jueves, 18 de febrero de 2010

GAMMA RAY “To The Metal”

(Ear Music / Edel)

Era de esperar que después de un discazo como la segunda parte del “Land Of The Free” el siguiente trabajo no iba a alcanzar el listón. Y, aunque, como decimos, en cierto modo ya nos lo olíamos, no podemos evitar en la primera escucha de “To The Metal” cierta sensación de decepción. Ya de entrada el primer corte del CD, “Rise”, tiene un comienzo que recuerda muchísimo a “Seventh Son Of A Seventh Son”, de Iron Maiden, con el consiguiente despiste. Y no es mala canción, pero quizá le falta esa… esa comercialidad que conviene que tenga el tema de inicio para que cojas el resto del disco con más ganas. La cosa mejora con la cañera “Deadlands”, pero la lentorra “Mother Angel” te corta el rollo con su estribillo interminable. “No Need To Cry” es un medio tiempo que no está mal, recuerda a “Shine On”, aunque tampoco convence del todo. “Empathy” es la típica canción buena pero de ritmo pesado. La segunda mitad del disco mejora mucho y es lo que a la postre lo salva. El single “To The Metal”, es un nada disimulado homenaje al “Metal Gods” de Judas Priest. A los Rayos Gamma nunca les han dolido prendas en reconocer sus influencias, ya con versiones o ya con temas en la onda de sus bandas preferidas, como “Heavy Metal Universe” con Manowar o “Empress” con Accept. La cuestión es que la canción es excelente y por fin sientes que te reencuentras con la mejor cara de Kai y compañía. Aunque para reencuentros el de “All You Need To Know”, en el que si no estás sobre aviso te quedas con la boca abierta al reconocer sin ningún atisbo de duda al indefinible Michael Kiske. La gran voz “vuelve” a Gamma Ray en uno de los mejores temas del disco, que queda con un inevitable sabor a Helloween, y en el que, una vez más, sin pretenderlo demuestra que esto es lo suyo, por mucho que a él mismo le joda. “Time To Live” es también de las mejores, recuerda a “Send Me A Sign” o “Heaven And Hell”. Y no menos buena es “Shine Forever”, cañera y comercial como en los mejores tiempos de la banda. En cambio la décima y última canción, “Chasing Shadows”, sin ser mala, no está a la altura de las que le han precedido. Pero ya no te puede quitar la impresión de que, con sus defectos, el disco en general ha merecido la pena. No es uno de los mejores trabajos de Gamma Ray, pero tampoco es el peor y sale más o menos airoso. A ver si la próxima vez Kai, Dirk, Dan y Henjo afinan un poco mejor.
Nacho Jordán

FREEDOM CALL “Legend Of The Shadowking”

(SPV)

Lo poco gusta y lo mucho cansa. Esta frase es una gran muestra de sabiduría popular, y define a la perfección este nuevo trabajo de los germanos. Hay algunos grupos, como Zarpa, que son capaces de ofrecer un disco con 15 ó 20 temas sin que se les cuele ninguno malo o de relleno. Pero son contadísimas excepciones, y por desgracia Freedom Call no son una de ellas. 14 cortes son demasiados, les guste o no. Y la pena es que hay canciones realmente muy buenas, algunas incluso geniales. Habría sido todo un discazo si hubieran eliminado el tercio que sobraba. Curiosamente, es tanto al principio como al final cuando aparecen las mejores composiciones. “Out Of The Ruins”, la primera, es muy buena y cañera, con el sabor de los primeros discos. “Thunder God”, muy comercial, incluso la supera. “Tears Of Babylon”, aunque baja el ritmo, sigue estando muy bien. “Merlin-Legend Of The Past”, cuya letra es evidente a quién está dedicada, es una canción verdaderamente bonita. Luego hay una sucesión de cortes que no voy a perder tiempo mencionando, que o bien aunque cañeros no llenan, o bien son lentos y repetitivos, o bien simplemente son insufribles. La propia canción que da título al disco, “The Shadowking”, no pasa de ser un tema pasable y punto. Curiosa es “Merlin-Réquiem”, la segunda parte de la antes mencionada, que tiene el mismo estribillo pero en forma de balada. Por suerte, como hemos dicho, si consigues llegar al final se arregla en gran medida el mal sabor de boca. “Kingdom Of Madness”, quizá más rocanrolera que powermetalera, sube varios enteros el listón general, y mucho más el cierre del trabajo, “A Perfect Day”, quizá la mejor de todas. No sé qué les pasa a los Freedom Call. Son grandes compositores y demuestran que, cuando quieren, son capaces de ofrecer genialidades. Pero se empeñan en perderse en divagaciones que no vienen a cuento. Después de la magistral trilogía formada por sus primeros discos, tanto en “The Circle Of Life” como en “Dimensions”, sus dos entregas posteriores, ya metían canciones que como mínimo despistaban, alternándolas con otras muy buenas en la onda de su primera época. Y por lo que vemos siguen en la misma línea. Ojalá que sea la última vez y vuelvan a ser los de siempre en su próxima entrega, pero en todas las composiciones, no sólo en unas cuantas. Con todo, “Legend Of The Shadowking” no deja de ser un disco recomendable. Si sumas los temas que merecen la pena, juntos forman un muy buen CD de duración normal. Basta con pasar los más malos y tomarlos como “bonus-tracks”.
Nacho Jordán

