lunes, 22 de diciembre de 2014

SOTO “Inside The Vertigo”

(Ear Music)
Nueva aventura del vocalista norteamericano Jeff Scott Soto. En esta ocasión con su apellido como cabecera el ex Malmsteen, Talisman, Eyes, Takara, W.E.T., etc., acompañado por sus habituales compañeros en los últimos años (Jorge Salán a la guitarra, BJ a los teclados y guitarra, David Z al bajo y Edu Cominato a la batería), nos muestra su vena más cañera y actual con un disco que aparte de sus intérpretes no tiene demasiado que ver con lo han venido haciendo últimamente.
Con una producción muy poderosa y actual de la que se ha encargado el propio Jeff, nos encontramos con una docena de temas que, sin dejar de lado la melodía, ahondan en sonidos más duros y rotundos de lo que estábamos acostumbrados, más aun cuando parecía haber recobrado la línea más hard melódica con “Damage Control”, último disco hasta ahora como Jeff Scott Soto. Quizá si este nuevo proyecto hubiera aparecido después de discos como “Lost In The Translation” o “Beautiful Mess” me hubiera chocado menos.
En cualquier caso estamos ante otra historia, cambio de denominación, de sonido, y ya veremos como lo acogen sus fieles dado el grado de “talibanismo”, si se me permite la expresión, que se da en algunos sectores del rock melódico, al igual que en otros estilos. A mí de primeras como decía me ha chocado y he tardado en asimilarlo, pero tras acostumbrarme a esta faceta más cañera y moderna de Soto y sobre todo de darle unas cuantas vueltas para sacarle todo el jugo que esconde encontrando muchos más matices y aristas de las que pudieran apreciarse en un principio, creo que estamos ante un buen y versátil trabajo que muestra una vez más la tremenda capacidad de adaptación de Jeff.
Lo primero me que llama la atención del disco es la energía y crudeza con la que arranca, con un tema como “Final Say” dotado de unas afinaciones y distorsiones actuales dejando momentos realmente brillantes con sus arreglos. Corte agresivo, desafiante, pesado, en el que se aprecia la mano de Mike Orlando (Adrenaline Mob) que aparece como invitado como compositor e intérprete del mismo, un buen chute de adrenalina para empezar. Una vuelta de tuerca más siniestra y pesada para “The Fall” con unos toques electrónicos actuales rozando los sonidos industriales que pueden recordar a unos Nickelback endurecidos e incluso a Marylin Mason, eso sí, con unas melodías de voz infinitamente más pulidas que las del histriónico personaje de las lentillas de colores, resultando también bastante enérgica y de lo más sorprendente del disco.
Con “Warth” mantiene la distorsión alta pero en una línea más heavy, aquí se dejar notar la labor de Gus G a la guitarra salpicando de matices su ritmo entrecortado y amortiguado por las melodías vocales que entran a coro en su estribillo, siendo más reconocible. Por su parte “Break” resulta más cadenciosa, correcta pero con poco brillo que aporta una vez más el trabajo de guitarras de Jorge que rompe con un breve e intenso solo. Un Jorge que toma más protagonismo aún en “Fall To Pieces” encargándose de su composición y que bien podría haberse incluido en “Lost In The Translation” de Jeff o en los últimos discos del madrileño, actual, arrogante, y con buenas aportaciones vocales es otro de los más reconocibles.
También nos suenan más las armonías vocales de “Narcissitically Yours” dentro de una potente producción actual con las guitarras pesando a lo Zakk Wylde, como sucede en la plomiza “Karma’s Kiss” de rítmicas marcadísimas de influjo Sabbath suavizadas una vez más por unas claras melodías de voz. Igualmente densa y algo insulsa me resulta “Trance” excesivamente plana con un toquecillo psicodélico en algunos sonidos electrónicos, y sin llegar a tanto la actual “Jealousy” y el tema título “Inside The Vertigo” también desprenden cierta oscuridad con el bajo de David Z muy presente sonando gordo sobre una línea vocal atormentada y expresiva. Queda un poco en tierra de nadie el medio tiempo “When I’m Older” el tema más melódico del disco pero que no acaba de enganchar por su linealidad escasa emotividad, agradable pero sosete.
Dejo para el final el tema que puede que por sí solo haga que merezca la pena el disco, y eso que es el más largo y complejo del mismo. Hablo de “End Of Days” que en sus casi nueve minutos de duración va desarrollándose desde su misterioso comienzo entre susurrantes voces blancas para pasar por fases casi angustiosas teatralizándose y dramatizándose con clase y altura, todo ello envuelto dentro de un ritmo pausado desgarrado por una poderosa irrupción de guitarra y batería rompiendo junto a unas determinantes voces y a un magnífico colchón de teclas orquestales que me da la sensación que tiene que ver mucho con el trabajo de Soto en Transiberian Orchestra junto al guitarrista Joel Hoekstra (ex Night Ranger, Whitesnake) que también participa como invitado. Seguramente agradará a los seguidores de Avantasia o Nostradamus (Nikolo Kotzev).
Como decía un disco versátil, variado, y sobre todo sorprendente en algunos sentidos para seguir escribiendo capítulos en la extensa historia del gran Jeff Scott Soto. Eso sí, el que espere un disco de hard melódico, que se vaya olvidando.
Mariano Palomo

