jueves, 31 de mayo de 2012

JORN “Bring Heavy Rock To The Land”

(Frontiers / Mastertrax)

Una de las voces referentes, si no la voz, del heavy rock en los últimos años sigue demostrando su tremenda capacidad de trabajo ofreciéndonos un nuevo álbum en estudio, décimo ya, apenas un año después de su anterior entrega en directo “Live In Black”.
En esta ocasión el señor Jorn Lande se ha decantado por un sonido menos distorsionado y más cercano al hard & heavy tradicional, con sus toques de metal, pero con una construcción y sobre todo con unos sonidos de guitarra menos pesados de lo que nos tenía acostumbrados. Algo que por una parte me agrada bastante ya que en discos previos había momentos en los que llegaba a saturarme, pero que por otra, no sé exactamente si por esta razón, hace que el disco se me haya hecho algo plano y previsible por momentos.
En cualquier caso el disco suena muy bien, el rubio noruego sigue cantando todo lo que quiere y más, derrochando clase en cada corte, bien acompañado por los guitarristas Tore Moren y Jimmy Iversen, por el bajista Nic Angileri y por el batería Willy Bendiksen que cumplen con buena nota, sobre todo los dos primeros.
La falta de ritmo queda plasmada claramente en la inicial casi a modo de intro “My Road” con Jorn llenando de pasión sus casi tres minutos de sonidos electroacústicos, como reafirma en el tema título “Bring Heavy Rock To The Land” mandando con fuerza y expresividad dentro de una cadencia pesada su mensaje de evangelización heavy rockera en onda Dio total, como sucede en “I Came To Rock” primas hermanas ambas pero esta última con un punto más de crudeza y ritmo.
Este ritmo más vivo y afilado lo tienen la dinámica “Chains Around You” con unas guitarras tremendas, o la más clásica hard “Ride The Guns” que acaba atrapando por el veneno que suelta la voz de Lande en su fiero estribillo y por sus riffs a lo Thin Lizzy, acabando por convertirse en mi favorita del CD.
También me ha convencido, aunque en menor medida, la extensa “A Thousand Cuts” que en sus más de ocho minutos de duración desarrolla una trabajada composición con momentos épicos, melódicos e intensos, contrastando unas limpias melodías vocales con unos punzantes cruces de guitarras muy ochenteros.
Por su parte “The World I See” tras un arranque lento casi susurrante no acaba de arrancar creando una atmósfera densa pero nítida con Jorn mostrando su tremenda calidad vocal con desgarro y suavidad a partes iguales, para poner un punto más de emotividad a lo Coverdale en la magnífica balada “Black Morning” compartiendo brillante protagonismo con los sonidos de guitarra acústicas y eléctricas creando una entrañable calidez.
Se completa la obra con dos versiones. La primera prácticamente es una autoversión ya que se trata del tema que daba título al último disco de Masterplan “Time To Be King” en el que estaba involucrado el propio Jorn y que no se diferencia mucho de la original con su matizado ritmo, empaque y personalidad, con ese deje atormentado marca de la casa. La otra cover es casi una re-cover del clásico “Ride Like The Wind” de Christopher Cross cercana a la revisión hecha por Saxon en su “Destiny” del 88, incluso con algo más de potencia pero con la misma carga melódica.
Mr. Lande no suele fallar en sus discos, y en esta ocasión no es una excepción, pero quizá este trabajo necesite de más atención que los anteriores para poder valorarlo en toda su amplitud, y al final acaba convenciendo.
Mariano Palomo

NOCTURNIA “Sin Retorno”

(CD Music)