lunes, 15 de febrero de 2010

STEEL HORSE “Wild Power”

(PAK / Avispa)

Cuando se acierta, se acierta... Y bien te haces rico, si son quince los aciertos en un boleto de la quiniela, o te marcas un disco tan redondo como este "Wild Power". Por un lado, no ha sido ninguna sorpresa el estilo, tenía la seguridad de que el heavy metal de Steel Horse iba a alegrarme el día casi desde el principio. Además, contaba con las referencias anteriores de la banda y de su predecesora, Dead End Road, en una demo que dejaba entrever por dónde iban a ir los tiros. Desde esa carretera cortada surgieron los artifices de esta obra: Willy Gascón (guitarras) y Jorge Cortés (voz). La grabación la completaron Ángel "Choco" Muñoz y Ricardo Lázaro (batería, ya fuera de la banda por sus compromisos con Calibre Zero, donde es vocalista, y sustituido por Rubén Salvador). Todo lo que abarca el término clásico y ochentero es aplicable a este trabajo. Desde la FABULOSA portada de Jorge Monlongo, así, con mayúsculas (pena de no tenerlo en el estante de los vinilos, porque la estampa lo merece...), hasta los 42'45'' que dura esta descarga de heavy metal potente y con regusto a los más grandes del género: Iron Maiden (escucha el comienzo de "Sons of Fire" o la misma instrumental, de gran gusto, "Nemesis"), Judas Priest (a lo largo y ancho del trabajo), Accept (sobre todo en "Burning Soul"), unos primerizos Vicious Rumors (en "Run to Survive", por poner un ejemplo), Fifth Angel ("Line of Fire") o unos Virgin Steele de la vena añeja y menos ampulosa (a bandazos en "Raise your Fist" o el emocionante "Winds of Time", sobre todo), Racer X, Jag Panzer, Malice, Omen, los primeros Tokyo Blade o Grim Reaper. Claro que no sólo de la vena americana se nutren y, aparte de Accept, el heavy metal acelerado y con mucha melodía de tierras germanas se degusta y se fija como remaches en una cazadora: Running Wild, los Warlock de sus comienzos, Tyran Pace, los Scorpions más cafres, Heavens Gate, Gravestone, etc., se dan cita y de qué manera en cada una de las composiciones de Steel Horse. Aparte de todo esto, y partiendo de la base que no pretenden descubrir nada nuevo bajo el sol, Steel Horse se reivindican con un disco de lograda factura, con una producción que haría ruborizarse a más de uno, con las pistas y distintos instrumentos bien diferenciados y, por supuesto, interpretados de manera impecable. Las guitarras rozando la perfección en un trabajo de equipo encomiable y sin abarcar más de lo que pide cada tema; la base rítmica en su sitio y marcando la senda (la batería, con un poco más de brillo en la grabación hubiera lucido algo más... pecata minuta) y la voz de Jorge Cortés, dando lo que se debe dar en estos casos, potencia y garra, transmitiendo el espíritu que Willy le da a las composiciones y también jugando en equipo (nada de grititos porque sí a todas horas, nah...). Sin duda un disco sorprendente y aleccionador, un trabajo de heavy metal, sin más, con gusto y lleno de ilusión, de tramas a caballo entre el power americano de los ochenta y los clásicos británicos y alemanes, con su propia idiosincrasia y un sonido de muchos quilates (y más si tenemos en cuenta que es un Cd de debut). La mayor y más agradable sorpresa del año (pasado y presente). Steel Horse rides, watch out!
Juanma Martínez