viernes, 12 de diciembre de 2014

THE VAL “Heading For The Surface”

(Soundarella Records)

Hace tres años los seguidores del rock melódico nos llevamos una gran alegría con el reencuentro de la vocalista Gaby De Val y del guitarrista Alfonso Samos encabezando The Val, un nuevo proyecto que les volvía a unir después de haberles perdido la pista hace un montón de años cuando militaban juntos en Yin Yang a finales de los ochenta, y que se vio materializado en un fabuloso trabajo discográfico como fue “Back”.
En esa reunión estaba también el teclista David Erik Criado, que ahora ya no está en la banda por motivos laborales que le han llevado fuera de España, siendo sustituido para la grabación de este segundo disco por Tony Ortega, algo que en cierta medida se deja notar, no porque Tony lo haga peor ni mejor que Erik, pero creo que, aun siendo fundamental en el sonido del grupo, se aprecia más protagonismo de las guitarras, algo que algunos demandábamos observando la diferencia que había del sonido del grupo en directo respecto al del primer disco. Permanece en el grupo el bajista gerundense Alex Morell, que también se deja notar más, formado una más que solvente base rítmica junto al nuevo batería Rubén Berengena.
De nuevo con Alfonso Samos a los controles ayudado por Oscar Marañón, y con esas pequeñas diferencias en su sonido siempre con el A.O.R. como referente pero ahora algo más rockero, este segundo disco mantiene la línea y esencia de su predecesor, rock melódico elegante, fino, nítido y sobre todo con mucho encanto. Por supuesto resulta imposible abstraerse al magnetismo de la preciosa y versátil voz de Gaby que muestra unos matices y registros que encajan perfectamente en la trabajada instrumentación que proponen cada una de sus composiciones.
Se abre el disco, tras la breve intro que le da título, con la luminosa y pegadiza “Wish You All The Best”, con un estribillo ligero y ultra melódico doblado por una voz en segundo plano empastando con unos bonitos dibujos de teclas y guitarra. Continúan con la algo ingenua “Crusaders” (nada que ver con Saxon), igualmente pegadiza pero con un ritmo más envolvente sobre una base de A.O.R. clásico y con unos preciosos arreglos de teclados y guitarra que me recuerdan a los primeros Marillion. Aumenta la carga evocadora y fabulística en la espectacular “Roses And Chains”, dejando un aroma a Candice Night con unas enormes melodías vocales que arropan su mística ambientación pero también con la guitarra haciéndose notar en clave Blackmore sonando todo muy compacto.
Meten más ritmo rockero en “Up To Where U Are” con una mezcla de arrogancia y dulzura en la voz de Gaby que se complementa con los aportes de guitarra más punzantes de Alfonso que se marca buen solo con mucho feelin’, que se mantiene aunque en clave acústica en la delicada “She’s Dumb And Blind” que va cogiendo ritmo sobre sus rasgueos y toques de piano junto a unos suaves arreglos de percusión, aumentando si cabe en la intimista “Stardust” que con su aire soul y sus apasionadas armonías vocales hace que nos acordemos del clásico “Stop” de Sam Brown.
Vuelta a territorios más puramente A.O.R. con temas como la pegadiza “My Heart Is Beating”, potente y llena de intención, aparentemente sencilla pero con muchos detalles emboscados, o la optimista “I Saw Him First” de ritmo alegre igualmente salpicado de buenos arreglos y pinceladas instrumentales con ese regusto del A.O.R. U.S.A. más asequible para todos los públicos. Se vuelve a suavizar el ritmo que no la intensidad con “Breathe Me In” aportando preciosismo y pasión a partes iguales, para continuar envolviéndonos después con la atormentada “Wreckage Of My Heart” dotada de cierta carga teatral creando de nuevo una atmósfera evocadora.
El cierre lo pone “Borderline” una suave delicatesen con la voz de Gaby tremendamente expresiva y aterciopelada acariciando junto a unos bonitos punteos acústicos de Alfonso, sirviendo como relajado colofón a este fantástico disco que debería confirmar a The Val, si no lo son ya, como una de las mejores bandas españolas de A.O.R. de la historia.
Mariano Palomo