Los toledanos Nocturnia siguen avanzando con paso firme en su carrera y, tras el más que correcto “Días de Ceniza” de 2009, ahora suben un escalón con su cuarto larga duración “Sin Retorno”, un disco que supone un grado más de evolución dentro de su heavy metal con tintes power, progresivos y melódicos.
El trabajo suena realmente bien, potente y limpio, sin saturar, y con un fantástico trabajo vocal por parte de Rafael Carpena que se reafirma como uno de los cantantes a descubrir de nuestro país por su claridad y potencia a la hora de atacar los temas. La instrumentación es nítida y melódica pero contundente cuando tiene que serlo, sin perderse en excesos de virtuosismo por parte de los guitarristas Roberto Moreno y Salvador González, ni machacando en exceso con la base rítmica que forman el bajista César Arroyo y el batería José Roldán, barnizado todo ello con el gran aporte desde los teclados de José Gómez-Sellés creando interesantes ambientaciones unas veces y adornando con sutil elegancia otras.
El disco se abre con una breve y épica “Intro” que da paso al ritmo power metalero de “El Fin de los Tiempos” marcada por sus coros motivantes y sus arreglos algo barrocos contrastando con unas guitarras más rápidas y pesadas sobre los golpes de voz de Rafael, que sobresale con personalidad a continuación en la más densa e intensa “Sin Volver Atrás” donde también se lo curran muy bien Roberto y Salvador con sus guitarras.
Las guitarras que siguen siendo protagonistas en “Hermanos” tema escogido para grabar un vídeo clip y que bien puede considerarse como el single, lleno de melodía y sencillez en su estructura pero con buenos toques instrumentales dejando las teclas más en segundo plano, y que destila un cierto aire Dark Moor, que se torna más oscuro en la más pesada pero melódica “Que Nunca Se Apague Tu Corazón” de nuevo con Rafael sobresaliente tirando de garganta bien apoyado por los coros doblados y rematada por un buen solo de guitarra del productor de la obra Chema García Del Cerro.
Un punto más de agresividad aportan a la potente “En Mi Soledad” que se suaviza en su parte final con un bonito fragmento de piano que enlaza con “Destino” que va cogiendo ritmo sin acelerar en exceso dentro de una ambientación más gris que roza el gótico, volviendo al sonido de piano inicial para cerrar en clave romántica.
Ahondan aun más en el lirismo dentro de la trabajada y teatral “Dulce Venganza” donde se deja notar la voz de Raquel Fernández junto a algún mínimo detalle gutural compartiendo protagonismo además de con la voz principal de Rafael, con los arreglos orquestales de teclado de José, siguiendo en esta línea pero menos dramática en la más lineal “Sueños”.
El final lo ponen el melódico medio tiempo de apasionada temática amorosa “Donde Tú Estés” y la cabalgante “En Busca Del Tiempo” que cierra definitivamente a golpe de épica con claridad y potencia, quedando bastante convincente a pesar de que para algunas pueda sonar excesivamente a otras formaciones como los primeros Avalanch o Tierra Santa.
Buen disco en su conjunto, que sin descubrir nada nuevo si que ofrece calidad y actitud en sus composiciones, y creo que supone la mejor entrega hasta la fecha de esta formación que definitivamente parece haberse hecho un hueco dentro de la escena del metal nacional.
Mariano Palomo

domingo, 20 de mayo de 2012

PROSTHETICS “Origen”

(Pegada Brutal)

Llenos de energía atacan desde Mallorca con su primer trabajo de Prosthetics, un poderoso cuarteto que mezcla el thrash metal noventero con el nu-metal más accesible y melódico para dar forma a una competente colección de temas que integran este “Origen” que se gestó durante el pasado año 2011.
Lo primero que me llamó la atención al escuchar este disco fue su fiera compacidad, pero matizada por unas trabajadas y por momentos brillantes melodías, algo que me sorprendió a mi mismo ya que no me suelen convencer este tipo de bandas, pero con estos no sé, tienen algo que me ha enganchado y consiguen no saturarme.
Inevitablemente escuchando el disco salen a colación nombres como los de Hamlet (en su versión menos densa) o Sober (en su versión más potente), pero también observo un gran influjo de bandas grandes del thrash más pulido y rotundo, sobre todo al sonido de los Metallica del “And Justice For All”, sin olvidar a los inevitables Pantera.
Todo ello da como resultado temas tan intensos e interesantes como la rotunda “No Huiré” que abre el disco tras la intro “Génesis” con la voz de Dani Aznar agresiva pero limpia sobre el ritmo que marca él mismo con su bajo junto a la batería de Toni Salvá, para que Jaume Tugores y Xisco Palomo se dediquen a destripar afilados riffs con sus guitarras.
Me han resultado ciertamente atractivos cortes como las más thrasers “Antisocial” de ritmo arrollador, directa, técnica y cruda, “Eddy” más melódica y pegadiza con un gran estribillo y mucho cuerpo, “El Juego Terminó” arrogante más actual mezclando fiereza y melodía, o la igualmente contundente y algo agria “Seguirás Sin Mi” con un barniz más actual recordándome a sus compañeros de sello Gauntlet sobre todo en el trabajo de guitarras.
Esta referencia al grupo madrileño puede servir para situar a la rápida y marcada “Paseo a Vuestro Infierno” en la que muestran un buen balance de guitarras rítmicas y melódicas, tornándose más nu-metaleras y saturadas en la groovie “Falsa Esperanza”, en la sombría y densa “Bordeando El Abismo”, y en la más pesada de ritmo creciente “Hoy No Está Dios”, en todas ellas con un Dani más áspero en sus registros vocales.
Sin abandonar la rotundidad y mala leche dejan sitio a un mínimos retazos hard rockeros a lo Skid Row post “Slave To The Grind” en algunos detalles de la profunda “La Misma Adicción”, marcándose aun más en los fraseos de guitarras de la acompasada y potente “Pseudoevolución”, dos temas para escuchar con detenimiento ya que no entran con facilidad.
Se completa el disco con la brillante  y afilada instrumental de ambientación bélica “U.235” en la que participan con un buen solo el gran Tolo Grimalt (Elikat, Fool’s Kin, Metalium, Skyline) y con una escasamente apreciable aportación la violinista Mar Margarit, cerrándose definitivamente con un tema oculto de cadencia lenta y siniestra adornada por una lejana segunda voz femenina que acaba por resultar excesivamente pesada sin acabar de romper. Tema obviable dentro de un trabajado e interesante disco que muestra una vez más el buen nivel de nuestras bandas. Recomendable sobre todo para los seguidores de los sonidos rotundos y actuales.
Mariano Palomo