lunes, 8 de febrero de 2010

SANTELMO “Santelmo”

(Escarpión Records)

Notable expectación la que se había creado en los últimos meses con la salida del debut discográfico de este muy interesante y competente proyecto formado por experimentados y brillantes músicos de nuestro heavy metal. Y a fe que han respondido con creces marcándose un gran disco, con el reclamo principal para el gran público de la presencia de Jero Ramiro a la guitarra tras el fiasco que supuso a nivel de respuesta popular su anterior disco instrumental “Tenebrarium”, nos encontramos con una alineación de gran nivel en la que todos y cada uno de sus componentes dan lo mejor de sí mismos para ponerlo al servicio de unas buenísimas composiciones. Para muchos supondrá una más que agradable sorpresa descubrir la voz de Manuel Escudero como una de las mejores que podemos encontrar en el panorama nacional, llena de personalidad, potencia y versatilidad, aunque con inevitables recuerdos de sus admirados R.J. Dio y Jorn Lande, alejado de su trabajo anterior como voz de apoyo en Medina Azahara donde ya destacaba. El quinteto se completa con la sólida base rítmica formada por Luisma Hernández (Arwen, Nagaski) al bajo y Jaime Olivares (ex Ankhara) a la batería, redondeada por la magnífica labor a los teclados de José Manuel Paz (Koven). En cuanto al sonido del disco podemos definirlo como un cruce entre la época intermedia de Saratoga (“Vientos De Guerra”, “Agotarás”), unos Santa más pulidos pero igual de intensos, y por supuesto con la sombra Dio-Sabbath sobrevolando las composiciones. Abren de forma arrolladora con la potente “Los Creyentes”, en la que Manuel empieza a exhibir sus virtudes vocales a base de profundidad y poderío, con un ritmo que me recuerda al de “Mob Rules” lleno de dinamismo en su estribillo que engancha a la primera, junto a unos riffs agudos y cortados acompañados por el sonido hammond de las teclas de José Manuel. Sigue el ritmo vivo y cabalgante con “Bosque de Hojas Muretas”, llamada a ser una de las más coreadas por el público en sus conciertos, en onda más Saratoga con su base más power pero con un estribillo mortal de necesidad y un melódico solo de Jero magnífico. Algo más pesada en su cadencia es “Si Tú Quisieras”, con riffs más densos y de nuevo con los toques hammond adornando su luchadora letra, tornándose la temática más crítica en “Angel y Demonio” donde atacan a los personajes de doble moral que tanto abundan en nuestra sociedad, mostrando un grado más de agresividad en “Fuego Negro”, de buen ritmo, y pesada en las guitarras a lo Sabbath. Llegamos a otra de las joyas del disco y que debería convertirse desde ya en un clásico del heavy nacional, “Junio Del 44”, un corte lleno de intensidad, emotividad, melodía, fuerza, buenos arreglos, tremendas voces y gran sentimiento de inspiración irlandesa, donde además cuentan con la participación al violín de Sergio Ramírez que le da un oportuno toque evocador a una base de guitarras que me lleva a los Thin Lizzy más duros, matizados por el gran trabajo de los teclados de José Manuel. Además esta pieza la encontramos por partida doble a modo de bonus track para cerrar el CD, con la participación de Leo Jiménez dejándose notar pero sin variar la estructura del tema titular. Se mantiene el nivel de emotividad e intensidad con la balada “Daría Lo Que Fuera”, muy Jero y en la que Manuel toma las riendas junto al piano inicial para ir creciendo con la percusión y guitarra cada vez más presentes. Vuelve la caña con “Pídeselo a Dios” con unos giros de voz tremendos que adornan su ritmo marcado y contundente aunque sin dejar de lado las buenas melodías que destacan en su coreable estribillo, intensificándose éstas en la más suave y descarnada “Esta Vez No” que resulta más oscura con un curioso sonido de teclas-clavicordio inicial que le da un halo oscuro pero limpio. Más machaconas me resultan la crítica “Años de Plomo y Fuego” en la que su letra contra los responsables de la crisis actual destaca sobre su poderosa pegada con Jaime sobresaliendo desde los tambores, al igual que en la más densa “Hijos de la Madre Tierra” donde el ex vocalista de Júpiter Narci Trecero que participa en los coros, como lo hace en todo el disco el también coproductor del mismo José Garrido (Arwen), para acompañar a la voz más áspera de Manuel. El cierre antes del bonus lo pone “Rey Gitano”, otro de los temazos del disco en el que los sonidos cíngaros y setenteros se mezclan para adornar la trágica historia del guitarrista belga de origen gitano Django Reinhardt, y donde la intensidad que marcan los rasgueos de guitarra de Jero son contestados brillantemente por el hammond de Manuel Ibáñez (Medina Azahara) que aparece como invitado para aportar su apreciable grano de arena. Una vez expuesto todo lo anterior, sólo me queda recomendaros vivamente que os hagáis con este pedazo de disco, y que si tenéis oportunidad no os perdáis en directo a Santelmo que pueden arrasar con su tremenda clase, fuerza y actitud, como ya pudimos descubrir hace unos días en su mini concierto de presentación.
Mariano Palomo

