miércoles, 4 de noviembre de 2015

VANDEN PLAS “Chronicles Of The Immortals: Netherworld II”

(Frontiers Music)

Siguiendo la estela de la primera parte de ““Chronicles Of The Immortals” publicada el año pasado, los alemanes Vanden Plas continúan con esta segunda parte completando y simplificando la intrincada historia filosófica y existencialista creada por banda y por el dramaturgo Wolfgang Hohlbein con Andrej Delany como protagonista. Una historia que seguro que se comprenderá mucho mejor si se asiste a su representación teatral, pero que en lo puramente musical no deja de ser, ni más ni menos, que un conjunto de elaboradas composiciones con el rock progresivo como base y en el que los cinco componentes del grupo desarrollan su talento y creatividad con gran competencia.
Todos los miembros del grupo muestran un gran nivel, desde la gran capacidad interpretativa del vocalista Andy Kuntz, hasta la poderosa aportación rítmica de Torsten Reichert y Andreas Lill a la batería y al bajo respectivamente, sin olvidarnos por supuesto del virtuosismo y clase del guitarrista Stephan Lill y especialmente del magnífico teclista Günter Werno. Logran todos ellos crear unas magníficas ambientaciones llenas de teatralidad que comienzan con “In My Universe”, precedida como antetítulo de “Vision 11”, continuando donde lo dejaron en la primera parte con “Vision 10” y siguiendo la secuencia esta segunda hasta la “Vision 19” con la que se cierra el disco.
Inicio rotundo y misterioso, con cambios de tiempo y ambientes, muy sinfónico en sus arreglos arropando la intimista ejecución vocal de Andy que sube por momentos sobre una base marcadamente progresiva. Se suaviza el sonido con la recitante “Godmaker’s Temptation” resultando de lo más envolvente pero sin perder su sólida pegada, que rompe impetuosa en el inicio de “Stone Roses Edge” con un afiladísimo riff tan técnico como poderoso rasgando con fuerza su ritmo que se atempera por momentos antes de llegar a un brillante duelo de teclas y guitarra donde se lucen Stephan y Günter.
Se alargan especialmente después en el desarrollo de los más de trece minutos de “Blood Of Eden” que comienza muy relajada y casi onírica con sonidos de flauta, piano y violín para ir creciendo con la entrada de la guitarra más dura y con algunas subidas de tono vocal bien trabajadas incluyendo una parte en alemán y en italiano resultando más oscura y dramática. Se aclara la melodía vocal en la cadenciosa “Mosnter” pero sigue en la misma línea, más melancólica quizás, pero de nuevo con una gran riqueza de adornos de teclas y guitarra.
Mayor presencia orquestal en la no menos teatral “Diabolica Comedia” que sin un gran ritmo es capaz de mantener un buen grado de intensidad progresiva, al igual que la atormentada “Where Have The Children Gone” de gran melodía y dramatismo, endureciéndose en su tramo final para enlazar “The Last Fight” matizada por unos coros líricos y por unos arreglos de teclas bucólicos creando un logrado contraste con los golpes de voz de Andy que se torna más grave y profunda envolviéndose dentro una lúgubre ambientación con la participación de un suave coro de voces blancas y de una completa orquestación que va subiendo de intensidad hasta le entrada de unas poderosas guitarras redondeando un buen trabajo digno sucesor del que nos ofrecieron en la primera parte de esta obra.
Mariano Palomo

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