martes, 19 de enero de 2016

SUPERSONIC BLUES MACHINE “West Of Flushing South Of Frisco”


(Provogue)
Tras este llamativo nombre se esconde el talento y buen hacer de tres señores músicos, el guitarrista, cantante y compositor tejano Lance López, el bajista y productor Fabrizio Grossi (Glenn Hughes, Alice Cooper, Slash, Joe Bonamassa…), y el veterano batería Kenny Aronoff (Meat Loaf, John Fogerty, Joe Cocker, Chickenfoot…). Partiendo de la idea inicial de López, este auténtico power trío, acompañado de un puñado de ilustres invitados, ha dado vida a un disco lleno de clase, sentimiento y espiritualidad viajando por los sonidos americanos añejos con los que empezó todo, yendo del rock al blues y al sureño, con toques de soul y góspel. Empezamos a ponernos en situación con el relajado inicio sureño de “Miracle Man”, con ese encanto especial que le dan la armónica y la slide guitar junto a la grave voz de López junto a unos buenísimos coros femeninos que le acompañan a lo largo del disco dando ese ligero toque góspel. Sigue ese halo de espiritualidad en los coros y las palmas con la encantadora y animada “I Ain’t Falling Again” con la guitarra más rasgada trasmitiendo buen rollo, como sucede en la aguardentosa a lo ZZ Top “Running Whiskey”, no en vano en la misma colabora el propio Billy Gibbons, estando en esta misma línea polvorienta y vacilona la divertida “Bone Bucket Blues” de nuevo con la armónica muy presente, quedando entre medias la más relajada “Remedy” entrañable blues sureño a medio tiempo destacando la participación de Warren Haynes (Gov’t Mule, The Allman Brothers Band) y de nuevo con los coros femeninos llamando la atención, al igual que en la embaucadora “Let It Be”, una delicia. Vuelve el ritmo más intenso y marcado con el bajo de Grossi haciéndose notar en la magnífica “That’s My Way” con un sonido de órgano sobrevolando sus coreos, sus ásperas melodías vocales y los buenos aportes guitarreros del también tejano Chris Duarte. Llegamos en este momento a uno de los puntos álgidos del disco, una enorme versión de “Ain’t No Love (In The Heart Of The City)”, escrita originalmente en 1974 por Michael Price y Dan Walsh haciéndola mundialmente famosa unos años después Whitesnake, y que en esta revisión de Supersonic Blues Machine suena espectacular, con todo el soul de sus coros, todo el encanto de su cadencia, y toda la elegancia de sus guitarras. Todos estos elementos los podemos encontrar también en la profunda y tremendamente cuidada “Can’t Take No More” en la que deja su impronta Walter Trout. Un sonido más pesado para “Nightmares and Dreams”, que me resulta algo lineal, aunque con bastante intensidad contando con la participación de Eric Gales dando su particular toque efectista compitiendo en protagonismo con el sonido de bajo de Grossi. Luego queda algo descolgada y un poco fuera de lugar “Whiskey Time” que no es más que la extensión instrumental de “Running Whiskey”, resultando como una especie de reprise con siete temas entre medias. Para el final nos dejan otro bonito corte lento como es “Let’s Call It a Day” pleno de elegancia contando con la colaboración de Roben Ford dejando unas guitarras y teclados orgánicos llenos de pulcritud y sentimiento. Se completa el disco casi por sorpresa con la animada y sencilla “Watchagonnado” un blues vacilón y animado perfecto para dejarnos un magnífico sabor de boca como colofón a un muy buen trabajo de la mano de esta banda a la que habrá que tener en cuenta a partir de ahora.
Mariano Palomo

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