viernes, 27 de abril de 2012

U.D.O. “Celebrator (Rare Tracks)”


(AFM / Avispa)

Con motivo de su veinticinco aniversario como banda U.D.O., o lo que es lo mismo Udo Dirkschneider y compañía, han preparado una serie de lanzamientos para celebrarlo como merece la ocasión. El primero de ellos es este “Celebrator”, que como indica su subtítulo (Rare Tracks), es una colección de rarezas, bonus tracks, versiones, colaboraciones y otras lindezas que el vocalista alemán ha recopilado junto a su sello desde hace ya unos cuantos años, AFM, para completar dos CDs bastante interesantes con material que ya conocíamos en buena medida junto a alguna que otra sorpresa más novedosa.
Los temas pertenecen en su mayoría a las sesiones de grabación de últimos trabajos de la banda a partir de 2005 (“Mission nº X”, “Mastercutor”, “Dominator” y “Rev-Raptor”) y de estos algunos aparecieron hace un par de años en el recopilatorio “Burning Tracker”. Los temas más antiguos nos llevan hasta 1998 para recuperar álbum “No Limits” con un remix del medio tiempo “Azrael” y con la punzante marca de la casa “The Key” que apareció como tema extra en Japón. Un apartado este de los bonus bastante bien representado con otros cortes como la pesada y marcial “Stormbreaker” (“Rev-Raptor”), o las destacadas “Bleeding Heart” y “Bodyworld” (“Dominator”) la primera que bien podría encajar en la etapa más rockanrolera de Accept y la segunda en una onda más cercana a los últimos Judas Priest.
Dentro de los temas que más me han gustado la mayoría se concentran en la parte central del segundo CD, desde la dinámica y aguda “Hardcore Lover” o la fiera “Scream Killers”, ambas incluidas en el maxi “24/7”, hasta la afilada y potente “Borderline” (bonus japonés de “Thunderball”), pasando por la melancólica versión eslava de “Cry Soldier Cry” rebautizada como “Platchet Soldat” que aparecía en el maxi “Infected” y en la que participan unas tiernas voces blancas.
En esa misma línea relajada nos encontramos con entrañables piezas como son “Tears Of A Clown” en versión clásica con mucho piano y un bonito solo de guitarra, la electroacústica “Dancing With An Angel” en la que Udo se marca un emotivo dueto junto a Doro Pesch, o la más reciente “Run!” (“Leatherhead” Maxi) también con piano y creciente instrumentación.
No están mal, aunque me han llamado menos la atención cortes como las rítmicas “Tallyman” (“Rev-Raptor Sessions”) y “Man A King Ruller” (bonus japonés de “Mastercutor”), la pesada y sombría “The Silencer” (“Dominator Sessions”), las saturadas y actuales “Artificialized” y “Streets Of Sin” (“Mastercutor Sessions”, “Wrong Side Of Midnight” Maxi), o la más Accept de estribillo reiterado “Systematic Madness” (“Infected” Maxi).
Y hablando de Accept, no podían faltar los guiños a la banda que dio a conocer al protagonista de esta obra. De las tres revisiones que aparecen aquí la que más me ha llamado la atención ha sido la versión piano de la cañera en origen “Balls To The Wall” que, a pesar de perder la energía y pegada que hicieron de ella un himno, queda realmente curiosa en esta interpretación relajada con participación de violonchelo incluida. Las otras dos, “X-T-C” prácticamente una autoversión de la original que no cambia casi nada, y una correcta colaboración junto a Hammerfall para la fantástica “Head Over Hills” en la que destaca el dueto de Udo con Joacim Cans, cumplen y están bien para coleccionistas.
Se completa el disco con una fiel cover del clásico “Metal Gods” de Judas Priest que aparecía en un tributo a éstos, con una histriónica y aguda colaboración junto a Raven para metalizar “Born To Be Wild” de Steppenwolf quedando bastante graciosa, y con un teatral tema como “They Come Out At Night” en el que Mr. Dirkschneider participa junto a los eurovisivos fineses Lordi para mayor gloria de estos.
Como podéis comprobar, disco completito, entretenido y con bastante sustancia para los seguidores de uno de los iconos del heavy metal europeo que esperamos que nos siga dando alegrías otros veinticinco años más. Felicidades.
Mariano Palomo

miércoles, 25 de abril de 2012

NIGHTMARE “The Burden Of God”

