jueves, 6 de diciembre de 2012

SHAKRA “Powerplay”


(AFM / Avispa)

El comienzo de 2013 nos traerá nuevo trabajo de los hard rockeros suizos Shakra, una formación que durante su trayectoria ha ido adaptando su sonido a los tiempos que corren, ya que en sus inicios era prácticamente un grupo de puro hard melódico clásico. Sin abandonar esa melodía, pero aportando matices más duros y actuales, han ido creciendo para dejarse por el camino algunos fans más reticentes a las guitarras de alta distorsión, pero sin embargo han podido reclutar nuevos fieles más jóvenes afines a su enérgica propuesta.
En todo este proceso ha habido altibajos, sobre todo por los cambios de vocalista que ha sufrido la banda, sobre todo desde la entrada en el grupo de Mark Fox con un registro y actitud más agresivos, que dejó su puesto hace un par de años a John Prakesh que ya grabó el anterior disco “Back on Track” en la misma línea de su predecesor. Ahora, de nuevo con el vocalista de origen indio (de la India) al frente, Shakra nos ofrecen su novena obra en estudio.
Un disco algo más melódico y matizado, pero con la misma energía y potencia, sobre todo por los arreglos de guitarra de los fundadores del grupo Thom Blunier y Thomas Muster, que empezaron la historia hace ya veinte años junto al batería Roger Tanner que continúa junto a ellos, formando una contundente base rítmica junto al joven bajista Dominik Pfister, que mucho tiene que ver también en ese barniz más actual que reviste el sonido del grupo de un tiempo a esta parte.
Comienzan con fuerza y pegada con los primeros riffs de alto octanaje de “Life Is Now” muy rítmica en la que la melodía vocal sobresale groovie sobre una potente y marcadísima base rítmica cortada, y que acaba por parecerme bastante resultona con su estribillo claro arriba, que brilla igualmente en la menos dinámica “The Mask” más dura y saturada pero con buenos repuntes de ritmo que la hacen atractiva y pegadiza, subiendo la nota en la potente de guitarras duras y melódicas “Higher”, dotada de una gran melodía de voz resultando bastante eficaz con su insinuante ritmo marcado por los golpes secos de batería de Tanner  y por un curioso break de bajo de Pfister.
Tras el aluvión inicial de distorsión se relajan con la lenta electroacústica “Wonderful Life” en la que la grave voz de Prakesh transmite con expresividad y sentimiento desgarrado junto a un gran solo de guitarra limpio, para volver a rasgarse y endurecerse en la actual “Dear Enemy” también con groove y cuerpo equilibrada por una buena melodía de voz engordada por unos eficaces coros melódicos, bien pero sin acabar de matarme. Me atraen más a continuación con dos cortes de estructura y sonido más clásicos, como son la animada “Save You From Yourself” sencilla con su clásico esquema: estrofa-puente-estribillo quedando muy redonda, al igual que la más cañera “Don’t Keep Me Hanging” pegadiza con unas buenísimas guitarras, y con un tremendo estribillo coreado arriba sobresaliendo sobre la base marcada a base de claqueta y con un ritmo, frescura y arrogancia que me recuerda a los Crüe del “Dr. Feelgood”.
Continua el viaje en la montaña rusa que nos proponen Shakra para llegar a un par de temas que me han dicho menos, la monótona “Dream of Mankind” que a pesar de su buena melodía vocal resulta muy lineal, y la más moderna “Stevie” demasiado rascona para mi gusto, para volver a recuperar el pulso más hard rockero con “Because of You” que aunque tenga tintes actuales muestra al mejor Prakesh llenando de melodía e intensidad el tema con su voz, manteniendo mucha base clásica, recordándome en su conjunto a los últimos Gotthard.
Para el final dejan la densa y rotunda “Secret Hideaway” marcada por sus punzantes riffs saturados, y la correcta balada “Too Good To Be True”, otra vez con la voz como su mejor aval destilando profundidad en un tono más rasgado y desgarrado, sobre una sólida instrumentación en la que de nuevo las guitarras de Munster y Blunier se dejan notar. Un buen cierre para este disco que sigue mostrando a una buena banda, con actitud y poderío, pero algo irregular y que, sobre todo, me gustaba más en sus inicios más melódicos.
Mariano Palomo

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