DEVIL’S TRAIN “II”

(Ear Music)
Segundo viaje de este tren diabólicamente hard rockero que empezó a transitar a toda velocidad  sobre los raíles de su primera entrega con la que nos sorprendieron hace un par de años cuatro señores que nos tenían acostumbrados a producciones más power metaleras. Afortunadamente para los que nos gustó su debut discográfico siguen en la misma línea, mejorada si cabe, con esa mezcla de suciedad y precisión, bebiendo de las fuentes setenteras de esencia blues-sureña, pero con esa carga de distorsión metálica actual más pesada consiguiendo que sin perder nada de esencia no suenen en absoluto desfasados, todo lo contrario.
Fundamental en este sonido es la labor del guitarrista Lakis Ragazas, un músico a descubrir  que muestra un poderío y clase tremendos a la hora de rasgar las cuerdas, y que junto al vocalista R.D. Liapakis, compañero suyo en Mystic Prophecy y también productor del trabajo, llevan las riendas de esta pedazo de banda que completan dos veteranos como son el bajista Jari Kaiunalainen  (Masterplan, Stratoviarius, Evergrey) y el batería Jorg Michael (Saxon, Stratovarius, Running Wild) formando una espectacular base rítmica, haciendo que todo suene realmente compacto pero sin perder frescura ni melodía.
Como ya veníamos avisados esta segunda obra no sorprende tanto, pero al menos a mí ha impresionado y gustado tanto como la primera, mejorándola si cabe en composición, matices e intensidad. Ya desde el comienzo con la pegadiza “Down On You” empiezan a convencer a base de guitarras de alto octanaje, ritmos contagiosos, grandes melodías de voz y poderosa pegada, perfecta para abrir.
Se acentúa la distorsión en “Hollywood Girl”, con la voz de Liapakis recordándome bastante a la del gran Jorn Lande completada por unos fantásticos coros que le dan un rollo sureño setentero que marca la diferencia, girando a terrenos más rockanroleros y vacilones en “Gimme Love” que con su clarísimo estribillo coreado a lo Tangier (grupo infravaloradísimo que nombran entre sus influencias en la nota de prensa junto a Badlands, Cindrella o Tesla, vaya mal gusto que tienen) y con su frenético riff a lo “Hot For Teacher” de Van Halen resulta de las más directas y destacadas del disco con Ragazas saliéndose con su guitarra.
Cae el ritmo llegando a la polvorienta “Mr. Jones” con su sonido sinuoso del Delta del Mississippi presente en forma de slide, pesada pero con mucho encanto acelerando arrogante y competente al final, para ser sucedida por la rotunda “Can You Feel” suavizada por sus insinuantes voces en el estribillo pero descarnada en las guitarras a lo Slash, que se tornan más stoner en “Rock Forever” cadenciosa pero con mucha llegada, atemperándose en “Let’s Shake It” de gran estribillo en tonos medios con un ligero toque soul haciéndola de lo más seductora. Más groove para “Girl Like You”, otro de los temas llamados a triunfar en directo, pegadiza, melódica pero con peso y rotundidad, como podrían sonar Badlands con Zakk Wylde a la guitarra.
Pasión y sensualidad transpira “You And Me”, con un estribillo ganador y unas crujientes guitarras setenteras que envenenan con sus rasgueos una caliente melodía vocal a lo Coverdale, acelerando en la más marcadamente sureña “Thunderstone” rápida composición llena de dibujos sinuosos sobre una base muy clásica pero con arreglos noventeros creando una atractiva mezcla, decayendo un poco en la más densa “Suffocated” lineal en su ritmo sin apenas picos pero con una buena melodía de voz.
Se completa el disco con dos versiones que, como sucediera en su primer disco con “American Woman” de The Guess Who, llevan a su terreno respetando su esencia. En esta ocasión las elegidas han sido una ralentizada “Born To Be Wild” de Steppenwolf, y una endurecida “Immigrant Song” de Led Zeppelin con la voz de Liapakis de nuevo recordando a Jorn, sirviendo para cerrar definitivamente el álbum.
Muy buen disco, curdo, duro, potente, pero también melódico, trabajado y nítido, y que supone la confirmación de este proyecto que no me importaría nada ver en directo, si son capaces de llevarlo a escena con la fuerza y categoría que exhiben en estudio pueden ser la bomba. De lo mejor del 2014 para mi gusto.
Mariano Palomo