(AFM / Avispa)

Tras su reunión en 1999 quince años después de su separación Nightmare, banda pionera del heavy metal francés, no ha parado de girar y sacar discos hasta la fecha que nos encontramos con esta nueva entrega bajo el título de “The Burden Of God”. Un disco que sigue los parámetros marcados por la banda esta última etapa, combinado heavy tradicional y power melódico de forma correcta, sin alharacas ni excesivo brillo, y que supongo seguirá gustando a sus más fieles seguidores.
Son capaces de crear buenos temas, como la pesada pero melódica “Sunrise In Hell” con la voz del líder de la banda Jo Amore transmitiendo bien desde su aspereza dentro un desarrollo rítmico muy Iced Earth en el que resalta la buena y técnica pegada del batería David Amore, todo queda en familia. Ambos, junto a los guitarristas Franck Millerili y Matt Asselberghs y al bajista Yves Campion, desarrollan una eficiente labor adornada por algunos arreglos de teclados que le dan un punto más épico y melódico que suaviza algunos de sus punzantes riffs como en el caso del convincente tema título “The Burden Of God” que resulta ser de las más destacadas.
Tampoco está mal la extensa y evocadora “The Dominion Gate (Part III)” una trabajada y dramatizada composición que nos transporta al antiguo Egipto con intensidad instrumental y buenos juegos de voces que llenan, dejando el protagonismo más claro a Jo en la rotunda “Final Outcome” que marca de forma expresiva recordando vagamente al gran Jorn Lande, y en la rítmica de guitarras algo progresivas “Afterlife” que transmite angustia y oscuridad. Esta oscuridad la encontramos también en la densa ”Children Of The Nation” marcada por la sólida aportación de David desde los tambores creando un ritmo a lo Black Sabbath-Dio, al igual que en la creciente “The Doomsday Prediction” de riffs pesados y brillantes suavizados por unas misteriosas teclas.
En esta línea densa pero algo más dinámica aparece “Crimson Empire” de buena estructura vocal y con peso en sus guitarras duras y melódicas, y en la más lenta “Shattered Hearts” un medio tiempo que roza la power ballad en la que la voz de Jo sin ser una locura es capaz de transmitir con buenos matices, como lo hace en la más elaborada “The Preacher” que se desarrolla sobre un discurso-sermón con una suave orquestación de fondo que se rompe con una marcada base power metalera creando una agria e inquietante atmósfera.
Disco digno a la altura de la trayectoria de, probablemente, la banda metalera francesa más reconocida fuera de tierras galas que parecen querer seguir dando guerra, pero que me temo que a pesar de todo continuarán más cerca del underground que de la primera división del heavy metal continental.
Mariano Palomo

THE MURDER OF MY SWEET “Bye Bye Lullaby”

(AFM / Avispa)

