viernes, 28 de noviembre de 2008

NIOBETH “The Shining Harmony Of Universe”

(Molusco Records)

Nueva formación de metal gótico con chica al frente que nos llega desde Albacete. Se trata de Niobeth, una formación que comenzó a dar sus primeros pasos hace cuatro años, y que ahora ve recompensado su trabajo y esfuerzo con la publicación este su primer larga duración. Un disco que además de la etiqueta generalista de metal gótico que le he colocado en el inicio, abarca algunos matices más, ahondando más profundamente en la música clásica y en las voces líricas y operísticas de su vocalista Itea Benedicto, sin duda lo que más llama la atención en principio de la banda, potente y muy amplia en sus registros aunque algo estridente en algún momento, pero tiene el grupo muchas más cosas interesantes. Y eso que en un primer acercamiento, este disco me pareció excesivamente denso y oscuro, sobre todo por su producción, pero a base de darle vueltas se pueden encontrar bastantes matices y muchísimo trabajo de elaboración y composición. El inicio se me hizo algo cuesta arriba, con cortes algo deslavazados y espesos como “The Wishper Of Pain” que se me hace demasiado pasada con su plomiza atmósfera, mejorada por los grandes coros a cargo del Orfeón de La Mancha y por algunos matices de flauta de Lourdes Guillén, “Secrets” más puramente gótica y melancólica que coge algo de color con las guitarras de Jesús Díez pero se me hace demasiado larga, al igual que la más lírica “Tell Me Lord” con las bases más arriba marcando un ritmo más cortado. Empieza a convencerme más la obra a partir de la contundente “A Frightening Shiver”, con un ritmo más rotundo y limpio, buenos arreglos de voces líricas en la que habrán tenido que ver el notable número de sopranos, contraltos, tenores y barítonos invitados, y con un interesante interludio más suave en el que aparecen los arreglos de cuerda; además como curiosidad incluyen como bonus una versión en japonés de este tema, evidentemente orientada para el mercado nipón. Continua la cadencia lenta en la intimista “My Silence Within”, con un piano, un cello y una flauta acompaña a la voz de Itea en su versión más dulce, animándose al final subiendo el tono, continuando levemente la ascensión en “Requiem For Imogen” con un toque más gótico de guitarra y melancólico y celta en las voces y redobles. Vuelta de tuerca más contundente para “Dance Of Tragedy”, más tétrica, con la voz aguda y lírica de Itea compartiendo plano con la de Fernando Asensi dotando de teatralidad operística al corte, y donde resalta la labor al bajo del invitado Juanba Nadal (Dragonfly) y la seca pegada del batería Alberto Trigueros. Vuelve la calma con la preciosa y trabajada “Reflected Light’s Garden”, en la que mezclan sonidos acústicos, piano y gaita a cargo de Santi Tejedor, con las guitarras más punzantes de Jesús, densificándose de nuevo con “Rhyme For My Gone Beloved”, más oscura, con buenos cambios de registro vocal ayudados por unos misteriosos coros, y unos cambios de ritmo bastante progresivos a cargo de Juanba y Alberto. Encaramos el tramo final con la cañera e irregular “Musician Soul”, en la que vuelven a brillar los coros, seguida por la versión metalizada de “The Magic Flute (Queen Of The Night Aria)” Aria perteneciente a la ópera “La Flauta Mágica” de Mozart y en la que Itea muestra todo su potencial lírico sobre la contundente base instrumental de sus compañeros. El cierre, amen del bonus con letra en japonés citado anteriormente, lo pone la extraña “The Awakening”, donde vuelven a aparecer arreglos de cuerda y flauta mezclados con guitarras cañeras y voces líricas. Un curioso cierre para un disco muy trabajado y bien interpretado, aunque cuesta digerir de primeras, quizá con sonido menos oscuro me hubiera llegado mejor.
Mariano Palomo

jueves, 27 de noviembre de 2008

MICHAEL KISKE “Past In Differente Ways”

(Frontiers)