SOBREDOSIS “Angel Negro”

(Leyenda Records)

Tras  más de dos décadas desparecidos sucedidas últimamente de algunos años de rodaje en directo, de ensayos y de horas de local y de estudio, uno de los nombres que con apenas dos LPs en su haber, surgió con fuerza en la época dorada del heavy rock nacional, nos presenta un nuevo disco con su sello propio e inconfundible.
Y es que Sobredosis han vuelto con el mismo sonido que recordamos los que siendo unos incipientes púberos coreábamos himnos ya atemporales de nuestro rollo como “Alíate”, “Chico”, “Sangre Joven”, “Dinero, Mujeres y Rock” o “Dinosaurio del Rock”, con los que crecimos y nos enganchamos ya sin remedio, importándonos bien poco su muy mejorable producción  o lo limitado de su técnica.
Ahora, con un mejor sonido pero tampoco volviéndose locos ni complicándose la vida en exceso, han parido nueve composiciones que son dignas sucesoras de aquellas que a mediados de los ochenta llenaban los surcos de “Caliente Como Un Volcán” (1984) y de “Sangre Joven” (1985), manteniendo ese encanto inconformista y reivindicativo de antaño pero algo más maduro sustentado en la sencillez de unas composiciones firmadas prácticamente en su totalidad por los cinco componentes actuales de la banda.
De los músicos que grabaron los dos primeros discos del grupo únicamente aparecen en éste el bajista Salva Narváez y el cantante Santi Alonso “Sasa”, acompañados por los guitarristas José Casado y Miguel Angel G. Sánchez que desarrollan una muy buena labor, al igual que el batería Osckar Bravo, recientemente también reclutado por los death metaleros Avulsed.
Sasa sigue cantando con personalísimo estilo, al borde del ahogo por momentos, resultando algo angustioso en ocasiones, pero perfectamente reconocible y claro en los mensajes que quiere transmitir con sus interesantes letras, y Salva también se deja notar desde el inicio en la absolutamente ochentera “Esclavo” que destaca por su solidez.
Esta onda de heavy rock ochentero impregna todo el disco, con temas de ritmo vivo y estándar como “Soñaré Despierto” sencilla pero con enganche por su curioso estribillo, al igual que la absolutamente contagiosa “Grita” que me tengo la sensación que dará mucho juego en directo por su motivante mensaje rockero.
Más duras tenemos “Angel Negro” con una gran melodía vocal eficaz y pegadiza sobre unas muy buenas guitarras, que siguen brillando en la más rítmica y dinámica “Ultimo Cartucho” que ya habíamos tenido ocasión de poder verles descargar en directo en alguna ocasión, y que se hacen más pesadas en la áspera “Siempre Igual” en la que luce más el trabajo de la base rítmica.
Se completa el disco con la añeja “Si Piensas Pagas” con una currada melodía de guitarras que me suena a Schenker-Scorpions junto a un estribillo claro y áspero que creo podían haber pulido un poco más, algo que si hacen en la más heavy “Batalla Final” en la cuentan una historia con tintes épicos, algo poco habitual en las letras del grupo. Pone el cierre la divertida “Días De Vino y Rosas” que no es otra cosa que una interpretación instrumental del “Cumpleaños Feliz” para dejarnos con una sonrisa en los labios.
Disco correcto sucesor de los clásicos del grupo, en el que descubrimos a tres interesantes nuevos músicos que aportan su buen hacer, y que perfectamente podría haber salido en el 86 ó el 87 ya que además de por su sonido tiene todos los elementos de entonces, más encanto que virtuosísimo, mensajes claros, nueve temas, menos de cuarenta minutos de duración, en fin: Sobredosis.
Mariano Palomo