Después de un relativo éxito en su país natal hace un par de años con su debut discográfico “Divanity”, descubrimos ahora a los suecos The Murder Of My Sweet con su segundo disco “Bye Bye Lullaby”, cuyo estilo es definido por su compañía como “Cinematic Metal”. La verdad es que cuando lo vi en la nota de prensa me quedé un poco sorprendido, creí que no se podría superar lo del “Hollywood Metal” que se inventaron Rhapsody, pero una vez escuchado el disco no me parece mal del todo como definición ya que creo que su música puede encajar bastante bien en las bandas sonoras de temática gótica, vampírica o épica tan en boga de un tiempo a esta parte.
Crean sus ambientaciones a base de infinidad de arreglos orquestales y de teclados, con la voz lírica de Angelica Rylin recordando inevitablemente a las más reconocidas del género, correcta pero poco original, con una aportación justita del guitarrista Christopher Vetter, y con una interesante pegada a cargo del siempre ocupado batería Daniel Flores acompañado por Teddy Westlund al bajo.
Siendo un disco agradable a la escucha, la verdad es que ya me ha pillado bastante saturado de este tipo de propuestas y a no ser que aporten algo original o de muchísima calidad acaban por resultarme bastante monótonas. Aun así hay que reconocer el trabajo que supone dar forma a un álbum como este que brilla sobre todo en sus cortes más accesibles, caso de la inicial “Armageddon” que perfectamente podríamos definir como gótico comercial con su buen estribillo recordando a Within Temptation pero con menos empaque sobre todo en las guitarras, de la expresiva y embaucadora “Fallen” donde se luce Angelica junto a una instrumentación muy estándar, o de las más cercanas al pop rock gótico “Unbreakable” resultona y optimista con sus arreglos electrónicos, y “I Dare You” con clase y encanto por sus mejores detalles de guitarra sobre una base muy básica.
Dos de las piezas que más me han llamado la atención por su brillante y matizada interpretación instrumental y vocal han sido curiosamente las más extensas, la suave de aires misteriosos “Resurrection” con buenos riffs dando cuerpo a la lírica y seductora interpretación de Angelica, y la absolutamente peliculera “Phantom Pain” con trazas más metaleras en la que resaltan sus voces y compacidad.
Precediendo a este último tema nos encontramos enlazados otros dos con los que forma una historia a modo de trilogía que comienza con “Waiting For The 27th (Booh Prologue)” que para ser un prólogo se extiende en exceso sin ritmo creando una ambientación de cuento que se endurece al final para dar entrada a la potente “Black September” con vigorosa pegada y buen ritmo cortado por arreglos de teclados que le dan un toque misterioso y dramatizado.
Ambientes oscuros y durillos crean también en la previsible “Violently Paceful” con una voz mucho más pop-rock melódica, como en las azucaradas “Idolize” y “The One” con excesivos arreglos electrónicos, que se saturan en “Kind Of Lousy” más directa pero sin subir el tono sonándome un poco a Evanescence, aumentando su intensidad en la lenta “Meant To Last Forever” a mayor gloria de la voz de Angelica que resalta sobre una suave melodía de piano y una relajada base rítmica.
Para los que aun siguen interesados en este “Cinematic Metal” (lo de ””Metal”” muy entre comillas), es posible que encuentren este disco de su agrado y puedan añadir un nombre más a su lista de bandas a seguir, si te pasa como a mí que ya he cubierto el cupo del estilo seguramente se quedara en algo agradable sin más que acabará por aburrirte un poco.
Mariano Palomo

martes, 24 de abril de 2012

CRAZY LIXX “Riot Avenue”

(Frontiers / Mastertrax)

Encabezados por el vocalista Danny Rexon, único miembro original que permanece en la formación desde su creación, los suecos Crazy Lixx han facturado su tercer disco oficial en estos días bajo el título de “Riot Avenue”. Parece que afortunadamente los continuos cambios de formación no han hecho mella en la capacidad creativa y compositiva de Rexon que bien acompañado por los guitarristas Andy Dawson y el recientemente incorporado Edd Liam, se han marcado una buena colección de temas hard rockeros, pegadizos, potentes y bastante guitarreros sin abandonar la melodía, sobre todo en los coros que siempre han marcado el sonido del grupo.
Por su parte la base rítmica la forman el invitado Joel Ciera a la batería y el recientemente fugado Loke Riviano al bajo que abandonó la banda tras grabar este disco, dando buen sustento ritmo con sus instrumentos a temas tan contagiosos y divertidos como “Whiskey Tango Foxtrot” perfecto para empezar a enganchar al personal con su ritmo enérgico y su estribillo en todo lo alto haciendo un original uso del alfabeto que se utiliza para deletrear mensajes en las comunicaciones militares y que aplican para gritar “What The Fuck”.
No baja el pistón ni mucho menos con la cruda “Young Blood” de riffs afilados y contundentes junto a un melódico estribillo coreado resultando más sleaze sencillo y arrogante, como lo es la alegre “In The Night” en la que descerrajan sus guitarras recordando a los hermanos Young pero con un tremendo sabor Leppard en sus coros como nos tienen acostumbrados, algo que seguimos disfrutando en la motivada “Church Of Rock” sobre su insinuante ritmo menos rápido pero resultón.
Más vacilonas resultan “Sweet, Bad & Beautiful” que sin necesidad de ser explícita invita a la fiesta con su pegadizo estribillo a lo Batton Rouge, la potente y afilada “Be Gone” de buen ritmo con la voz de Rexon arrastrada quedando bastante cruda y callejera pero igualmente limpia, como lo es la áspera e intensa “Riot Avenue” destacando el trabajo de la pareja de guitarristas
La base rítmica toma mayor protagonismo en “Fire It Up” cortada a base de cencerro y caja con un ritmo divertido y con unas líneas vocales algo más exigidas que me recuerdan a los mejores Kiss sin pintar, al igual que en el machaconcete medio tiempo “Downtown” que adornan de sonido slide en su buen solo de guitarra.
Se completa el trabajo con la discontinua de cadencia pesada “Heatseeker” en la que lo mejor son sus expresivos coros, y con la descarnada balada “Only The Dead Know” que destila sentimiento en voces y guitarras aunque se hace un poco larga para cerrar definitivamente este más que interesante disco que confirma una vez más a Crazy Lixx como uno de los nombres más destacados dentro del hard rock europeo en el siglo XXI.
Mariano Palomo