CRAZY LIXX “New Religion”

(Frontiers Records / Mastertrax)

Hace más de un lustro irrumpieron con fuerza dentro de la inagotable cantera sueca unos jovencísimos chavales bajo el nombre de Crazy Lixx para llamar la atención y empezar a hacerse un hueco dentro de la nutrida escena hard rockera de su país. Con el tiempo han ido llegando al resto de Europa, creciendo poco a poco, desde una maqueta inicial que a día de hoy es prácticamente objeto de culto, publicando su primer disco “Loud Minority” de forma casi clandestina en 2007, para intentar dar ahora el salto definitivo de la mano del sello napolitano Frontiers con este excelente “New Religion”. Un trabajo en el que observamos una notable evolución y mejora en su sonido, manteniendo su garra y actitud descarada, pero mucho más pulidos y melódicos creando un sonido deudor por momentos de los británicos Def Leppard o de los Danger Danger de Ted Poley. Basta con empezar a escuchar “Rock And A Hard Place”, hard rock fresco y enérgico, con unos coros muy sleazies y de buen estribillo, una composición estándar y sencilla perfectamente válida para abrir fuego. Más melódica y vacilona resulta a continuación “My Medicine” con sus curradas guitarras y con unos muy buenos coros divertidos y pegadizos, repitiendo la fórmula con la contagiosa y alegre “21 ‘Till I Die”, relajándose a continuación con el apasionado medio tiempo “Blame It On Love” llena de feeling donde vuelven a salirse sus coros. Vuelve el descaro guitarrero con “Road To Babylon” melódica pero enérgica con el bajo de Luke Rivano muy marcado junto a la cumplidora batería de Joey Cirera, que vuelve a bajar el pistón de nuevo a ritmo de medio tiempo con la suave “Children Of The Cross” adornada de buenos arreglos acústicos pero de potente base eléctrica redondeada por un limpio solo de guitarra de Andy Dawson lleno de sentimiento, mientras la voz Danny Rexon se mueve entre los tonos de Poley y Elliot. Abandonan la suavidad para atacar seguidamente con el corte más áspero y crudo del disco, “The Witching Hour”, de ritmo pesado endulzado por sus melódicos coros que dan réplica al afilado solo de Dawson, que tira de vena más sleazy y melódica para dar color a la enganchante y alegre “Lock Up Your Daughter” que provoca con su claro y coreado estribillo, al igual que la más desgarrada “She’s Mine” con un mínimo toque sureño por sus detalles de pianola y viento. Se ponen sentimentales casi al final con “What Of Out Love”, típica balada hard rockera en la que siguen el camino marcado por las bandas de finales de los 80 y de los primeros 90, quedándoles muy bien, sentimental, algo atormentada, con una buena voz y estribillo, y por supuesto con un sentido solo de guitarra. El cierre definitivo lo pone la más “seria” “Voodoo Woman”, preludiada por el curioso y breve retazo acústico western que supone “Desert Bloom”, y en la que desarrollan un hard sólido y guitarrero, de nuevo con unos coros muy melódicos, creando un ritmo pegadizo y claro por su estribillo. Final de nivel para un disco de nivel que debe suponer el despegue definitivo de esta interesantísima formación escandinava que con su insultante juventud, y a pesar de algún que otro cambio en su seno, está llamada a ocupar un destacado lugar en el escalafón hard rockero continental.
Mariano Palomo