viernes, 18 de mayo de 2012

UNISONIC “Unisonic”

(ear Music)

Al fin tenemos el disco completo cuyo EP de adelanto, “Ignition”, reseñamos no hace mucho. Los que fantaseaban imaginando que estaríamos ante poco menos que la cuarta parte de los “Keeper Of The Seven Keys” ya se pueden ir quitando la idea de la cabeza. El trabajo tiene canciones realmente geniales, pero es imposible volver un cuarto de siglo atrás en el tiempo, y además de la formación clásica de Helloween faltan más de la mitad de los músicos.
Quien busque el sabor de las antiguas calabazas tiene que seguir recurriendo a Gamma Ray. La caña desenfrenada de los creadores del power metal no podía repetirse con Michael Kiske de por medio, quien, recordemos, si no ingresa en los Rayos Gamma es porque le parecen demasiado duros.
Resulta, no obstante, curioso que el vocalista intervenga tan poco en las composiciones, Mandy Meyer y Dennis Ward aportan mucho más que Michael, quien sólo firma “No One Ever Sees Me”, un lentorro medio tiempo que es de lo más rollete de todo el conjunto. Y eso que se suponía que el proyecto había partido de él. El peso de la composición recae sobre Kai Hansen, que interviene en ocho de los temas. Pero realmente estamos empezando por el último corte.
El CD arranca con la genial “Unisonic”, ya comentada en su momento junto a “My Sanctuary” y “Souls´Alive”, en la cual no apreciamos apenas diferencia con la “demo version” del mini LP. Posiblemente la mejor de todo el trabajo sea “Never Too Late”. Simpática, festiva, con una letra que rebosa optimismo, es la que más recuerda a los viejos tiempos y podría encajar perfectamente en un álbum de Gamma Ray. No hace falta mirar los créditos para saber que el autor es Kai.
En la misma onda fiestera está “Never Change Me” cuyas guitarras, aunque más pausadas, se asemejan a las del olvidado tema de Helloween “Shit And Lobster”. “Star Ryder” es una especie de himno melódico y majestuoso, y de forma parecida podemos calificar “We Rise”, aunque es algo más cañera.
Hay dos baladas, “Over The Rainbow”, y la ya mencionada “No One Ever Sees Me”. En cuanto al resto de temas, “I´ve Tried”, “Renegade” y “King For A Day”, sin ser malos, son del montón, casi  de relleno, no convencen del todo.
Al igual que pasara en el mini “Ignition” apenas se oye la voz de Hansen, sólo la creemos reconocer en algunos coros, únicamente se le distingue con claridad en “King For A Day”. Aun con las objeciones que hemos señalado, este no deja de ser un gran disco. Esperemos que Unisonic mejore en sus próximas entregas y que sus directos estén a la altura.
Nacho Jordán

JOSÉ ANDRËA “Uróboros”

(Warner)
 
