martes, 15 de octubre de 2013

FLYING COLORS "Live In Europe"


(Mascot Label Group)

El pasado 20 de septiembre de 2012 la superbanda de rock progresivo Flying Colors registraba su actuación en la localidad holandesa de Tilburg para ahora ofrecérnosla en forma de brillante documento tanto fonográfico (doble CD y triple vinilo) como videográfico (DVD y Blue Ray). Un trabajo ciertamente interesante y entretenido para lo que suelen ser los directos de progresivo, donde mucho parece tener que ver la simpatía y buen rollo que transmiten los componentes de la banda, dirigidos por el ilustre teclista y vocalista Neal Morse (Transatlantic, Spock’s Beard) encargado de llevar el peso comunicativo con la audiencia, amén de tocar y cantar con su gran nivel habitual.
Acompaña en tareas vocales a Neal el más desconocido Casey McPherson que también apoya con la guitarra rítmica al hacha Steve Morse que a pesar de su ocupación principal con Deep Purple sigue sacando tiempo para participar en proyectos tan atractivos como el que nos ocupa. Con el grado de calidad expuesto hasta ahora la base rítmica no podía quedarse atrás, con el bajista Dave LaRue (compañero de Steve en Dixie Dregs y en su banda en solitario) dejando su impronta bien marcada junto al inquieto mago de los tambores Mike Portnoy (The Winery Dogs, Transatlantic, ex Avenged Sevenfold, ex Dream Theater) que incluso se atreve a poner su voz a uno de los temas sin desentonar en absoluto.
A la vista de este “Dream Team” del progresivo ya sólo quedaba esperar que su ejecutoria en directo reflejara fielmente la clase y calidad que atesoran cada uno de sus componentes poniéndola en común para dar vida a unos temas que algún caso incluso me atraen más que su versión en estudio. La mayoría del repertorio está integrado por las composiciones de su único trabajo homónimo en estudio que prácticamente acababan de lanzar unos meses antes de la grabación de este directo, desgranándolo íntegramente pero intercalando algunas sorpresas. Todo con la pulcritud y solidez que se espera de estos monstruos de la interpretación, con equilibrio y sin saturación, sonando todo y todo en su sitio, aunque quizá algo más de volumen en ciertas partes vocales no hubiera estado mal.
Se abre el disco con la virtuosa pero asequible “Blue Ocean” en la que las teclas y armonías vocales crean un clima magnífico mientras que las líneas de bajo se dejan notar con elegancia junto a la precisa pegada de Portnoy recordándome por momentos a la etapa más sinfónica de Genesis, para endurecerse a continuación con la más progresiva “Shoulda Coulda Woulda” en la que los rasgueos cortados de Steve Morse se dejan notar dentro de su misteriosa ambientación dando intensidad y cuerpo a esta curiosa pieza que tras la pertinente charla de Neal desemboca de nuevo en el sinfonismo con “Love Is What I’m Waiting For” barnizado de cierta comercialidad que me trae vagamente a la mente el nombre de Supertramp por ciertas armonías vocales y arreglos de piano creando un tema con encanto que se redondea con un original solo de Steve.
Protagonismo a continuación para Casey recuperando “Can’t Find a Way” un suave tema de su ex banda Endochine en el que predominan los sonidos delicados con incursiones acústicas y grandes armonías vocales de nuevo adornada por otro magnífico y reconocible solo de Steve. Continúa el despliegue de clase con la preciosista “The Storm” rotundidad y sinfonismo con más intensidad que ritmo, al igual que en la zigzagueante “Odyssey”, tema de Dixie Dregs en el que van entrelazándose pequeñas exhibiciones instrumentales con varios cambios de ritmo creando momentos donde sinfonismo y jazz se dan la mano dialogando sin necesidad de ponerles voz.
Tras dejar claro su faceta de tocones atacan con “Forever In A Daze” un tema más accesible y animado aunque igualmente notable técnicamente, con mucha presencia del bajo de Dave LaRue sustentando los sonidos espaciales salidos desde los teclados, para sorprender después con una versión de “Hallelujah” de Lonard Cohen con Casey encarnado la figura del cantautor neoyorquino recitando con su voz desnuda y sentida casi a cappella dejando un regusto místico pero monótono sin apenas instrumentación de apoyo, para cerrar el primer CD de forma envolvente con la emotiva “Better Than Walking Away”.
Prácticamente siguen los mismos parámetros a la hora de abrir el segundo CD con la suave “Kayla” aunque dándole un puntito épico que adorna sus buenas líneas vocales con Neal al frente, para tras una divertida presentación dejar el protagonismo vocal a Portnoy en la cálida “Fool In My Heart” de cadencia lenta casi blues con una segunda voz alta completando la principal del percusionista que cede el primer plano al bajista Dave LaRue que se marca la parte principal de la breve instrumental “Spur Of The Moment” pulsando sus cuerdas como preludio a la inquietante “Repentance” perteneciente al álbum “Systematic Chaos” de Dream Theater y en la que muestran su cara más lúgubre brillando en su final un fantástico solo de Steve que prácticamente enlaza con la relajada “June” de Spock’s Beard con la voz de Neal Morse destacando sobre una instrumentación suave y acústica.
Esporádico repunte cañero con “All Falls Down” de ritmo alto y desafiante con Dave y Steve rivalizando en destreza con sus mástiles, para bajar de nuevo el pistón con “Everything Changes” en clave fantástica y casi narrativa por momentos rota por un intenso break y otro gran solo de guitarra, cerrando definitivamente con la sólida y extensa “Infinite Fire” rematando a base de virtuosismo y expresividad con momentos experimentales y algo dramáticos.
Final excelente para este disco recomendadísimo para los amantes del rock progresivo de la mano de un auténtico repóquer de músicos.
Mariano Palomo

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