FOREIGNER “Can’t Slow Down”

(Ear Music / Edel)

Nada menos que quince años, desde que se publicara “Mr. Moonlight”, hemos tenido que esperar para poder disfrutar de nuevo material en estudio de los remozados Foreigner. Desde la salida del grupo del enorme vocalista Lou Gramm, el guitarrista fundador de la banda, Mick Jones, ha ido remodelando y ensamblando la estructura de la formación para acabar dando con la tecla y conseguir reunir una alineación que se me antoja ideal y que poco o nada tiene que envidiar a las clásicas de los británico–estadounidenses. Sin duda la misión más complicada era la de encontrar sustituto a uno de los iconos vocales del rock melódico como es el señor Gramm, y que creo que ha sido llevada a cabo con creces por la incorporación del ex Hurricane Kelly Hansen que realiza su labor con más que sobrada solvencia y brillantez, tanto en estudio como en directo. El resto de los integrantes no desmerecen en absoluto y su nivel queda patente a lo largo y ancho del disco, con un Jeff Pilson sólido y dinámico al bajo y los coros, formando pareja rítmica con el impresionante Brian Tichy técnico y contundente a la batería, complementados perfectamente por la labor del teclista Michael Bluestein y del pluriempleado Tom Gimbel apoyando con su guitarra y saxo que siempre da un toque especial al sonido del grupo. Un sonido en el que afortunadamente se mantienen las señas de identidad que hicieron de Foreigner una de los nombres propios más grandes del rock melódico, esto es, buenísimas líneas vocales trabajadas y ejecutadas con brillantez, gran nivel instrumental, composiciones con sentimiento y calidez, sin olvidar la intensidad rockera, aunque en esta ocasión echo en falta algún tema cañero más ya que prácticamente la mitad del disco está compuesto por canciones tranquilas entre las baladas y medio tiempos, eso sí, llenos de calidad. La inicial “Can’t Slow Down” que da título al trabajo es de las más movidas, con un gran ritmo, un pegadizo estribillo que atrapa a la primera, y en el que las guitarras de Jones y Gimbel toman el mando junto a los juegos de voces y la solidez y clase de su base rítmica. Una base igualmente animada y marcada en “Living In A Dream” que es puro rock americano con buenos arreglos de teclas y guitarras, mientras que la optimista “Ready” supone una buena demostración vocal aunque echo en falta algo más de guitarras. “Too Late” me recuerda en su ritmo al clásico “Cold As Ice” con sus cortes de piano y notables guitarras acompañando a la voz de Hansen más Gramm que nunca y en la que Gimbel deja una breve pincelada de saxo para redondear uno de los temas más destacados por su elegancia y llegada, al igual que la animada “Angel Tonight” que es puro A.O.R. de manual en la que sobresalen las voces dobladas y su buen estribillo adornada por unas buenas teclas, al igual que en la más tendida “Give Me A Sign” aunque le falta un punto más de potencia y que seguramente funcionará mejor en directo. El resto del disco, como comentaba al inicio, lo forman composiciones más suaves y de menor ritmo, en algún caso algo extrañas como la relajada pelín psicodélica “In Pieces” en la que Hansen sobresale con su voz, más aun la magnífica “I’ll Be Home Tonight” plena de intensidad, clase y feeling siendo una de mis favoritas dentro de las lentas del disco junto a la profunda y cálida “As Long As I Live” de currada instrumentación y coros. Se completa la obra con la sentida balada “I Can’t Give Up” de buen estribillo y bonitos arreglos electro-acústicos, y con la final “Fool For You Anyway” que se adorna con un ligero toque soul a lo Michael Bolton de su época intermedia en la que mezclaba aires motown con bases rockeras. Buen cierre para una buena buena colección de temas que suponen el regreso discográfico, unos meses después en Europa que en América, de uno de los grandes nombres del rock melódico, y que después de haberles visto en directo el pasado verano creo que todavía tienen cuerda para rato. A seguir disfrutándolos.
Mariano Palomo