Segundo trabajo de José Andrëa, pero en realidad el primero ya totalmente fuera de la banda que le ha dado fama internacional. Lo primero que queda claro es que no es un proyecto en solitario. No es José Andrëa con unos músicos de acompañamiento. Es una banda con todas las de la ley, y si han tomado, de momento el nombre del vocalista para denominar al grupo, está bien claro que es porque sólo unos idiotas rechazarían la publicidad y las puertas abiertas que esto les supone.
Como prueba incuestionable de esta afirmación basta con mirar los créditos. El cantante no ha compuesto la música de ninguna de las canciones, sólo las letras. El resto de miembros son Juanjo Frontela en la batería, Juan Flores “Chino” a la guitarra, Pedro Díaz “Peri” en el bajo, y Sergio Cisneros “Kiskilla” a los teclados.
El resultado es un disco tremendamente variado, de rock pero con incursiones en otros estilos. Por ejemplo, “El Tren”, que abre el CD, y “Aún Me Puedo Peinar”, se pueden calificar de blueseras, mientras “A Cubazos” tiene partes que son puro jazz. Hay una buena porción, quizá un poco excesiva, de baladas y medios tiempos, como “Al Otoño Espero”, “Lo Más Preciado del Mundo” y “A Quien Conmigo Va”. Más cañeras son “No Cuentes Con Ellos”, “Siempre Vuelve A Amanecer”, “Flores En Tu Corazón” o “Ni Afinado Ni Medido”.
En un término medio estaría “Vanidad”, que es muy comercial y una de las mejores. También son muy destacables las ya mencionadas “El Tren”, del cual se ha rodado el vídeo-clip, y sobre todo “No Cuentes Con Ellos”, cuya temática se sale de la del resto del disco. Mientras todas las demás letras del trabajo son intimistas y hablan de las inquietudes y experiencias del cantante, esta es pura protesta social y pone a parir a los causantes de esta interminable crisis.
La verdad es que es uno de los pocos puntos débiles de este “Uróboros”. La misma variedad que hay en la música desaparece en los textos, y es una pena, porque canciones que una a una pueden ser muy buenas acaban siendo monotemáticas en conjunto. Los trece cortes del álbum se completan con dos versiones, la famosa “Frío” de los Alarma de Manolo Tena, y “La Canción de los Deseos”, de los propios Magö de Oz. Veremos qué tal resultan en directo Andrëa y compañía, y qué derroteros toman sus futuros trabajos.
Nacho Jordán

jueves, 17 de mayo de 2012

GREAT WHITE "Elation"

(Frontiers / Mastertrax)

Les ha costado, pero poco a poco y a base de buenos trabajos como este “Elation”, los norteamericanos Great White están consiguiendo convencerme de nuevo y hacer que me olvide de su infame play back del 2000 en la Sala Caracol.
Resquemores personales aparte, la verdad es que a estos veteranos hard rockeros parece que les había mirado un tuerto, sobre todo por el trágico accidente pirotécnico que sufrieron hace unos años costándole la vida a uno de sus miembros, y luego con esta curiosa moda de llamar prácticamente con el mismo nombre a dos bandas tras la ruptura de la original aunque sólo haya uno de sus miembros principales en alguna de ellas (L.A. Guns, Vixen).
En este caso siguen con la misma denominación los guitarristas Mark Kendall y Michael Lardie como miembros de más peso y trayectoria en la banda, junto al batería Audie Desbrow y al bajista Scott Snyder, e incorporando como principal novedad al atareado vocalista Terry Ilous (XYZ) para sustituir al fugado o echado, vaya usted a saber, Jack Russell que sigue con su propia encarnación del grupo junto a otros “mercenarios”.
Y la verdad que se echa algo en falta a Russell con su inconfundible y aguardentoso tono de voz al que no llega Ilous, pero que creo que sí suple con garantías tirando de registros más melódicos (no tanto como con XYZ dejando a un lado el estigma Dokken) adaptándose muy bien a las composiciones de Kendall y Lardie que siguen tocando con clase y elegancia con ese regusto blues setentero por momentos que impregna los temas de hard melódico que componen el disco.
Sonido limpio y con cuerpo, con fases más arrastradas y rockanroleras como en la inicial “(I’ve Got) Something For You” de ritmo vacilón y divertido llena de pegadizo guitarreo rasgado, en las más bluessies marca de la casa “Shotgun Willie’s” fiestera y coreada con buenas voces, como lo es “Resolution” más rítmica y sencilla, o la contagiosa y divertida “Complicated” con ese rollo pianola de Saloon que tanto me mola escuchar en este tipo de discos.
No se aleja mucho de este sonido clasicote pero en un ritmo más pausado la envolvente “Love Train” con ese encantador toque de armónica que adorna unas magníficas voces reconocibles a la primera, al igual que en el compacto medio tiempo “Promised Land” con cierto aire espiritual salpicado de agradables sonidos pellizcados de acústica.
Más puramente hard melódicas nos ofrecen la más que correcta “Feelin’ So Much Better” de ritmo vivo y guitarras más profundas siguiendo el ritmo marcado por la batería de Desbrow, la encantadora “Heart Of Man” que tiene una melodía de voz espectacular sobre unas guitarras limpias que acaban atrapando, como sucede en la más sencilla pero igualmente eficiente “Just For Tonight” con mucho rollo y sensualidad, mientras que “Lowdown” tiene una cadencia más pesada en una onda cercana al sonido setentero de compás clásico.
Se completa el disco con uno de los puntos fuertes de la banda, las baladas. En este caso dos realmente buenas, sobre todo “Hard To Say Goodbye” un tremendo corte lleno de sentimiento en la que Ilous se sale junto a un buen solo eléctrico de guitarra. El otro tema lento “Love Is Enough” es algo más largo con mayor protagonismo para el piano de Lardie y las guitarras más suaves dentro de un sonido más comercial pero igualmente atractivo.
Bonito disco en definitiva el que nos ofrecen Great White, superior en mi opinión a su predecesor “Rising”, con nuevos alicientes como la aportación de Terry Ilous a la voz, pero manteniendo la esencia y clase con la que se han hecho un nombre de la mano de Kendall y Lardie. A ver qué opina Jack Russell de esto y que puede ofrecernos por su parte, de momento no hemos perdido un grupo y puede ganemos otro.
Mariano Palomo

