jueves, 7 de febrero de 2013

HELKER “Somewhere in the Circle”

(AFM / Avispa)

Después de quince años de trayectoria, con tres álbumes previos a sus espaldas más algún que otro EP, los argentinos Helker parecen encontrar ahora con este “Somewhere in the Circle” la difusión y reconocimiento internacionales que, tras su escucha, creo que tienen más que merecido. Hasta que el sello alemán AFM no nos ha hecho llegar este disco no tenía la menor idea de la existencia de esta potente banda, algo que me resulta algo extraño a la vista de la gran calidad que atesoran los once cortes que lo componen.
Bebiendo de las fuentes del heavy metal europeo más clásico enraizado en el sonido de bandas como Judas Priest, Black Sabbath o Accept, pero con un barniz más potente en cuanto a producción que les acerca a los nombres más interesantes del siglo XXI dentro del género, este combo liderado por el guitarrista Mariano Ríos y por el sorprendente vocalista Diego Valdez, se han marcado un gran trabajo pleno de fuerza, técnica y buenas melodías. A la pareja fundadora les acompañan el también guitarrista Leo Aristu (también desde el incio del grupo), el bajista Christian Abaca y el batería Herman Coronel, estos dos últimos incorporados recientemente.
Como decía me ha sorprendido sobre todo el poderío y capacidad del cantante Diego Valdez, que bien podría pasar por angloparlante nativo, con unos dejes que indefectiblemente recuerdan por momentos al gran Ronnie James Dio, pero mostrando también otros registros y colores en su voz. Por su parte la instrumentación es más que correcta, sin grandes demostraciones de virtuosismo gratuito pero con un engranaje sónico perfectamente engrasado en el que las melodías de guitarra se alternan con punzantes riffs, sobre una base que siempre está en su sitio dando sustento pero sin avasallar.
El influjo de Dio queda patente desde el inicio en la contundente “Modern Roman Circus”, con una estructura y ritmo pesados pero dinamizados por las melodías de voz y guitarra, siguiendo en una línea más rápida con la rítmica y enganchante “Just Be Yourself” con un original y afiliado solo de guitarra y en la que la voz de Valdez se muestra tan agria como limpia, recordándome a Patrik Johansson (Astral Doors), al igual que en la más melódica “No Chance To Be Reborn” asequible y enérgico corte en el que entran muy bien gracias a sus buenas guitarras y estribillo alto.
Por si quedaba alguna duda a cerca de las influencias de la banda, sobre todo de su cantante, cuentan como invitados para el tema “Begging For Forgiveness” con la participación de dos de los referentes vocales del heavy metal, Ralph Scheepers (Primal Fear) y Tim “Ripper” Owens (Judas Priest, Beyond Fear). Ambos aportan su toque personal a un buen tema que, sin ser el que más me haya atraído del disco, cumple perfectamente dentro de un ritmo menor y más denso, pero con el aliciente de esos cambios de voces que le dan hasta un cierto toque teatral. Esa densidad y la sombra de Ripper se prolongan sobre “Wake Up” con mayor distorsión matizada por unas voces más melódicas pero algo planas, acelerando seguidamente con la clásica “At the End of the Journey” que desarrollándose a golpe de caja y guitarras dobladas a lo Primal Fear con aires épicos.
Llegamos uno de los temas más melódicos del disco, “Ghosts From The Past”, con unas guitarras limpias a ritmo medio rompiendo su linealidad con un elaborado solo y con un ligero repunte final que nos lleva hasta la rasgada “Still Alive”, que a pesar de su ritmo pesado y marcado no está exenta de chispa y melodía clásica, como ocurre en la animada cercana al power “Inside of Me” donde la voz de Valdez tira hacia arriba con potencia y técnica junto a unas guitarras agudas, que se tornan más hard rockeras en “Dreams” que cierra el trabajo recordando a Edguy por sus competentes melodías. Se completa el trabajo con la lenta y melancólica “Flying” en la que el sentimiento florece en voces envolventes y sonidos acústicos sin olvidarse de dejar un sentido solo eléctrico.
Creo que, independientemente de lo “exótico” de su procedencia, nos encontramos ante un producto a la altura de lo mejorcito del género en la actualidad, perfectamente exportable, confirmando que afortunadamente en cualquier parte del mundo todavía se sigue haciendo buen Heavy Metal, y los chicos de Helker son buena muestra de ello. Aunque algo tarde, interesante descubrimiento.
Mariano Palomo

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