris, una endurecida “Eyes Of The World” en la que los platos y el riff se comen un poco una buena interpretación vocal sin apenas ayuda de teclas ni coros resultando más mate que la original pero con bastante llegada, y una interesante revisión de “Since You Been Gone” respetando su estructura primigenia pero adornada por unos bonitos dibujos de guitarra y con los teclados más discretos para mayor lucimiento de Bonnet. Como extras y para dar un poco más de lustre al disco no están mal, pero creo que ya se han explotado bastante.
Un disco un tanto irregular, con una distribución de los temas que despista un poco, con algunos cortes muy rescatables resaltando las dos figuras principales dentro de un buen nivel técnico, aunque compositivamente me deja algo frío por momentos.
Mariano Palomo

BARBABLANCA “Un Tro a la Nit”

(Picap)

Gratísima sorpresa la que ha supuesto el descubrimiento de la banda catalana Barbablanca a través de su debut discográfico “Un Tro a la Nit”. Una formación que según nos informan en su nota de prensa empezó a gestarse en 2012 y que tras algún que otro cambio en su seno llegan a dar forma a este primer CD lleno de calidad y encanto practicando un heavy rock en el que priman las melodías de guitarra y voz, mostrando un exquisito cuidado en su tratamiento pero también con la fuerza y energía precisas para redondear una docena de interesantes composiciones.
Y todo esto usando el catalán en sus letras, algo que siendo perfectamente respetable ya que seguramente será con la lengua en la que más a gusto se encuentren desarrollando sus temas, creo que puede limitarles en cuanto al nivel de aceptación que puedan obtener fuera de los catalano parlantes, más por desconocimiento que por prejuicio. En cualquier caso la musicalidad es bastante similar a la del castellano y aun costándome entender algunos pasajes creo que los textos son bastante comprensibles.
Esta buena impresión que me han causado viene dada en buena medida por el magnífico trabajo realizado por los guitarristas Josep Maria Coromines “Coro” (ex Sangtraït) y Dani Llop Cuadreny, creando unas armonías y melodías fantásticas doblándose y complementándose a la perfección también con el vocalista Roger Battle que muestra un timbre ochentero que perfectamente podría encajar en los lanzamientos míticos de la época. La alineación del grupo se completa con la base rítmica que forman el bajista Toni Bernal y el batería de inconfundible barba blanca Martín Rodríguez al que ya conocíamos por sus trabajos con Sangtraït y con Los Guardians del Pont, siendo uno de los fundadores y pieza clave de esta nueva banda junto a Coro.
Comienzan de forma inmejorable con “Dos Estranys” un corte de hard melódico lleno de encanto y expresividad con unas líneas vocales cuidadas al máximo que llegan a rozar el A.O.R. pero con mucha energía en sus guitarras, resultando perfecta para engancharnos, como lo hace el tema título “Un Tro a la Nit” más potente y rasgada con la voz de Roger arrogante pero sin dejar de ser tremendamente melódica, incrementándose dicha melodía en la entrañablemente nostálgica “El Circ del Rock n Roll” donde se me vienen a la cabeza nombres como los de Sangre Azul o Dokken, haciendo que sea uno de mis temas favoritos del disco.
Continúa la línea claramente ochentera con la sencilla y atemperada “He Vist la Llum” de estribillo claro y reiterado sobre una sólida base rítmica, dejando seguidamente mayor protagonismo a la distorsión de las guitarras en la más heavy “Surt del Meu Llit” con la voz de Roger más potente y profunda creando una tórrida ambientación, para suavizarse de nuevo notablemente en el precioso medio tiempo “Vagarem Per L’Univers” en el que las guitarras de Coro y Dani destilan clase y elegancia no exentas de fuerza.
Vuelve a animarse el ritmo desde los redobles de Martín con la potente “Confessio” algo lineal hasta que sube en el estribillo pero suficientemente intensa como para tenerla en cuenta, al igual que la incisiva “Dilema” sencilla y efectiva en sus guitarras junto a un pegadizo y cadencioso coreo, para llegar después a la melancólica balada “Sota El Gel” con las guitarras preciosistas punteando y subiendo en intensidad bajo la profunda voz de Batlle.
Llegamos al tramo final del CD con “Mal Viatge” heavy y sombría pero intensamente melódica con una producción algo irregular, como le sucedía a “He Vist la Llum”, mejorando en este aspecto con la hard-heavy “Un Cop Mes” en la que lucen sobremanera la pareja de guitarristas doblándose a lo Maiden dentro de un ritmo más discreto que cumple aunque sin acabar de romper, antes de cerrar definitivamente con otra pieza de hard melódico como es “Vola Alt” que comienza con unas bonitas guitarras y armonías vocales para ir creciendo en pegada rematando con un buen solo de guitarra.
Muy buen disco, lleno de temas y momentos recordables, con un más que notable nivel técnico aunque con una producción mejorable en los temas señalados anteriormente, y en el que el uso del catalán como lengua para sus letras en absoluto supone un hándicap a la hora de exponer los temas, olvidaros de prejuicios y darle una oportunidad, merece mucho la pena.
Mariano Palomo