TRIXTER "New Audio Machine"

(Frontiers / Mastertrax)

Una de esas bandas que tuvo cierta repercusión dentro de la sobrepoblada escena hard rockera norteamericana de principios de los 90’s acaba de plasmar en forma de once temas nuevos su regreso discográfico. Hace cinco años la misma formación original que desapareció de la escena apenas un lustro después de irrumpir con fuerza en la misma, el vocalista y guitarrista Peter Loran, el guitarrista Steve Brown, el bajista P.J. Farley y el batería Mark “Gus” Scott, volvieron a juntarse girando por los States recuperando buenas sensaciones que les han llevado a registrar nuevo material de estudio.
Y creo que la rentré no ha podido ser más atractiva ya que han parido un fantástico trabajo que sigue la secuencia lógica del sonido que dejaron en sus dos primeras entregas, con idéntica frescura, descaro y calidad a pesar del paso del tiempo, demostrando que cuando se quiere se puede y que no hace falta plegarse a nuevos sonidos ni tendencias.
Es un gustazo empezar a escuchar un disco que se abre con “Drag Me Down” un temazo de inicio acústico-sureño a lo “Jelly Roll” de Blue Murder que rompe poderoso y lleno de sabor enganchándome con su solidez, sin artificios pero con mucho veneno. Igualmente adictiva y sencilla nos encontramos con “Dirty Love” directa, coreada, pegadiza, con un punto sleaze en sus guitarras, divertida y fiestera como lo es “Get It On” insinuante y bailable.
Seguimos moviendo el pie con “Machine” de regusto western-sureño a lo Lynch Mob en el que destaca el trabajo de guitarras de Brown y Loran junto a su coreado estribillo doblado, con la potente “Ride” igualmente polvorienta pero algo más lineal. Se acentúa la fiesta en tonos más melódicos con la seductora “Physical Attraction” que acaba resultando pegadiza con su pandereta acompañando junto a sus originales guitarras, que se tornan mucho más estándar pero tremendamente efectivas en la más comercial y single “Tattos & Misery” con sus enormes coros a lo Leppard, que vuelven a destacar en la efectiva guitarrera “Save Your Soul” y en la fantástica “Walk With A Stranger” con más melodía a lo Danger Danger y que cierra el disco por todo lo alto.
Antes hemos dejado en el camino los dos temas más relajados a medio tiempo, “Live For The Day” rozando la balada en formato electroacústico con sentimiento y cierto despecho con algún matiz actual, que también aparece en la menor “The Coolest Thing” con un Loran más atormentado en su expresión vocal.
Buenísimo retorno de esta banda que ahora parecen querer continuar e incluso mejorar todo lo bueno que dejaron en sus inicios, muy recomendable para recuperar a sus fans y para reclutar a los que les pasaron desapercibidos en su momento.
Mariano Palomo

TYKETTO “Dig In Deep”

(Frontiers / Mastertrax)