HARDLINE “Danger Zone”

(Frontiers / Mastertrax)

Más de tres años han tenido que pasar para poder escuchar nuevo material en estudio bajo la cabecera de Hardline, o lo que es lo mismo la banda de Johnny Gioeli. Y es que el cantante norteamericano es el único que continua con este nombre de culto para los amantes del hard rock melódico ya que ni si quiera su hermano Joey le acompaña en este nuevo disco.
Para la ocasión el enérgico vocalista, también con Axel Rudi Pell hace un montón de tiempo, ha tirado de músicos europeos en buena parte colaboradores habituales de artistas del sello Frontiers. Se trata del activo teclista Alessandro del Vecchio y de la bajista Anna Portalupi, ambos acompañantes de Mitch Malloy como pudimos ver hace unos meses en el Rockfest de Madrid, además del batería Francesco Jovino enrolado en las filas de U.D.O. y del guitarrista de Eden Curse Thorsten Koehne.
Todos cumplen a lo largo y ancho del disco, pero queda claro que estas composiciones están hechas a la medida del líder de la banda que tiene un protagonismo absoluto, manteniendo su arrogancia y poderío, pero mostrando matices más melódicos y cercanos al A.O.R. de lo que nos tenía acostumbrados hasta ahora. Con este nuevo trabajo creo que han mejorado en cuanto a melodía y accesibilidad respecto a “Leaving The End Open” y sobre todo a “II”, sus predecesores tras la vuelta al ruedo tras un montón de años desaparecidos, aunque me resulta mucho menos enérgico e impactante que su insuperable ópera prima “Double Eclipse”, algo esperable por otra parte.
Como decía los sonidos más A.O.R. se dejan notar con claridad desde el inicio con las correctas “Fever Dreams” y “10000 Reasons” que van ganando con las escuchas ofreciendo matices y detalles con fuerza y clase, sobre todo en el trabajo de teclados de Del Vecchio y en las melodías de voz. Giro más hard para la más matizada de ritmo irregular “The Only One” que tiene un estribillo matador junto a unas buenas guitarras, para la enganchante “Show Me Your Love” de ritmo alegre y buena pegada, y para el tema título “Danger Zone”.
Un corte éste último más extenso, que al igual que el anterior, bien podría encajar en la discografía del propio Axel Rudi Pell por su toque evocador y su buen estribillo, si no fuera por el protagonismo menor de la guitarra de Koehne que se queda algo corta, tomando algo más de altura en la animada y pegadiza “What I’d Like” que recuerda irremediablemente a “Heaven Tonight” de Malmsteen siendo una de las que mejor entra a la primera por sus teclados y voces.
Algo parecido sucede con la luminosa “Stay” que tarda un poco en arrancar pero que sin necesidad de acelerar crece con poderío y feelin’ con un Gioeli enorme llenando de fuerza el tema junto a unos muy buenos coros y unas guitarras esta vez sí brillando junto a los teclados.
El toque más seco y actual lo encontramos en la más rascona “I Don’t Wanna Break Away” que me resulta bastante artificial y flojita, mejorando en los agradables y competentes medio tiempos “Look At You Now” plena de calidez, como la profunda acústica “Stronger Than Me” con la voz potente sobre una suave instrumentación con más encanto que ritmo. Un ritmo que aumenta en la sencilla y efectiva “Never Too Late For Love” que transmite con claridad y fuerza a través de su estribillo ultra melódico con la participación de una buena voz de apoyo, para dejar al protagonista principal brillar sobre todo en la más justita “Please Have Faith In Me” que no acaba de arrancar con una instrumentación excesivamente tímida.
Un buen disco en su conjunto, digno de su creador y del nombre que representa, pero que me ha costado un poco más de lo normal apreciar en su totalidad ya que tras unas primeras escuchas me dejaba algo a medias, cuestión de repetir y darle oportunidades, porque creo que finalmente lo merece. Además seguramente con la formación actual será más sencillo ver a Hardline tocando en Europa, y por qué no en España, y aunque no sea el dream team de su primer trabajo estoy convencido que muchos se quitarían la espinita y saldarían una deuda pendiente, esperemos que así sea.
Mariano Palomo

