martes, 8 de septiembre de 2015

IRON MAIDEN “The Book Of Souls”

(Parlophone)

Después de los insufribles bodrios con los que Harris  y compañía nos han “deleitado” en sus últimas entregas, un nuevo trabajo de Iron Maiden ya no puede ser recibido con buena disposición. En los buenos tiempos esperábamos con ansia cada nuevo disco, y ahora simplemente nos preguntamos si merecerá la pena escucharlo siquiera.
Por eso al comenzar este “Book Of Souls” y encontrarte con el primer corte, “If Eternity Should Fail” la verdad es que te llevas una sorpresa agradable. Bien es verdad que es un tema muy largo, de ocho minutos y medio, bien es verdad que el ridículo monólogo del último minuto se lo podrían haber ahorrado, bien es verdad que Maiden ha compuesto canciones muchísimo mejores. Pero desde luego este tema supera por goleada él solito a “A Matter Of Life And Death” y “The Final Frontier” completos. “Speed Of Light” es quizá la canción estrella del disco. Corta, cañera y comercial, se queda a pocos peldaños de alcanzar la inmortalidad de himnos como “Run To The Hills”, “Can I Play With Madness” o “From Here To Eternity”. “The Great Unkown” es un tema un poco extraño pero que funciona, tarda un poco en arrancar pero después se deja escuchar muy bien. Como pega tenemos el larguísimo final instrumental, que no habría pasado nada si lo hubieran reducido un poco en vez de estirar el corte hasta casi los siete minutos.
“The Red And The Black” es una de esas pocas canciones extensas que no se hacen pesadas, y eso que dura casi catorce minutos. Carece de estribillo, en su lugar hay unos coros sin letra, como en “The Trooper”. “The River Runs Deep” es un tema muy cañero con el sabor de los Maiden de toda la vida. Muy adecuado para el directo. A continuación viene la canción que da título al álbum, “The Book Of Souls”, la cual aunque también demasiado larga, con más de diez minutos, no está nada mal. En varios momentos recuerda a los tiempos de “Powerslave”. La acelerada “Death Or Glory” es otra de las mejores, también nos transmite la sensación de que han vuelto los Iron Maiden que nunca debieron marcharse. “Shadows Of The Walley”, tiene en su contra una vez más la amplia duración, de casi ocho minutos, pero a decir verdad tampoco cansa y entra bastante bien. En este caso podemos encontrar similitudes con el álbum “Somewhere In Time”. El comienzo se parece mucho al de “Wasted Years”, y los coros centrales están en la onda de los de “Heaven Can Wait”. “Tears Of A Clown” es una de las más comerciales y cortas, con apenas cinco minutos. También en el estilo de los mejores años de la banda. Podría haber sido el cierre perfecto de “The Book Of Souls”.
Y es una pena, porque a partir de aquí las cosas se tuercen. Pese a que hay varios temas bastante largos y a que ni por asomo es el mejor disco de Iron Maiden, hasta el momento ha sido un trabajo muy digno infinitamente mejor que sus horribles predecesores. Con tantos minutos y nueve cortes es suficiente hasta la siguiente entrega. Pero… no. Harris y los suyos no parecen entenderlo así. La décima canción, la lentorra “The Man Of  Sorrows” aparte de ser también demasiado extensa con seis minutos y medio, no convence. Es difícil explicarlo con palabras, es una composición insulsa a la que le falta algo. Pero lo peor es “Empire Of The Clouds”. Cuesta mucho poder terminarlo, son 18 minutos eternos, inaguantables. Si has escuchado el disco desde el principio, ya no queda ánimo para tragarse más canciones interminables, pero es que además es aburridísima.
Una lástima que un álbum que parecía haber recuperado la esencia perdida de Iron Maiden se estropee en su recta final por una manía mal entendida de primar la cantidad sobre la calidad. Pero la solución es bien sencilla. Basta con no volver a escuchar las dos últimas canciones y disfrutar del resto.

Nacho Jordán

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