viernes, 13 de diciembre de 2013

BOSTON "Life, Love & Hope"

(Frontiers / Mastertrax)

Si había un lanzamiento que estaba deseando que llegara desde que se anunció era el del sexto trabajo en estudio de los míticos Boston (sí, seis discos en casi cuarenta años de carrera, con calma) y la verdad es que la decepción ha sido notable. Varios factores hacen de este “Life, Love & Hope” un disco menor, sobre todo por su sonido para mi gusto sin apenas chispa ni empaque. Aunque seguramente todo venga propiciado por el hecho de que este más que un CD de Boston, podría considerarse casi como el proyecto de Tom Scholz, único miembro original de la banda que permanece a día de hoy en la misma, y que se encarga prácticamente de todo, desde la composición a la producción, además de tocar la mayoría de los instrumentos, con desigual resultado.
Otro de los factores que bajan la nota del disco es la escasa aportación creativa en forma de temas nuevos, rescatando tres de los cortes de su anterior entrega “Corporate America”, que tampoco es que me pareciera ninguna maravilla, pero que a la postre acaban siendo de los más destacados, sobre todo por la presencia en dos de ellos de el tristemente fallecido Brad Delp poniendo su inconfundible voz. Estos dos temas son la suave y elegante “Didn’t Meant To Fall In Love” llena de delicadas melodías de voz y guitarra en las que se insertan unos originales aportes de teclados y de guitarra española, y la cálida “Someone (2.0)” en la que a pesar de su coletilla “2.0” no aprecio cambios significativos respecto a su versión primigenia de 2002. El otro tema en el que participa Delp es la inédita hasta ahora “Sail Away” tema lento con un punto dramático que transmite bastante con gusto y sentimiento, aunque seguramente tenga más peso por su mensaje referente a la gestión gubernamental de la crisis del huracán Katrina que por su aportación meramente musical.
En el tercer corte rescatado de “Corporate America” sí que aprecio alguna diferencia más palpable respecto al original, se trata de “You Gave Up On Love (2.0)”, se reduce su duración alrededor de un minuto, las voces cambian encargándose de las mismas Kimberley Dahme, Tommy Decarlo y el propio Tom Scholz dándola más color, y se salpican bonitos detalles de flauta, guitarra y teclados, acabando por ser de las que más me han convencido.
En cuanto a los temas nuevos la mayoría amagan pero no acaban de dar, caso del medio tiempo “Love Got A Way” muy bonito, con unas guitarras y armonías vocales con Scholz como voz principal bastante correctas, pero sin chicha, acabando por resultar sosa, como le sucede a la balada “If You Were In Love” también con Kimberly Dahme a la voz, tan delicada y susurrante que puede acabar por resultar somnífera.
Afortunadamente también hay temas animados y con mayor ritmo, como la inicial “Heaven On Earth” que tiene toda la esencia Boston, con sus inconfundibles melodías ya acordes pero todo amortiguado, sin la energía de antaño, sobre todo en lo que al sonido de batería se refiere realmente pobre y prefabricado, y eso que la labor vocal de David Victor y Louis St. August es más que reseñable. Mejora el asunto en cuanto a brillo y solidez con el tema título “Life, Love & Hope” otro de los más destacados en el que curiosamente la voz un tanto opaca de Tommy De Carlo resulta realmente bien dentro de su alegre melodía completada por los coros de Jeff Neal y de Scholz, repitiendo junto a Jude Nejmanowski para la sencilla y optimista “Someday”que sin ser la panacea si resulta agradable aunque algo irregular con algún curioso aporte de armónica de Curly Smith.
Se cierra el CD con el medio tiempo “The Way You Look Tonight” que me ha ido convenciendo más a base de reiterar su escucha por su propuesta envolvente con la aterciopelada voz de De Carlo una vez más bastante efectiva, aunque acabe por resultarme menor en conjunto por la oquedad de su base rítmica, completándose la obra con la bonita y breve instrumental “Last Day Of School” en la que Scholz exhibe su depurada técnica como guitarrista, algo en lo que quizá creo que debería centrarse más y olvidarse de otras labores para las que podría contar con otros músicos, porque al final normalmente “el que mucho abarca, poco aprieta”, que creo que es lo que le ha sucedido en este disco que apenas llega para mí al aprobado raspado. Imagino que la pérdida de Brad Delp y todas las vicisitudes por las que ha pasado Boston en los últimos tiempos tendrán mucho que ver en el resultado final, pero de los mejores siempre se espera lo mejor, y desgraciadamente en este caso hace tiempo que no es así, esperemos que puedan remontar el vuelo.
Mariano Palomo

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