viernes, 17 de junio de 2016

TOKIO “Pecados Capitales”


(The Fish Factory)
El largamente anunciado regreso discográfico de los pinteños Tokio por fin se ha visto materializado en forma de nuevo CD, segundo larga duración sucesor de aquel mítico “Triangles” publicado en 1988 y reeditado en un par de ocasiones, la última hace tres años de la mano de Leyenda Records incluyendo cinco demos de aquella gloriosa época de hard melódico. Digo que es su segundo larga duración, pero no su segundo trabajo, ya que hace un par de años volvían a la palestra tras un larguísimo silencio con el EP de seis temas “Gen Egoista”, en el que a pesar de mantener muchas de sus señas de identidad primigenias, ya mostraban cambios en su sonido y textos, comenzando por el cambio de idioma pasando del inglés al español.
Seguramente esta recuperación de nuestra lengua venga motivada también por ese cambio en ciertas letras, más reivindicativas y elaboradas dejando atrás la candidez de los ochenta, reflejando de forma prácticamente conceptual las miserias de la especie humana a través de los pecados capitales, añadiendo incluso algún vicio o defecto más a seis de los siete clásicos para poner título a la decena de temas más la outro que configuran este nuevo lanzamiento.
En cuanto al sonido ya se observaba un endurecimiento del mismo en su anterior EP, sin perder su base melódica, pero metiendo riffs y bases más cañeras además de cambiar el tratamiento de los teclados, y manteniendo la importancia de las melodías de voz con todos los miembros de la banda participando en los coros. Respecto a los que grabaron “Triangles” permanece en la formación el vocalista Manuel Escudero, el guitarrista Juan Carlos Martín y el teclista Alberto Fernández, a los que actualmente acompañan el bajista Julio Bajo y el batería Lolo Quintanar.
Así, con este formato clásico de quinteto y ayudados en la producción por Angel Muñoz en sus Anhell Studios, dan forma a las composiciones que componen este “Pecados Capitales” que se abre con la cadenciosa “Envidia” dejando un regusto setentero con sus teclados y guitarras dentro de una sinuosa melodía con la inquietante voz de Manuel en tonos medios que tardan un poco en llegar pero que finalmente completan una pieza con bastante fuste.
Continúan con “Ira” un tema más previsible y ochentero con una nítida melodía de voz y guitarra acompañada de unos bonitos teclados creando una embaucadora ambientación casi romántica que choca un poco con su título siendo mucho más tranquila de lo que se pudiera suponer. Sube el ritmo sin perderse la melodía con el coreo inicial de “Avaricia” más desafiante dentro de un ritmo entrecortado marcado por los golpes de batería de Lolo amortiguados por las teclas de Alberto, para volver a relajarse con el medio tiempo-balada “Lujuria” envuelta en una sensual melodía de teclas y guitarra transmitiendo sus tórridas intenciones de forma elegante y clara.
Reaparecen los sonidos setenteros con los orgánicos teclados de “Gula” marcada por una base rotunda dotándola de solidez entre la que inciden unos buenos riffs que se intensifican en la poderosa “Rencor” atemperada pero potente en su base y desarrollo completada por unos acertados teclados y coros que la matizan y enriquecen, como sucede en la insinuante “Traición” con ciertas reminiscencias Whitesnake en sus guitarras acompañando la expresiva voz de Manuel.
Al igual que sucedía con “Ira”, en “Violencia” el sonido se antoja demasiado dulce a la hora de expresar su mensaje pero este queda perfectamente expresado dentro de una melodía melancólica entre la que resaltan las guitarras de Juan Carlos acelerando al final con un buen solo, que se endurece en la plenamente ochentera “Soberbia” equilibrándose con unos teclados marca de la casa al igual que las voces dobladas en el estribillo, y en la más actual “Pereza” arrogante pieza marcada por unos sonidos de sintetizadores que se complementan con la potencia de su punzante guitarra, antes de cerrar definitivamente con la outro instrumental “Dante” que despide en clave onírica a base de sonidos sintetizados.
Cierre curioso para este buen disco que, en un principio me ha costado un poco asimilar y degustar plenamente, pero que tras sucesivas escuchas descubre una señora banda que vuelve intentando recuperar el tiempo perdido con unas composiciones más elaboradas y maduras pero seguramente con algo menos de encanto que las que integraban aquel primer trabajo con el que se hicieron un hueco en nuestra historia.
Mariano Palomo

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