Esto de hacer las críticas con tanto retraso es algo que tiene que acabarse. En realidad no sabía muy bien cómo tomarme la nueva entrega del vocalista teutón. Es sin duda el desertor más añorado y querido de la historia del Heavy Metal. No importa las sandeces que diga o haga, siempre estamos dispuestos a perdonarle esperando inútilmente que algún día vuelva por el buen camino. Pero este regreso sigue sin estar muy claro después de esta entrega. En contra de lo que podría parecer, no se trata de una jugada comercial a la desesperada como la de sus ex-compañeros hace un par de años. De ser así, hubiera intentado utilizar las canciones de la época dorada de Helloween más populares, como “I Want Out” o “Future World”. En vez de eso, las revisiones en formato acústico se han limitado a sus propias composiciones, que nunca fueron precisamente las más comerciales. Con la salvedad de “A Little Time”, que no puede decirse que mejore en este álbum. Ninguna supera a la original, aunque sí las hay que quedan realmente bien, como “When The Sinner”, “We Got The Right” o “Going Home” con un aire que me ha resultado muy fresco. La que menos ha notado el cambio es sin duda “Your Turn”. En cuanto a las de “Chamaleon”, son tan insufribles como siempre lo fueron, la verdad es que ni conservo aquel bodrio. También hay un tema nuevo, “Different Ways”, que resulta del montón en el conjunto. Aunque algunos cortes son un verdadero coñazo, en conjunto el disco no está mal si lo tomas como lo que es, una simple curiosidad sin más pretensiones. Sigue en el aire el camino que Kiske va a tomar en el futuro. Parece imposible el sueño de su ingreso en Gamma Ray, pero quizá considere unirse a alguna de las buenísimas bandas que abundan en su país. O sigue en solitario haciendo de verdad de nuevo auténtico Heavy Metal. O sigue dando bandazos en busca de su identidad perdida. El tiempo lo dirá.
Nacho Jordán

ADGAR “Tiempos de Cambio”

(Santo Grial)

Nuestras más sinceras disculpas de la gente de Alianza y de parte mía en particular por tardar tanto en publicar esta crítica. Llevaba meses escrita, pero por despiste nunca llegó a nuestro webmaster. Quizá no recibió el mail, o simplemente se me olvido mandarlo, vete a saber. También hemos tardado mucho en echarla en falta. En otras circunstancias ya lo dejaríamos correr dado el tiempo transcurrido, pero ¡qué leches! Este ha sido sin duda el disco de rock nacional que más me ha gustado de todos los que han caído en mis manos el presente año. ¿Cómo iba a cometer la injusticia de olvidarme de él? Así que obvio mi ya desfasada crítica y vuelvo a empezar. Y creo que ya he dicho bastante unas líneas más arriba. Adgar saben trabajar el Power Metal como nadie en este país. Pese a tanta caña, las letras se entienden perfectamente, y no se hacen en ningún momento repetitivos ni aburridos. Y eso que tampoco inventan nada, las cosas como son. Es sólo Power, pero de gran calidad. Me cuesta mucho destacar una canción sobre otra, quizá las que más me han gustado sean “Has Cambiado”, y sobre todo “Rosa Con Espinas”, simplemente genial. En cambio, no veo el motivo de volver a grabar “Esa Mirada Triste”. Sólo hace dos años que apareció en su anterior entrega “Seguimos En Pie”. Y no digo que la nueva versión esté mal, ojo, sólo que no me parece lógico meter la misma canción en dos discos consecutivos. En cuanto a los aspectos extramusicales, la cosa no se queda atrás. Presentación de lujo, y DVD extra con video-clips y canciones en directo. Y con un precio muy asequible. Todo esto resulta sorprendente cuando se supone que atravesamos la peor crisis de la historia de la industria discográfica. Esta política aparentemente ruinosa de Santo Grial no lo debe ser tanto, porque no es la primera vez que trabajan así, como pudimos ver con, por ejemplo, Brecha, Barón Rojo o anteriores entregas de los propios Adgar. Si repiten una y otra vez la misma fórmula, debe ser por algo.
Nacho Jordán

miércoles, 26 de noviembre de 2008

JASPE “I”

(Autoeditado)