MASTERPLAN “PumpKings”

(AFM Records)

No puede decirse que intentar sacar algún beneficio de la estancia en Helloween sea una idea nueva. Ya hizo lo mismo Michael Kiske con “Past In Different Ways” hace algunos años, y dimos en su momento cuenta de ello. Y el propio Kai Hansen lleva desde siempre interpretando canciones de su antigua banda. La diferencia es que Kai lo hace por la exigencia del público. Pero otros no dejaron en la banda de las calabazas un legado precisamente equiparable.
En resumidas cuentas, Roland Grapow ha regrabado con Masterplan canciones que compuso como guitarrista de Helloween, entre 1990 y 2000, para los álbumes “Pink Bubbles Go Ape”, “Chameleon”, “Master Of The Rings”, “The Time Of The Oath” y “The Dark Ride”. No exactamente las mejores etapas de las calabazas, como podemos ver. En realidad algunos de esos discos fueron tan horribles que ni siquiera los conservamos en nuestras colecciones, así que para comparar las nuevas versiones con los originales tenemos que hacerlo de memoria. Pero cuando del original mejor olvidarse, ¿para qué regrabarlo de nuevo? Para los muy fanáticos de Helloween puede ser interesante escuchar estos temas con teclados o con la voz una tanto ronca de Rick Altzi. Quien, por cierto, se adapta mucho mejor a los cortes cantados por Andi Deris que a los de Michael Kiske.
Es una pena, porque son precisamente las mejores canciones, las del disco “Pink Bubbles Go Ape” las que peor quedan con la voz de Rick Altzi. Se trata de “The Chance”, “Someone’s Crying” y “Mankind”. Pero Altzi no puede competir con Kiske. Lo mismo pasa con “Step Out Of Hell”, una de las relativamente audibles del espantoso “Chameleon”. Dos buenas composiciones de “Master Of The Rings”,  “Still We Go” y “Take Me Home”, quedan interesantes sin la irritante voz de Deris. En cuanto al resto del trabajo… Tenemos las interminables “Mr. Ego”, “Music” y “The Time Of The Oath”. Y del insufrible “The Dark Ride” vienen “Escalation 666” y el propio “The Dark Ride”. Para los que no soportábamos muchos de los originales, por mucho que los escuchemos de nuevo no vamos a conseguir que nos gusten ahora.
Prácticamente todo grupo tiene alguna rareza o alguna metedura de su pata a lo largo de su carrera discográfica. Y el considerarlo una cosa o la otra dependerá de la opinión de cada uno.
Nacho Jordán

martes, 6 de junio de 2017

HANSEN & FRIENDS “Thank You Wacken”


(earMUSIC)

Pocos esperábamos que el disco con el que Kai Hansen celebró sus 30 años de carrera discográfica fuera a tener continuidad. A decir verdad ni tan siquiera sabíamos que iba a actuar en el festival Wacken y menos todavía que dicho concierto se iba a grabar.

En cualquier caso no puede decirse que sea una mala idea. Quizá lo único que no nos convence del todo es el repertorio elegido. Nos encanta, por supuesto, pero lo creemos mejorable. Está claro que con un solo disco, había que meter canciones de otras bandas. De los doce cortes, siete son de “XXX Three Decades In Metal” y los otros cinco… pues los otros cinco son de Helloween. Que nos parece estupendo, insistimos. Sólo que no entendemos por qué no hay ningún tema de Gamma Ray.

Como decimos, viene casi todo el disco “XXX Three Decades In Metal”, las únicas canciones que faltan son “Making Headlines” “Stranger In Time” y “Left Behind”. Como vemos también Kai tuvo la inteligencia de excluir las más flojas, excepto “All Or Nothing”, que no habría pasado nada si también hubiera sido descartada. Los himnos de Helloween vienen intercalados a lo largo del repertorio. El segundo corte es “Ride The Sky” y en cuarto lugar viene “Victim Of Fate”. Es curioso, se supone que Frank Beck ingresó en Gamma Ray por los problemas de Kai con su voz, sin embargo en este disco parece en buena forma. Quizá se preparó muy bien para esta actuación, aunque tal vez sea porque está apoyado por un montón de invitados, como en el disco en estudio. Sin duda el más celebrado es Michael Kiske que participa en los temas noveno y décimo, que resultan ser nada menos que “I Want Out” y “Future World”. El ambiente que se percibe en el público es de puro delirio.

Como es natural, hay cierto bajón después de esas dos canciones, pero es que además detrás viene la menos adecuada para mantener el ambiente, pues se trata de “All Or Nothing”. Si en su lugar hubieran interpretado “Heaven Can Wait”, por ejemplo, la locura habría continuado. Pero todo vuelve a su sitio con un fin de fiesta como “Save Us”. ¿Será este “Thank You Wacken” el final discográfico de Hansen & Friends? La lógica así lo dice, pues es imposible que Kai pueda seguir a la vez con Gamma Ray, Hansen & Friends y Unisonic, ni aun después de finalizar la gira de reunión con Helloween. El tiempo lo dirá.

Nacho Jordán