GIGATRON “Atopeosis 666”

(Dioses del Metal)
Los incondicionales del HEAVY METAL con MAYÚSCULAS estamos de enhorabuena. Por fin vuelven los grandes, los inconmensurables, los líderes indiscutibles del metal mundial, aquellos que llegaron a número 1 en USA, por supuesto, hablamos de los grandes colosos Gigatrón. ¿De quién si no?
Desde “Mar De Cuernos” ha pasado la friolera de nueve años. Los fans lo hemos pasado realmente mal aguardando esta nueva entrega, aunque en honor a la verdad hay que recordar que esta interminable espera se ha visto mitigada por los video-clips que han aparecido en youtube, “Apocalipsis Molón” y “Heavy Hasta La Muerte”. En este tiempo ha habido algunos cambios en la formación de la superbanda (sería poco llamarles banda). El bajista Mazinger Molina ha pasado a ocupar su gran talento en la batería, tomando su lugar a las cuatro cuerdas Mike Ferralla, quien recordemos que anteriormente era uno de los guitarristas. En la guitarra queda en solitario el nuevo fichaje Dave Demonio, y a la voz permanece el insustituible Charly Glamour. El grupo queda pues, en cuarteto. En líneas generales vemos que en nada han perdido su autenticidad y su fidelidad al heavy.
Tan pronto arranca el CD con “Speed Thrash Big Bang”, que revindica el valor del metal como fuente de energía, podemos comprobar con alborozo que Gigatrón siguen siendo los mejores. Si en “Mar De Cuernos” se atrevieron a tocar todos los palos del hard, desde el rock andaluz al rock callejero, pasando por los sonidos extremos, con la canción “Sangre Y Fiambre” se atreven con la única variante del rock que les faltaba, el rock rural, O quizá mejor dicho, roz rurá, género que popularizaron hace casi cuatro décadas maestros como Fernando Esteso, La Charanga Del Tío Honorio o Manolito Rollo. Pero la sucesión de sorpresas no deja pausa. “Esténtor” habla de un hasta ahora desconocido héroe homérico, cuyas hazañas alcanzan o sobrepasan a las de los legendarios Hércules o Aquiles. La ya mencionada “Apocalipsis Molón” la conocíamos de sobra gracias a su genial vídeo-clip. También hay cierto sitio para el reflejo social, en “Festival Del Mal” se plasman fielmente las sensaciones que provocan los viajes a los grandes festivales. “Hijos De Mordor” tiene un título que habla por sí solo, y prácticamente podemos decir lo mismo de “Rollo Primitivo”.
Unos bellos toques de rock medieval son la introducción a la épica y majestuosa “Queridodín”, dedicada al metálico padre supremo de la mitología nórdica. También vuelven a interpretar letras de carácter político y social, con “Metalocracia”. Todos los músicos del mundo pueden sentirse identificados con la bonita letra de “Héroes Del Power”, un homenaje a todos aquellos que se esfuerzan tratando de sacar adelante su propio grupo de heavy metal. El amor a la bebida queda reflejado en “Hard´N´Piripi”, mientras que “Mi Alegre Mazmorra” está protagonizada por un simpático tipo que se dedica a torturar a quienes no profesan total fidelidad al heavy metal. El broche de oro de este trabajo es la operística “El Barbero De Vallekas”.
Pese a que resulta de todo punto indiscutible que nos encontramos ante una obra maestra, hay algo que debemos reprocharles a Gigatrón. ¿Dónde está la magistral “Heavy Hasta La Muerte”, la vilmente plagiada por Twisted Sister bajo el título “We´re Not Gonna Take It”? Hemos de suponer que la reservan para el próximo disco, o quizá para una futura edición especial de “Atopeosis 666”.
Nacho Jordán