JON OLIVA’S PAIN “Festival”

(AFM Records / Avispa)

El proyecto actual del líder de Savatage sigue dando frutos, y en estos días nos encontramos ya con la cuarta entrega del orondo vocalista y teclista norteamericano y sus huestes. Un disco en el que la teatralidad, la mezcla de potencia y melodía, las composiciones trabajadas y los sonidos sugerentes siguen siendo sus señas de identidad claras, y en mi opinión con un punto más de llegada que lo hacen más atractivo. Desde el inicio nos sumergimos en un viaje musical a modo de montaña rusa, haciendo alusión a su portada y título, que nos lleva por momentos directos y agresivos, pasando por otros más melancólicos y relajados, sin olvidar los ambientes sombríos y tétricos. “Lies” llena de intensidad y grandilocuencia, se encarga de abrir a modo de primera estación en la que mezclan arreglos orquestales, ritmos vivos, trabajada y limpia instrumentación, descarnado estribillo e incluso cierto punto hard rockero en sus guitarras que van endureciéndose por momentos. Un endurecimiento más patente a continuación con la misteriosa “Death Rides A Black Horse” que es puro Savatage con buen y cañero estribillo, preciosistas guitarras y sombría base marcada en la que destaca la labor del batería Christopher Kinder, como sucede en la intensa “Festival” en la que la potente y algo rasgada voz de Oliva asoma sobre su denso tempo y sus buenos dibujos de guitarra a cargo del ex Millenium Shane French y de Matt LaPorte. Más enrevesado se torna el sonido para la compleja “Afterglow” que comienza acústica y misteriosa atormentándose por momentos, con una brillante instrumentación, acelerando en su segunda parte con riffs rápidos y matizados, rematada por una curiosa incursión jazzistica en la que parecen improvisar con sonidos de guitarra, piano y bajo destacando en esta última faceta Kevin Rothney. Seguimos trayecto para encontrarnos con la dinámica y sencilla “Living On The Edge” una de las destacadas por su potencia, por el trabajo de French y LaPorte en las guitarras y por la descarnada voz de Oliva creando un tema de clásico heavy-power americano, para relajarse notablemente acto seguido con la suave “Looking For Notthing” en cuya instrumentación encontramos originales sonidos de acordeón y guitarras acústicas, acompañados de unos coros crecientes que llenan un poco a lo Queensryche, rematando con una suave y lograda percusión, aunque algo carente de ritmo. Vuelve el heavy americano potente y matizado con “The Evil Within” donde sus melodías de voz contrastan con riffs opacos y por el trabajo descarnado, teatral y misterioso de la voz principal de Oliva, además de por unos extraños efectos sinfónico progresivos, que aparecen de nuevo sobre todo en las teclas de la trabajada “Winter Heaven”, que se inicia acústica y relajada para ir creciendo y cogiendo cuerpo e intensidad. La recta final viene de la mano de “I Fear You” con su ritmo tendido y plomizo, de buena instrumentación y teatrales ambientes, para cerrar definitivamente con la relajada “Now” llena de piano y acústicas creando un sentido clima melancólico que pone el broche a esta muy interesante obra de uno de los grandes talentos del metal americano como es Jon Oliva, ya plenamente centrado en este proyecto, con el que parece puede seguir dándonos satisfacciones, aunque siempre echamos de menos a Savatage.
Mariano Palomo

