martes, 27 de septiembre de 2016

WONDERONCE “Freedom Odyssey”


(Autoeditado)
Tras el nombre de Wonderonce se esconde un ambicioso proyecto de metal sinfónico encabezado por el músico y compositor Andrea Montalbetti que tras años de elaboración ahora se ve materializado en su primer CD. Este italiano establecido en Málaga además de la composición y producción del disco, bastante buena por cierto, se ha hecho cargo de parte de las voces y de la batería, compartiendo tareas vocales con Liss Eventide y con Drakon Nahr, ofreciendo entre los tres una gran riqueza de registros siendo uno de los puntos fuertes del disco. Además potencian esta faceta con la participación de un amplio coro que aporta majestuosidad y dramatismo en distintas fases del trabajo.
La historia se desarrolla entre referencias legendarias y fantásticas, iniciándose con el tema título “Freedom Odyssey” a modo de preludio con la voz de un narrador introduciéndonos de forma suave en sonidos acústicos preciosistas que van creciendo con la primera presencia coral que rompe potente subiendo y bajando de ritmo power sinfónico en la épica “Dragon Valley I-The Journey” encontrándonos con la primera alternancia femenina y masculina en las voces quedando bastante lograda, pasando a un nivel más dramatizado y lírico en “Morrigu” con esporádicos aportes ligeramente guturales entre sus pomposos coros dentro de un ritmo más cadencioso.
Siguen explayándose con “Dragon Valley II-Frozen Fire”, siete minutos y medio que comienzan con unos inquietantes tañidos de campanas acompañadas de una lúgubre orquestación rota violentamente por el doble bombo de la batería de Montalbetti y de nuevo con la voz gutural apareciendo oscura contrastando la lírica de Liss creando una lograda ambientación con cambios de ritmo y coreos. Vuelve la narración en clave más agria en el aterrador interludio “Aftermath of the Frozen Fire”, volviendo la luz con el bucólico inicio de “The Hero” en el que los cantos de los pájaros y las pulsaciones acústicas suaves arropando la dulce voz de Liss se alternan con ligeros arreglos orquestales y corales, acelerando al final sobre el violín de Guillermo Bustamante creando un ambiente más guerrero y medieval que se prolonga con más ritmo en la power-folk instrumental “Dawn”.
Continúan por la misma senda con “Final Aurora” de nuevo con esos aires bucólicos agradables y delicados con la alternancia vocal de nuevo destacando metiendo más intensidad en la parte media con la inclusión lírica de unos evocadores coros, que resultan más espirituales en la misteriosa con toques góticos y guturales “Wolfmoon” que deja un halo melancólico y algo angustioso que se acentúa en la teatral “Baba Yaga” que podría ser perfecta para ambientar una escena de brujería con risotadas incluidas mostrando pinceladas del registro más estridente de Liss que por otra parte enriquece la gran variedad y profundidad de colores vocales que aparecen en esta trabajada pieza que puede recordar a alguna de King Diamond.
En esa misma onda peliculera nos encontramos con “Slay the Kraken” poniéndonos en situación con los sonidos de tormenta marina dentro de una cuidada e intensa orquestación rota por los aportes líricos vocales incluyendo un agudo gorgorito contrastando con la fiereza gutural que aparece por momentos entre bases power sinfónicas, curiosos toques de violín y grandilocuentes coros que pueden hacer que nos imaginemos a unos fornidos bárbaros intentando arponear al cefalópodo gigante que aparece en el título del tema.
Para el final queda “Dragon Valley III-Mr. Freedom”, el corte más largo del disco que supera los ocho minutos para rematar en clave relajada con otra bonita alternancia de voces masculina y femenina tras la que entra sin avasalla la base power junto a una orquestación y coral lírica que bien podría servir como fondo de cualquier fábula medieval con la última parte narrativa.
Bonito cierre para este trabajadísimo CD lleno de matices que supera la media de los lanzamientos del género aunque por momentos me resulta algo largo. Seguidores de Epica, Rhapsody y Nightwish tomar nota.
Mariano Palomo

lunes, 26 de septiembre de 2016

DEE SNIDER “We Are The Ones”


(Ear Music)

Siempre me ha parecido que la personalidad de Dee Snider ha estado muy por encima de su calidad musical, algo que por otra parte tampoco creo que sea excesivamente reprochable viendo el éxito obtenido a lo largo de su extensa carrera sobre todo con Twisted Sister convirtiéndole en uno de los frontmen más carismáticos de la escena musical. Parece que siempre ha hecho lo que le ha dado la gana, siempre ha sido el más macarra, el más echao pa’lante, pero no creo que eso pueda justificar el lanzamiento de un disco tan flojo y tan difícilmente clasificable como este que ahora pone en circulación.

Y es que creo que poquito bueno, o al menos poquito que a mí me agrade, puede sacarse de este “We Are The Ones”, quizá lo mejor sea su corta duración, apenas treinta y seis minutos distribuidos en diez cortes de los que se podría rescatar el propio tema título que da apertura al CD, hard actual desafiante reiterando con fiereza su estribillo sobre unas guitarras sencillas y efectivas siendo la única que deja un ligero aroma a la banda que le hizo grande.