lunes, 1 de diciembre de 2014

HAREM SCAREM “Thirteen”

(Frontiers Records)

Cuando ya daba por amortizados a Harem Scarem, más después del insustancial refrito de “Mood Swings” que se marcaron año pasado, ahora van y me sorprenden sacándose de la manga un disco de lo más fresquito y entretenido. Sin llegar al nivel de sus icónicos dos primeros trabajos, con esta decimotercera entrega en estudio sí que han conseguido transmitirme en buena medida las vibraciones de antaño, algo que sólo lograron últimamente en pequeñas dosis con algunos temas de “Higher”, “Human Nature” y “Weight Of The World”.
Todo suena mucho más ligero y brillante, con una chispa que echaba en falta desde hace tiempo, manteniendo como siempre un gran nivel instrumental y vocal, con la personalidad propia de la banda pero con un tono mucho más positivo, creando canciones breves, más sencillas e inmediatas, redondeado cuarenta minutos que se pasan en un suspiro sin caer en moderneces excesivas ni en las cargantes demostraciones de atormentamiento de otras veces.
Desde que empieza a sonar “Garden Of Eden” empiezan a desprender buen rollo, con un ritmo vivo y tremendamente melódico,  con los coros marca de la casa a su mejor nivel sobre el un original desarrollo guitarrero rematado por un gran solo de Lesperance, esto no cambia. Incluso consigue que me agraden cortes más modernetes como “Live It”, con sus armonías vocales y sus peculiares arreglos sin perder la base melódica recordándome a los Beatles, al igual que la cadencia de la taciturna “Never Say Never” que me resulta más gris, o “Early Warning Signs” más durita pero con un curioso toque happy que crece en su gran estribillo.
Mucho más dinamismo y recuerdos clásicos de su primera etapa en “Saints And Sinners” con unos fantásticos acordes de guitarra marcando pegadizos y eficaces junto a la melódica ejecutoria vocal de Harry Hess que sin necesidad de forzar mucho ni de ponerse dramático está francamente bien a lo largo de todo el trabajo. En la misma onda pero aún más melódica nos dejan la bien intencionada “Troubled Times” con unas bonitas melodías y mucha esencia primigenia, pero algo falta de pegada, como sucede en menor medida en la sinuosa “The Midnight Hours” que crece en su estribillo, al igual que la envolvente “All I Need” que a menor ritmo llama la atención con sus repuntes de voces y guitarra.
Con “Whatever It Takes” recuperan en buena medida el nivel de sus mejores baladas, aunque sin alcanzar un nivel top de apasionamiento sí que desprenden sentimiento y clase adornados por unos bonitos rasgueos acústicos sobre las melodías centrales. Para cerrar nos dejan la romántica “Stardust” cadenciosa en sus guitarras pero agradable en sus expresivas líneas vocales, dejándonos un buen regusto.
Si hace unos meses me hubieran dicho que Harem Scarem sacarían un nuevo disco que me agradaría tanto me hubiera costado creérmelo, pero la vida te da sorpresas, y si son como está, pues mucho mejor.
Mariano Palomo

FOREIGNER “The Best Of 4 And More”

(Frontiers Records)