Después de un montón de años de espera por fin tenemos entre nuestras manos el regreso discográfico con temas nuevos de la formación original de Tyketto que nos hizo vibrar con esa obra maestra llamada “Don’t Come Easy”. Un disco que debería haber supuesto el inicio de una carrera mucho más constante y exitosa a nivel global de lo que finalmente ha sido, como les sucedió a otros muchos grupos de la época marcada por la irrupción de esa aberrante e innombrable moda musical (salvo honrosas y mínimas excepciones, los primeros Pearl Jam y poco más) encabezada por el suicida rubio de Seattle que hizo saltar por los aires las bases del hard rock ensombreciéndolo todo con su pesimismo patológico, provocando como en el caso que nos ocupa, desbandadas, parones, cambios de estilo, de músicos, de imagen, en fin un desastre.
Bueno, disquisiciones y manías personales aparte y una vez bien pasada la epidemia, por fortuna todavía podemos disfrutar de algunas de esas buenas bandas que con el tiempo han retomado con mayor o menor fortuna sus carreras, en este caso concretamente la verdad es que esperaba algo más, y no es que el disco esté mal ni mucho menos, incluso gana bastante con las escuchas.
Lógicamente sería muy osado si pensara que a estas alturas fueran a marcarse un “Don’t Come Easy 2”, de hecho ya con su segundo disco, el más que competente y por momentos brillante, “Strenght In Numbers” (1994), se observaba un giro estilístico con mayor presencia de sonidos acústicos pero manteniendo buena parte de la esencia del debut discográfico, algo que desapareció casi por completo tras la entrada del vocalista Steve Augeri (Tall Stories, Journey) sustituyendo a Danny Vaughn para registrar el irregular de aires setenteros “Shine” (1995).
A partir de aquí la banda desapareció del mapa hasta que volvió a reunirse para lo que, en principio, iban a ser unos cuantos conciertos que han ido teniendo continuidad con bastante intermitencia, incluyendo el inolvidable show que nos regalaron a finales de 2004 poniendo patas arriba la sala Arena de Madrid que vivió una de sus noches más gloriosas.
Y hasta ahora entre idas y venidas, proyectos de Danny Vaughn, rumores más o menos fiables, y con el lanzamiento casi clandestino en 2007 del recopilatorio de demos y rarezas “The Last Farewell”, la banda estaba cayendo en el olvido de nuevo, pero ahora parecen querer resurgir tirando del sonido que mostraban en “Strenght In Numbers”, pero en mi opinión con temas inferiores a los que componían aquel.
Evidentemente los años no pasan en balde y la energía y actitud se resienten, que no la calidad, siendo su producción el factor fundamental para que no acabe de convencerme de este disco, sobre todo por el sonido de las guitarras de Bruce St. James, excesivamente sucio para mi gusto. En cualquier caso tener a Danny Vaughn al frente es una garantía y en esta ocasión no iba a ser menos siendo para mí el trabajo vocal lo mejor del disco de largo, mientras Jimi Kennedy al bajo y Michael Clayton a la batería cumplen su labor con solvencia.
La primera vez que escuché el disco me quedé bastante frío, algo que me sucedió sobre todo con temas como la inicial “Breathless” que no acaba de entrarme por su riff moderno pero que ahora es una de las que más me convence por sus buenas líneas vocales y por su solidez con un Vauhgn sobresaliente y poderoso. Esta misma fórmula de guitarras más rasconas y actuales combinadas con acertadas melodías vocales la encontramos en otros cortes como la animada electroacústica “Love To Love” en la que luce más la labor de St. James un poco a lo Jimmy Page, rasgando más las cuerdas de su guitarra en la embarullada “Let This One Slide”, y en la más festera “Sound Off” de estribillo rotundo y buen ritmo muy de directo.
Más brillante pero igualmente rasgado nos encontramos con el optimista medio tiempo “Here’s Hoping It Hurts” con unas voces enormes muy melódicas junto a unos sonidos acústicos magníficos, que se relajan en la agradable y romántica “Battle Lines” con buena presencia de envolventes teclados y coros marca de la casa rematada por un bonito solo de St. James, que tira de nuevo de distorsión y slide para darle ritmo al tema título “Dig In Deep” un divertido corte con cierto aire sureño y polvoriento que resulta bastante entretenido por el curioso contraste de voces y guitarras que propone. Tampoco está nada mal como curiosidad “The Fight Left In Me” que comienza con un riff bastante heavy para ir cogiendo ritmo y altura mientras las voces entran cortando junto a unos originales arreglos, adornados por detalles acústicos y flamencos con castañuelas incluidas, algo en lo que seguramente tendrá mucho que ver el que Vaughn esté residiendo desde hace un tiempo en Andalucía.
Por su parte “Evaporate” y “Monday” son dos correctos y asequibles medios tiempos, más animado el primero con un ligero aporte de hammond en segundo plano, y más hueco y algo poperillo el segundo recordando un poco a los últimos Bon Jovi, lo cual no es ningún halago por mi parte, bonitas ambas pero demasiado edulcoradas. En esta misma línea relajada mejora notablemente la calidad e intensidad con la balada que cierra el trabajo “This Is How We Say Goodbye” (¿querrán decirnos algo con el título a modo de despedida?) que a pesar de su ausencia de ritmo transmite sentimiento y emotividad por su entrañable letra alojada dentro de la calidez que aportan la voz, la acústica y el violín que le da un toque nostálgico muy especial. Bonito cierre para este disco supone un más que digno retorno de Tyketto, quedándose a distancia del altísimo nivel de sus dos primeros trabajos, pero resultando aun interesante para los seguidores del hard melódico.
Mariano Palomo

miércoles, 18 de abril de 2012

SEXPLOSION “Powerful As Its Name”