EXCALION “High Time”

(Limb Music)

Excalion se presentan como una de las bandas más prometedoras del metal melódico finlandés, algo que intentan refrendar con la reciente puesta en circulación de su tercera entrega en estudio bajo el título de “High Time”. Un disco que sigue la línea marcada por sus dos predecesores con una base power metalera bastante limpia y no excesivamente machacona, rebajada por unas muy melódicas líneas vocales y por unos buenos arreglos tanto de guitarra como de teclados, amén de las incursiones orquestales y progresivas que se dejan notar a lo largo del disco. Evidentemente la referencia a sus paisanos y precursores de este tipo de sonido, Stratovarius, son inevitables, como en la equilibrada y viva “Enter A Life” que recuerda la vena más suave de la banda de los Timos. Algo más hard rockera resulta “From Somewhere To Anywhere” donde destaca el trabajo de teclados y percusión junto unas crecientes guitarras, para meterse en territorios ligeramente progresivos y evocadores con “Sun Stones” de inspiración árabe en sus teclados quedando bastante conseguida junto a la personal voz de Jarmo Pääkkönen, que vuelve a destacar a continuación en el emotivo medio tiempo “The Flags In Line”. Vuelve el power sinfónico en la cortada y agradable al oído “Bring The Storm” que se va intensificando por momentos con sus buenos coros, siguiendo los mismos parámetros pero creciendo en pomposidad con “The Shroud” donde Jarmo juega con su voz subiendo y bajando con acierto. En “Firewood” en cambio muestra unas tesituras más líricas y épicas dentro de un ritmo algo espeso que mejora por los arreglos de teclas y guitarras, al igual que “Lifetime” que mejora en su ritmo más marcado y asequible por su variada percusión. Una pieza destacada esta última, al igual que lo es la más sinfónica y pegadiza “Quicksilver” que me recuerda a la mejor etapa de Sonata Arctica rematada por un breve y virguero solo de guitarra a cargo de Vesa Nupponen, que pasa a un segundo plano en la más suave “A Walk On A Broken Road” en la que voces y teclados crean una atmósfera misteriosa acompañada de arreglos orquestales sin acabar de romper, para despedir el disco definitivamente con la potente e intensa “Foreversong” en la que su gran estribillo destaca junto al trabajo del bajista Tero Vaaja y un suave cambio de registro de piano y guitarra que, como sucedía al inicio, vuelve a recordar a Statovarius. Un final interesante para un disco correcto que no nos descubre demasiado, pero agradable al oído, bien estructurado y ejecutado, y que puede convencer a los fans del estilo.
Mariano Palomo

BURNING BLACK “MechanicHell”

(Limb Music)

Desde el underground del power metal de raíces americanas intentan ir sacando la cabeza estos chicos que responden al nombre de Burning Black y que a finales del pasado 2009 vieron publicado en Europa su segundo trabajo “MechanicHell” que ahora os presentamos. Se trata de un trabajo que cumple los cánones del heavy power norteamericano clásico, con potencia en su base rítmica, de riffs afilados y crudos, y con unas composiciones directas y agresivas en general, con algún detalle melódico de teclados acompañando por momentos. La desgarrada voz de Dan Ainlay se acopla bien al sonido de la banda, pero desde luego tiene bastante margen de mejora, por momentos puede recordar a Lizzy Borden, pero a una considerable distancia de la de este en lo que a versatilidad y matices se refiere. Unos matices y dinamismo que sí aporta en mayor medida los guitarristas John Morris y Eric Antonello con su buena labor a lo largo del disco, sobre todo en cortes como en la agresiva y rápida “Our Sentence” llena de pegada y ritmo, al igual que la más melódica “Purgatory Child” donde se dejar notar más las teclas de fondo, o en la más épica y algo tétrica por sus coros “Secrets To Hide”. Más ásperas y crudas son “MechanicHell” de riffs pesados y marcados, la desgarrada “Dust And Rain” en la que la voz de Ainlay resulta algo chirriante y chillona mejorada por un buen solo de Morris, o la contundente “Messengers Of Hell”. Me han convencido más la elaborada “Reborn For My Sins” en la que insertan algún curioso arreglo sinfónico pero siempre con la base contundente y cruda, la hímnica “Hero Of The Century” por su ritmo acelerado pero suavizado por su buen estribillo a lo Fifth Angel, o la clásica y dinámica “Dangerous Game” clásica en su ritmo y concepto con las guitarras más melódicas apoyadas por unas buenas teclas. Disco en general correcto, sin excesivos alardes técnicos ni de sonido, mejorable en ciertos aspectos, pero con la esencia y el sabor del power metal USA que tantas satisfacciones nos dio en el pasado.
Mariano Palomo