También podrían salvarse “Crazy For Nothing” con un ritmo y melodía correctas quedando resultoncilla en su estribillo con cierto deje Offspring en su sonido, y, siendo generoso, “Over Again” de afinación más limpia, de nuevo simple y pegadiza pero poco más dentro de una onda powepop, sí habéis leído bien, powerpop, o la nu metalera “Head Like a Hole” salpicada de arreglos electrónicos a lo Rob Zombie salvada en buena manera por su riff punzante y por cierta pegada que se echa tremendamente de menos en el resto del disco, algo en lo que supongo que tendrá mucho que ver el productor Damon Ranger que desde luego no justifica el haber sido galardonado con algún Oscar o Grammy si todos sus trabajos suenan como este.

El resto perfectamente olvidable, temas fofos, lentos, cansinos, como la cadenciosa “Close To You”, la sosaina “Rule The World”, la mediocre “Believe” que parece un descarte pobre de Coldplay, la insulsa de base electrónica “Superhero” o la insufrible acústica “So What" que cierra el disco. Mención aparte para la versión únicamente a piano y voz del clásico “We’re Not Gonna Take” con Snider recitando y soltando perdigonazos, bueno, como curiosidad y para meterla como bonus o cara B podría haber valido, pero utilizarla como tema de choque me parece cuanto menos excesivo.

Tras la escucha de este disco parece que el final de Twisted Sister no le ha sentado muy bien a su líder que fuera de hábitat natural no se siente excesivamente cómodo, de hecho otras aventuras anteriores en solitario o como Widowmaker tampoco acabaron de tener el mismo éxito que la banda neoyorquina, aunque desde luego estaban a años luz por encima de este trabajo que yo ya he empezado a olvidar, hay que hacer hueco en el disco duro.

Mariano Palomo

TESLA “Mechanical Resonance Live”


(Frontiers Music)
Treinta años después de la publicación del que es para mí uno de los mejores discos de la historia del hard rock, “Mechanical Resonance” de Tesla, la banda californiana lo rescata por completo en un directo que aparte de por el mero hecho, que no es poco, de volver a escuchar los doce temazos que lo componen, tampoco aporta mucho más, amén de añadir un interesante tema nuevo en estudio del que hablaré más adelante.
Los hacedores de aquella obra maestra, con la salvedad del reemplazo desde hace ya unos cuantos años del guitarrista original Tommy Skeoch por el plenamente asentado Dave Rude, lo recuerdan con la publicación de este directo registrado el pasado año 2015 y en el que, sin grandes alardes técnicos de sonido, más bien al contrario la producción me parece sensiblemente mejorable, son capaces de recuperar la magia y encanto del disco que les puso en la primea línea del hard rock mundial siendo considerado por muchos a día de hoy como uno de los mejores debuts discográficos del género.
Jeff Keith sigue cantando con esa inconfundible voz aguardentosa perfecta para temas crudos y directos como “Rock Me Top The Top” con la que se abre el trabajo, en el que se van sucediendo cortes tan especiales como “Ez Come Ez Gone” con las guitarras de Rude y del gran Frank Hannon tremendamente afiladas, para luego suavizarse en el inicio de la potente “Gettin’ Better” que sigue siendo de mis favoritas con su brutal cambio de ritmo rompiendo en todo lo alto siguiendo el paso marcado por el siempre sólido Troy Luccketta a la batería y por el metrónomo Brian Wheat al bajo.
Siguen desgranando el disco con la salvaje “Comin’ Atcha Live”, espectacular en sus coros y guitarras, relajándose en el siguiente tramo con la intimista “Changes” tirando de piano inicial ligeramente más prolongado que en la versión de estudio, y con una desgarradora “Before My Eyes” que siempre me ha parecido la más floja de “Mechanical Resonance” pero que sigue destilando agonía con un tremendo dramatismo.
Se anima el ritmo con los redobles y los acordes de bajo que dan paso a la magnífica “2 Late 4 Love” que aun resultando bastante bien creo que se les queda algo corta de intensidad, mejorando en este aspecto con la descarnada “We Are Not Good Together” con una apasionada interpretación vocal de Jeff Keith y con un vibrante acelerón final con las guitarras echando humo, dejando cierto regusto a los repuntes rítmicos de gente como Lynyrd Skynyrd, prolongando ese ligero toque sureño en la encantadora “Love Me”.
Ritmo más insinuante en la parte final con la tórrida “Cover Queen”, precediendo a una grandísima “Little Suzie” con esos característicos rasgueos de acústica mezclados con sus afilados riffs y su enorme melodía vocal arrastrándola como solo ellos saben hacerlo, antes de cerrar definitivamente el directo con el pelotazo “Modern Day Cowboy” tema con el que muchos conocimos y nos enganchamos a Tesla en su momento y que sigue sonando igual de poderoso en todos sus directos a día de hoy.
Como decía al principio la revisión en directo del primer disco del grupo se ve complementada por un nuevo tema que formará parte de su novena entrega en estudio que verá la luz próximamente. El tema en cuestión se titula “Save That Goodness” y es una delicia llena de encanto barnizada de un toque blues con la participación de voces negras femeninas y en el que han contado como productor Phil Collen, guitarrista de Def Leppard, algo que sigue demostrando el buen rollo y profunda amistad que existe desde hace años entre las dos bandas. No me importaría nada que todo el disco nuevo siguiera la línea de este adelanto y de paso tener la oportunidad de poder disfrutarlo en directo, ya hace demasiado que nos dejan caer por aquí y sus shows siempre son una apuesta segura.
Mariano Palomo