(2011 Sexplosion)

Hace tiempo que teníamos constancia de la existencia del primer trabajo de estos cuatro chicos madrileños que, hace ya unos meses se echaron al monte digital, y pusieron a disposición todo el que quisiera de forma gratuita en internet los nueve temas y el libreto que conforman este “Powerful As Its Name”. Entonces ya le dimos alguna escucha, pero sin la atención necesaria que ahora sí hemos podido prestarle en formato físico entre nuestras manos para disfrutar de su descarada propuesta de hard sleazy lleno de actitud y macarreo. Desde el diseño gráfico del libreto, hasta su arrastrado sonido, pasando por sus provocadoras letras, todo nos lleva a los mejores tiempos del rock más glamuroso en el que la intención y las ganas de llamar la atención estaban por encima de la exquisitez técnica. No hay más que empezar a escuchar el explícito mensaje de la descarada y pegadiza “She’s Ready To Lick” con la voz de G. Starless recordándome mucho a la de Jeff Keith (Tesla) pero en un contexto mucho más directo y rascón por los vigorosos riffs destripados por él mismo y por Alex Moya que apoya muy bien en los coros junto al bajista Juan Capilla y al batería Fer Alejas, sobre todo en su estribillo muy L.A. Guns-Kix. Sigue la misma tónica con la más rockanrolera “Don’t Tell Who I Am” algo más seria, con la sucia “Afire” de ritmo intermitente típico con la caja de batería marcada, o con la insinuante y decadente “Love’s Infected” matizada por una relajada parte central con acústica algo western. Sigue el ambiente arrabalero en la interesante “The Hate Circus Of Hate’s Architect” que nos transporta a cualquier barrio conflictivo de los bajos fondos con sus sirenas, disparos y demás efectos, aclarándose mínimamente el sonido con la irreverente “You Will Never Change Me” cuyo ritmo me suena un poco al de “Stone Cold Crazy” de Queen pero con unas guitarras dobladas cercanas a los primeros Guns n’ Roses. Las partes más densas las encontramos en la trabajada de ritmo medio “Hurting Myself” de sonido más opaco, y en el sombrío inicio de “In Loving Memory” que va cogiendo velocidad sobre unos pesados riffs y la atormentada voz de Starless transmitiendo amargura y desgarro. El cierre lo pone una arrogante e insinuante “I Don’t Need Anything About You” puro sleaze de manual con la suciedad precisa pero sin sonar embarullada dejándonos con buen sabor de boca sin necesidad de complicarse la vida pero haciéndolo bastante bien dentro de un estilo que poco a poco parece que vive una pequeña resurrección sobre todo en el norte de Europa y que con grupos como Sexplosion parece tener algo de reflejo por aquí. Habrá que intentar verles en directo para confirmar las buenas sensaciones que nos han dejado en este disco.
Mariano Palomo

BLACK ROCK “Todo Al Negro”

(Sub Vox Records)