jueves, 4 de febrero de 2010

THE MIRAGE "Revolución"

(Autoeditado)

Desde el noroeste español, concretamente desde Vigo, aparece esta excelente y elegante formación de depurado Hard Rock configurada por Mandi García a las voces, David Estévez y Fran Almodóvar a las guitarras, y Tito Pardo, y Suso Valcárcel a las bases rítmicas como bajista y batería respectivamente. Estos músicos llevan trabajando duro desde el año 2001, aunque no fue hasta el 2006 con la aparición en el mercado de su debut discográfico "Viviendo Rock´n´roll" cuando su reputación fue ganado enteros gracias a compartir escenario con bandas como Helloween, Baron Rojo, Uzzhuaia, o Santi Campillo (ex-guitarrista de M-Clan). Dos años mas tarde, y a través del ex-futbolista del Celta de Vigo y la Real Sociedad Valery Karpin, conocen al productor español afincado en Inglaterra Will Maya, un profesional que ha trabajado con gente de la talla de Adrian Smith (guitarrista de Iron Maiden), The Answer, The Wildhearts, Breed 77, o Steve Jones (Sex Pistols). Con él al frente del proceso de grabación, el grupo registra "Revolución" su segunda remesa de temas que posteriormente mezclan el los históricos "Albert Studios" de Londres, con la esencia de AC/DC impregnada en el ambiente. El resultado final de "Revolución" resulta brillante además de versátil, tocando varios palos dentro del Hard Rock mas clasico y purista, aunque con un sonido amoldado y actualizado a los tiempos que corren. The Mirage lucen con luz propia en el entramado de la obra consiguiendo momentos enormes a la hora de construir piezas ciertamente entrañables de calidad plenamente contrastada. "Has Jugado con Fuego" aparece fresco, directo y como toda una declaración de intenciones, "Nueva Estación" posee una estructura mas densa a la vez que reflexiva, "Cuando el Mundo Pare" es una joya donde aflora la melodía, con la carretera y el dejarse la piel en el escenario como mensaje, "Extraños" aparece relajada, intimista, y nostálgica con los asuntos del desamor a flor de piel, y "No Soy Diferente a Ti" resulta sensacional e incita a creer en uno mismo y a luchar por las metas y los objetivos que se plantea uno en la vida. El álbum no decae en ningún momento, una tras otra continúan cayendo composiciones exquisitas, "Lo Mejor de Mi" se muestra sutil y con bello texto cargado de optimismo, "Días de Lluvia" es una especie de huida hacia adelante para tratar de encontrar sentido a las cosas, "Nada Como el Rock´n´roll" resulta festiva, accesible, y pegadiza, "Páginas en Blanco" desprende puro sentimiento con poso nostálgico, y "Mirando al Cielo" da carpetazo a la obra mostrándose absolutamente desnudo y como un emotivo y sincero además de póstumo homenaje a un amigo perdido. Estos cinco músicos gallegos han puesto toda la carne en el asador en este trabajo, creando a base de talento, constancia, e ilusión un disco enorme en todos sus aspectos, tanto en su contenido como en su presentación, mereciéndose de largo ocupar con urgencia uno de los lugares de privilegio dentro del Rock nacional.
José Mora
(La Cabaña Del Tío Rock)
www.myspace.com/lacabanadeltiorock