viernes, 1 de junio de 2012

CIRCUS MAXIMUS “Nine”

(Frontiers / Mastertrax)
No es sencillo para una banda conseguir ser accesible para el gran público haciendo rock progresivo sin perder complejidad y virtuosismo, por lo general una cosa lleva a renunciar a la otra. Pero de vez en cuando nos encontramos con músicos cuyo talento y trabajo les permiten crear obras en las que se aúnan accesibilidad y técnica, como es el caso de estos suecos que lo consiguen plenamente con esta su tercera entrega bajo el título de “Nine”.
Capaces de convencer en temas más hard y melódicos de duración estándar entre cuatro y cinco minutos o con otros más complejos el doble de largos en los que no se limitan a exhibir su tremenda capacidad instrumental y vocal, además logran no hacerse excesivamente pesados y enrevesados en sus composiciones.
De hecho, tras la misteriosa intro “Froging”, el disco se abre con uno de esos temas extensos como es “Architect Of Fortune” en el que convencen a base de cambios de ritmo, voces muy muy melódicas, inserciones acústicas, riffs duros, pasajes sinfónicos y partes intimistas, todo ello entrelazado con elegancia pero sin perder un ápice de fuerza.
Hacía referencia a las voces, sin duda uno de los puntos fuertes de este trabajo, con un gran Michael Eriksen que le da un toque ya no sólo rockero sino A.O.R. en ocasiones con su fantástica voz brillante y con cuerpo como ya pudimos disfrutar también en el primer disco de The Magnificent hace un par de años en una onda distinta de puro hard melódico ochentero.
Además de Eriksen no hay que olvidarse del resto de los músicos que lo hacen pero que muy bien, desde el brillante guitarrista Mats Haugen, pasando por el versátil teclista Lasse Finbraten, hasta los sólidos y técnicos integrantes de la base rítmica Truls Haugen a la batería y Glen Cato Mollen al bajo, consiguiendo todos ellos sonar compactos, nítidos y dinámicos.
Los temas más inmediatos a la hora de entrar al oyente pueden ser “Game Of Life” en la que equilibran con acierto riffs duros y teclas brillantes sobre una cadencia pesada suavizada por la voz de Eriksen, “I Am” de ritmo alegre, solo virguero de guitarra y batería presente con la voz más matizada, o la intensa y más dura “Used” melódico y sólido metal progresivo que atrapa con su buena pegada recordando a Symphony X.
Siguiendo la misma línea de “Used” pero con una cadencia más pesada nos encontramos con “The One” agraciada de nuevo por la brillante labor vocal, con la más curiosa de ritmos egipcios “Namaste” con el bajo de Glen marcado junto a unas guitarras pesadas de Mats que se dulcifican con un melódico solo, o con la más opaca de aire intimista “Reach Within” que es la que menos me ha dicho.
Dejo para el final otros dos temas de larga duración que cierran la obra y que bien podrían resumirla. En primer lugar “Burn After Reading” una trabajada pieza de ritmo e intensidad crecientes que comienza tibia y envolvente a través de la voz y las teclas para ir endureciéndose incluso arrollando en algún momento, para acabar con matices barrocos y pomposos que se desvanecen con unos suaves sonidos de piano.
El cierre definitivo viene de la mano de “Last Goodbye”, que al igual que la anterior va de menos a más cortándose en su ritmo por los matices vocales subiendo y bajando con unos potentes aportes de guitarra junto a unas teclas más melódicas consiguiendo un brillante resultado dentro de su complejidad compositiva.
Y tras todo lo dicho no me queda más que recomendar este disco, no sólo a los seguidores más acérrimos del rock progresivo, sino a todos aquellos que disfruten de la música bien hecha, con clase y gusto. Eso sí, aunque sea fácil de escuchar, tampoco os esperéis estar pegando botes con los temas y coreando estribillos a grito pelado, para eso hay otras cosas que igualmente están muy bien.
Mariano Palomo

1 comentario:

Diego Rivera dijo...

El disco es excelente, la verdad este grupo nunca fue de mis favoritos por lo cual fue una grata sorpresa el sonito del album. Buen review.