Afortunadamente cada vez resulta menos novedoso encontrarnos con bandas hard rockeras encabezadas por potentes voces femeninas. Es el caso de Black Rock, un interesante quinteto madrileño liderado por la atractiva y experimentada cantante Bárbara Negro a la que acompañan en este debut discográfico Juanpe Moragues a la batería, Manuel López al bajo, Eduardo Suárez a la guitarra y Yeray Corujo a los teclados, para desarrollar once temas de hard-heavy de esencia ochentera “Made in Spain” en muchos casos, pero con suficientes matices y registros como para que no resulte lineal ni excesivamente previsible. Eso sí, resalta sobre todo la voz de Bárbara, que me recuerda por momentos a Amaro, a Leonor Marchesi o a la propia Lourdes del Pino con cierto deje “Joplinesco” algo blues y con esa modulación marcada seguramente curtida en cientos de actuaciones con las orquestas en las que ha participado hasta ahora. Ese aroma ochentero que mencionaba se percibe nada más empezar a escuchar la inicial “Príncipe del Vacío” un corte de hard rock melódico muy asequible a pesar de no ser excesivamente directo y en el que las teclas de Yeray crean una bonita ambientación, como sucede en la más sombría “Funeral” con la voz doblándose en su expresivo estribillo, repitiendo la fórmula en la más heavy “Sonámbula” donde participa con acierto y elegancia el guitarrista José Luis Trébol (Dawn Of Tears). Se adentran en sonidos cercanos al power metal más básico a base de doble bombo disparado en “Esclavo Del Rock” más engolada con la voz casi gutural de Jesús Alonso (Dawn Of Tears) como contrapunto quedando curiosa de nuevo con los teclados resaltando, tomando un giro setentero y algo blues en la competente motera “Fugitivo” en la que Bárbara se marca un original dueto con Julio Dávila (Mr. Rock). Los momentos más suaves los encontramos en la balada “Libertad” de base acústica con encanto y con un buen solo eléctrico de Eduardo Suárez, en la envolvente “Bojo El Agua” de agradables aires románticos muy sugerentes, y en la más pesada a medio tiempo “Vuela Libre” con potentes melodías de voz dobladas. Aunque para buenos juegos de voces los que encontramos por parte de la titular de la banda junto a Jiroshi Suárez (Sonus Delay) en la animada hard rockera “Aura” con cierto regusto Asfalto de la era Oñate aunque algo más duro y en la que insertan un trabajado solo compartido de teclas y guitarra haciéndola de las más interesantes. Dejo para el final los dos temas en los que se muestra mayor sensualidad y picante, la satírica “En Mi Cama” que han elegido como primer single y de la que han grabado un divertido vídeo clip en el que Bárbara despliega sus encantos y armas de mujer, como hace en la más pausada e insinuante “Carne Palpitante” cuyo título prácticamente lo dice todo desarrollando una tórrida historia sobre unas guitarras setenteras y un estribillo coreado lleno de intención. Cierre correcto para un disco correcto de esta banda que me da la sensación que en directo puede ofrecer un mayor potencial que creo intuir pero que no acabo de percibir en su totalidad.
Mariano Palomo

lunes, 9 de abril de 2012

ASHA “Pleasures Of Equality”

(Blue Dolphin Music / Eagle Pass & Co.)

Estamos ante uno de los más claros ejemplos de talento que pasa inadvertido en nuestro país a pesar de llevar veinticinco años de trayectoria y nada menos que catorce discos publicados, hablamos del multinstrumentista gallego afincado en la provincia de Málaga Kike G. Caamaño y de su proyecto Asha. Este señor lleva todo este tiempo participando y colaborando en infinidad de producciones y recogiendo premios a su trabajo tanto en España como en otras partes de Europa, y desgraciadamente hasta ahora no he tenido posibilidad de poder apreciar su buen hacer, gracias a la intermediación de mi amigo y compañero Carlos Treviño que me ha hecho llegar sus dos últimas entregas, “Euphoria Project” (2010) y este “Pleasures Of Equality” recién publicado y que ahora nos ocupa. En ambos Kike se encarga de toda la instrumentación y le acompaña a la voz el cantante danés Jacob Alcain Poulsen que aporta un buen número de matices y registros a las trabajadas composiciones de Caamaño que brilla sobre todo en su labor como guitarrista mostrando su virtuosismo y tremendo nivel técnico, sin desdeñar su capacidad con el resto de instrumentos. Centrándonos ya en los temas de “Pleasures Of Equality” podría pensarse con esta exposición previa que sólo son exhibiciones técnicas sin demasiada sustancia, pero afortunadamente la espiritualidad y sentimiento que impregnan el mensaje de sus letras y el hecho de tener sólo una instrumental hacen de este disco un trabajo variado, versátil y entretenido, con el hard rock virtuoso como base, pero con sitio para sonidos más duros. El primer nombre que se me viene a la cabeza escuchando el disco es el de Steve Vai en su etapa más accesible (“Passion & Warfare”, “Sex & Religion”), incluso con esos toques divertidos y vacilones que podemos apreciar en cortes como la alegre “Welcome To The Lost Paradise” de base un poco desparramada pero con un brillo hard muy interesante, la curiosa y enrevesada “How Could You” con las guitarras confusas y con esos arreglos “marcianos” tan gusto del genio norteamericano, que aparecen también en la más dura “The Deep Serenity” creando una especie de controlado caos sonoro luciéndose Kike como percusionista y bajista, al igual que en la personal y divertida “Unwritten Obsessions”. Esta dureza se acentúa aun más en la agresiva “So Ends The End” marcada por sus pesados riffs a lo Freak Kitchen dentro de un delirante y original ritmo con los cambios de voces ásperas y limpias a cargo de Jacob, y con los balbuceos de Ana G. Rueda, hija de Kike, que también participa con apenas cuatro meses de edad en mayor medida en la inicial “New Born” junto a unas suaves guitarras de su padre. El único tema instrumental del disco es “Travels” técnica y melódica con buenos cambios de ritmo luciendo sobre todo las guitarras, quedando algo más experimentales y chirriantes en la pesada “Here We Come Around” con la voz insinuante, y en la compacta de escaso ritmo “It Doesn’t Matter” con sonidos acústicos y presencia de coros. Las teclas toman mayor protagonismo en la hard melódica “Come Back (Waiting For You)” que llega muy bien con un sonido más directo, quedando más escondidas en la densa de ritmo medio “Stuck In Our Moment” con un punto progresivo por sus relajados cambios de ritmo, que se vuelven más sombríos en “Afterlife” que me resulta excesivamente lúgubre con un expresivo lamento para cerrar. Muchas veces entre la cantidad de paja en forma de lanzamientos que nos invaden nos perdemos granos tan interesantes como este que nos ofrece Asha con sus discos, esperemos que ahora que ya le hemos tomado la matrícula no le perdamos la pista.
Mariano Palomo