Los enormes Foreigner tuvieron a bien realizar recientemente unos cuantos conciertos recordando una de las obras maestras de la historia del A.O.R. su maravilloso álbum “4”. Durante algunas noches desplegaron casi íntegramente su mágico track list acompañándolo de un puñado de clásicos de otros discos de la banda, dando como resultado unas veladas que seguro resultaron inolvidables para los que tuvieron la suerte de asistir en directo a las mismas. Ahora el resto de los mortales podemos disfrutarlo en diferido, concretamente los shows que tuvieron lugar los días 3 y 4 de octubre en el Hotel Borgate de Atlantic City.
Con un sonido extraordinario, nítido, compacto, matizado, cálido, sencillamente sublime, Mick Jones (guitarra), Kelly Hansen (voz), Jeff Pilson (bajo), Tom Gimbel (saxo, guitarra, flauta), Michael Bluestein (teclados), Chris Frazier (batería) y Bruce Watson (guitarra), realizan una magistral interpretación comenzando por media docena de los temas del disco homenajeado. Comenzando, tras un breve medley enlatado de retazos de algunos de sus clásicos, con una potente “Night Life” ideal para engancharnos ya con su ritmo y poderío sustentados sobre unas buenísimas teclas y un brutal estribillo.
Se relaja la marcha con la seductora “Woman In Black” algo más opaca y seria pero igual de competente, para llegar a una inconmensurable interpretación del himno A.O.R. “Urgent” destilando feelin’ y elegancia con un inicio más suave que el original hasta llegar a un sobrecogedor repunte de saxo a cargo de Gimbel que se explaya junto a un no menos grande Kelly Hansen, clase y poderío por arrobas. Algo que sigue marcando la magistral “Waiting For A Girl Like You” una de mis baladas favoritas y en la que las teclas de Bluestein y los coros del grupo suenan perfectos llenando todo de un enorme sentimiento.
A la estela de la anterior va creciendo la teatral “Break It Up” con un punto de dramatismo remarcado por las pulsaciones de bajo de Pilson y los golpes de batería de Frazier junto a unos sobrecogedores coros y teclados, para bajar el pistón notablemente con la evocadora balada “Girl On The Moon” deliciosamente ejecutada en clave acústica de forma preciosista con todo sonando en su sitio para cerrar la primera tanda de temas de “4”, al que vuelven a recordar al final con otro de sus hits.
Aunque para hits los cinco elegidos a continuación, comenzando por “Say You Will” interpretada como la anterior en formato acústico ralentizado respecto a la original con una delicada incursión inicial de flauta travesera y en la que las percusiones y coros le dan un toque distinto pero absolutamente encantador, como sucede con la positiva e igualmente decelerada “Feels Like The First Time” que una vez más me transmite un tremendo buen rollo.
Un punto más de intensidad para “Cold As Ice” que arrulla con su melodía vocal sin perder nada de potencia y pegada con unas voces dobladas rozando el soul y con un sonido de piano perfecto, bueno todo suena perfecto, y con un curioso solo de órgano lleno de virtuosismo y un mínimo guiño a “Black Night” de Deep Purple. Inmediatamente llegamos al momento Jones con un solo precediendo a una no tan lucida “Hot Blooded” a la que la ralentización no le sienta tan bien como a sus predecesoras y que se alarga de nuevo en su final con otro solo de guitarra.  Sin estar mal es la que menos me ha convencido.
Mejoran con la siempre emotiva “I Want To Know What Love Is” que dentro de su grandísimo nivel instrumental se me queda un poco corta en los coros, seguramente después de haber escuchado la versión con góspel cualquiera se me quedará corta, pero que es siempre una delicia disfrutar de ella, como lo hace el público palmeando y cantando su estribillo.
La guinda la pone una extendidísima “Jukebox Hero” que supera los trece minutos de duración comenzando por unos tormentosos efectos que dan pie a una ligera improvisación de teclas y batería para romper con una marcada rítmica lenta hasta que coge el ritmo normal y, aquí sí, con los coros brillando junto al potente chorro de voz de Hansen, y de nuevo con el público interactuando mientras los músicos se explayan con sus instrumentos, sobre todo las guitarras, alargando un apoteósico final.
Podemos poner como pega a este lanzamiento que es un directo más de Foreigner que no aporta nada nuevo, que el grupo lleva cinco años sin sacar material nuevo, pero que queréis que os diga, cuando algo está hecho con tantísima calidad se les perdona y siempre es un gustazo escucharlo. Eso sí, esperemos que no se duerman en los laureles y que no tarden mucho en publicar temas nuevos.
Mariano Palomo