WIG WAM “Wall Street”


(Frontiers Mastertrax)

Lo que empezó siendo una de las grandes irrupciones dentro del panorama hard rockero europeo brillando con fuerza y frescura desde sus dos primeros trabajos, bien secundados hace dos años y medio por su sucesor “Non Stop Rock n’ Roll”, parece que se va apagando tras la escucha de esta nueva entrega.
Un disco este “Wall Street” que ofrece en general un sonido que me resulta excesivamente simplón, y no es que Wig Wam hayan sido nunca unos virtuosos ni que se hayan complicado excesivamente la vida a la hora de componer, pero al menos en discos anteriores los temas me parecían más divertidos y me enganchaban más. Intentan mantener sus señas de identidad, con protagonismo para los coros absolutamente reconocibles, con las guitarras de Teeny cumpliendo, y con la voz de Glam justita pero imprescindible para sus composiciones, pero creo que no acaban de rematar la faena.
Y eso que el disco no empieza mal, con dos cortes como la durita y algo pomposa “Wall Street” que les queda bastante rotunda dentro de su sencillez, y la más festera “OMG (Wish I Had A Gun)” con buenos detalles de bajo a cargo de Flash y sobre todo con unas punzantes y curradas guitarras por parte de Teeny.
A partir de aquí entramos en una sucesión de temas que me dicen poquito salvo por algún detalle aislado, como la teatralidad un tanto infantil de “Victory Is Sweet” que se desarrolla a medio tiempo con voces suaves pero con escasa intensidad, o como el entretenimiento que proponen las más party “The Bigger The Beter” que tiene mucho regusto a los Sweet con sus palmas y su ritmo cortado por los golpes de voz de Glam y de batería de Sporty, y “Wrong Can Feel So Right” igualmente previsible pero resultona con divertidos toques de guitarra y con un buen estribillo.
Tampoco está mal la más puramente hard de riff básico y duro “Try My Body On” con un ritmo insinuante muy “americano” recordando a la mejor época de las bandas de hair metal de los States por su arrogancia y sus coros más sólidos. Por su parte la insustancial “Bleeding Daylight”, la lenta de aires Beatles con bonito solo de guitarra “Tides Will Turn”, la distorsionada y original pero hueca “One Million Enemies”, y la plana electroacústica “Natural High” bajan en distinta medida la nota sin acabar de convencerme.
Algo que sí consiguen con la sorprendente instrumental “Things Money Can’t By” que cierra el disco, un magnífico corte relajado lleno de sentimiento y clase en el que Teeny ofrece su mejor versión mostrando una gran categoría acariciando las cuerdas de su guitarra.
Final que nos deja con buen sabor de boca, pero que no consigue que este disco se quede más que en una irregular sucesión de momentos más o menos divertidos y agradables de escuchar, pero sin la chispa de entregas anteriores, esperemos que sean capaces de recuperarla en el futuro.
Mariano Palomo