LAST KINGDOM “Chronicles Of The North”

(Limb Music)

A pesar de haber pasado hace tiempo a ocupar un lugar prácticamente residual dentro de mis preferencias musicales, de vez en cuando llega a mis oídos algún nuevo lanzamiento de power metal melódico que, sin llegar ni mucho menos a llenarme, sí puede pasar del aprobado y hacerme recordar tiempos mejores de este estilo. Algo así me ha sucedido con el debut discográfico de los suecos Last Kingdom, un disco en el que queda más que patente el influjo que las bandas estandartes del estilo ejercen sobre sus composiciones, con ritmos machacones, aires épicos, teclados orquestales y coros guerreros. En lo cuanto a los músicos, leyendo la biografía que acompaña al lanzamiento en su nota de prensa, el único miembro fundador que permanece en la misma desde sus orígenes en 2004 es el vocalista Stefan Jacobsen, al que se unieron un par de años después los hermanos Stefan y Jimmy Malmelind, teclista y bajista respectivamente. Después muchos cambios de componentes a las guitarras y batería hasta completarse la alineación responsable de este disco con Freddy Olofsson a las seis cuerdas y Andreas Alme a los tambores. Todos ellos con la ayuda de Andy LaRoque (King Diamond) han dado a luz a los nueve temas que componen el trabajo sin grandes alardes, creando composiciones correctas y muy previsibles dentro del estilo casi nada más ver la portada. Desde el inicio con el tema título “Chronicles Of The North” queda claro por donde van a ir los tiros, ritmo machaconcete, coros épicos, partes lentas, voz justita, en fin, cumple pero no acaba de enganchar. Sigue la misma línea con mayor acierto en la combinación de teclas y guitarras que da algo más de brillo a “Warrior Kings”, tornándose más sólida y plomiza “Daylight Retreats” de base más densa pero con más cuerpo sobre todo en la voz de Jacobsen, que se dobla en la rápida con más intención que efectividad “Silver Moon” que suena bastante a los fineses Sonata Arctica. “The World Is Dying” y “Abandoned” con sus aires guerreros y dramatizados dentro de un ritmo animado cortado por partes lentas me ha parecido de las más interesantes por su trabajada composición, simplificándose a continuación en “End Of Life” de nuevo con buenos contrastes de teclas y guitarras, cayendo a una cadencia más rítmica en el medio tiempo “Fate” con un rollo evocador bastante pesadito, y en la final “Lost” más matizada por algún acelerón dentro de un tempo algo monótono. Un lanzamiento power metalero más, sonido correcto, composiciones correctas, pero con nula originalidad y escaso encanto, que me temo no tendrá excesiva repercusión entre el gran público.
Mariano Palomo