BAILEY “Long Way Down”

(Frontiers Records)

Después de darse a conocer el pasado año con su banda Three Lions, el cantante y bajista inglés Nigel Bailey lanza ahora su primer trabajo en solitario con su apellido como cabecera. Y la verdad es que, aunque con otros compañeros, casi podía haber sido el segundo disco de Three Lions, porque es complicado apreciar alguna diferencia respecto al sonido del grupo primigenio de Nigel. Hard Rock melódico típicamente británico, con algún acercamiento al heavy melódico, ejecutado con pulcritud y buen gusto sin dejar de lado la fuerza, aunque en algunas fases se echa en falta algo más de contundencia.
Para la grabación de este “Long Way Down”, Bailey se ha rodeado de algunos de los músicos italianos “residentes” del sello Frontiers, el fino guitarrista Mario Percudiani, el batería Alessandro Mori, y el hiperactivo Alessandro del Vecchio que se encarga de coros, teclados y producción. Todos ellos realizan una más que correcta labor, dando como resultado un trabajo bastante interesante que, sin descubrir la pólvora, sí me resulta agradable e intenso por momentos. Bailey sigue luciendo su personal voz con esos tonos graves muy melódicos y expresivos, pero siempre al servicio de los temas, sin querer erigirse en el protagonista principal, dejando que sus acompañantes desarrollen ampliamente su labor.
El inicio con “Feed The Flames” es un buen ejemplo de equilibrio vocal e instrumental, dentro del sonido británico que comentaba antes con unas trabajadas melodías de voz desarrollándose sobre las de guitarra algo menos altas sin necesidad de subir mucho el tono. En esta misma línea está también “Dirty Little Secret” de estribillo claro pero algo lineal en su ritmo, intensificado por la mayor presencia de la guitarra de Percudani, recordándome ambas a los veteranos Praying Mantis.
Más rotundidad acercándose a terrenos heavy rockeros con “Long Way Down” con unas guitarras duras y con cuerpo, o con “Bad Reputation” en la que curiosamente los teclados de Del Vecchio se dejan notar dentro de un sonido muy Ten-Dare (“Blood From The Stone”), sobre todo en la guitarra que recuerda mucho a Vinny Burns, por otra parte miembro también junto a Bailey de Three Lions. Se acentúa el recuerdo a la banda de Gary Hughes en la épica “In The Name Of The King” acertadamente elegida como tema de choque del disco, un corte potente, pegadizo y bien elaborado que entra a la primera.
Los momentos más A.O.R. los encontramos en la deliciosa “Stay” que seduce con su dulce sencillez sobre un estribillo claro y sutil, convirtiéndose en otra de mis favoritas del disco, junto a “Love Falls Down” que dentro de su ritmo fácil y cálido encierra un estribillo doblado resultándome de lo más entrañable, a la tremendamente contagiosa “Ticket To Yesterday” que resulta complicado sacarse de la cabeza con su rollo optimista algo ingenuo que entra discretamente sin necesidad de grandes alardes ni subidas de tono, y a la contagiosa “Dirty Angel” que cierra el disco a ritmo alto con sus dinámicas guitarras compartiendo primeros planos con un buen estribillo al que le falta un poco de fuerza en los coros para acabar de rematar la faena.
La cara más romántica de Bailey comparece en el medio tiempo “Somewhere In Oslo” lleno de melodía y delicadeza instrumenta, sobre todo en las guitarras de Percudani envueltas en la preciosa voz de Bailey, y en la expresiva balada “Spend TheNight” que comienza acústica con suavidad para ir cogiendo cuerpo e intensidad, con ese poso romántico que comentaba pero en absoluto ñoña o pegajosa, escuela británica.
En definitiva un disco realmente agradable de escuchar, con momentos potentes y cañeros siempre dentro del hard-heavy melódico, y que creo que gustará a los que ya disfrutaron con el trabajo de Three Lions.
Mariano Palomo