Gracias a nuestro compañero Antonio Barba, responsable del veterano programa Barbarock en Radio Vallekas, conocimos hace unas semanas a este instrumentista que nos pasó una copia de su primer redondo en solitario. Un disco que nos muestra una interesante colección de composiciones instrumentales en las que Jaspe se hace cargo de toda la instrumentación y producción, y en el que se intuyen buenas intenciones, pasión y técnica, aunque el hecho de ser una producción completamente autoeditada y autofinanciada se nota mucho. Jaspe explora en los sonidos de guitarra con inevitables recuerdos a los guitar heroes más grandes y reconocibles, con andanadas más rockeras y directas como la alegre y melódica “Rock On” que da apertura al CD con un final muy Vai haciendo hablar a la guitarra, la acelerada y virguera “Hard” con unos curiosos efectos agudos y huecos, que se repiten en la optimista “Sunrise” , o en la final “Ride With Me” de buen ritmo y dinamismo. Hay temas más tranquilos y relajados como “Hands Of Time” más larga y con un tempo más tendido y sentido, al igual que en la electroacústica “Princess” se va intensificando y retorciendo en su desarrollo, y en la más destacada y original “Orient” con algún que otro arreglo árabe-oriental en el que se mezclan guitarras saturadas y españolas. Más dura resulta “Rivers Burning” con la guitarra más a lo Satriani con bastante presencia de máquina en la base, mientras encontramos el toque más original y vacilón en la corta y resultona “I’m Not Blue” con algún guiño funky, y en la frenética “Friends Forever” con un ritmo más punk rockero casi coreable que encaja más en lo que Jaspe suele hacer con su banda puramente ramoniana, El Caso De La Habana, con los que también ha grabado un CD de seis temas. Como os decía al principio, una interesante iniciativa la emprendida por este guitarrista, que muestra un gran potencial, pero que desgraciadamente queda algo deslucida por la calidad de sonido del disco. Esperaremos próximas entregas para ver su evolución.
Mariano Palomo

MIMO “Para Bien Y Para Mal”

(Avispa)

Curiosa propuesta la que en estos días nos ofrecen estos cuatro chicos zamorano-madrileños bajo el nombre de Mimo. Un nombre al que hacen alusión en lo que su maquillaje se refiere, pero que desde luego no se quedan mudos a la hora de exponer su forma de expresión artística que no es otra que el rock. Un rock abierto, sin un orientación clara y que se mueve entre el heavy rock sencillo, el rock and roll tradicional, e incluso algún guiño punk y acústico. Dentro de los temas más heavies podemos encuadrar a la inicial “Pólvora Y Cañón” sencilla y directa, con buenas guitarras a cargo de los hermanos Lagarejos, Carlos y Pablo, este último también encargado de poner su voz, algo Bumbury a la obra. Siguen la misma línea la más densa y algo desmadejada “Gris”, la ochentera de rasgos guitarreros “Ponte En Pie” con lejanas reminiscencias a los primeros Sangre Azul, y la más nostálgica y callejera “Historias De Ciudad” de guitarras más pesadas y voces directas. El rock más básico aparece en la alegre “Un Millón de Veces”, con un buen solo y con el bajo de Jesús Huelva bastante marcado, como sucede en la también nostálgica “La Rosa”, y en la más acelerada “No Hay Respuesta” con un ritmo entrecortado y cierto aire ska. Los ritmos más tranquilos y acústicos aparecen en la melancólicas “Gramito De Viento”, en el medio tiempo “Sin Animo de Lucro” que hace referencia en su buena letra a los comienzos en la música de los protagonistas, y en la más dulce y bien tratada instrumentalmente “Esperame”, aunque se queda algo sosa y apagada. Dejo para el final el tema que da título al disco “Para Bien Y Para Mal”, que ofrecen en dos versiones, prácticamente idénticas en su estructura y melodías, con unos coros que alternan partes bastantes horteras y divertidas con otras más trabajadas, y que recuerda un poco a los Platero y Tú. La versión V.08 como ellos la han llamado y que cierra el disco, es lo mismo, pero en plan más aun de coña de lo que lo era la normal, con la participación del televisivo Florentino Fernández, “Flo”, que mete su voz característica con algunas frases alusivas a la letra del tema que trata del sado desde un punto de vista bastante humorístico. Bueno, como anécdota no está mal, y el tema en sí es bastante potable, pero en general, como todo el disco, bastante normalito y aun con mucho camino por recorrer.
Mariano Palomo

martes, 25 de noviembre de 2008

JIMI JAMISON “Crossroads Moment”

(Frontiers / Mastertrax)

Vuelve el espíritu Survivor. De la unión entre Jimi Jamison y Jim Peterik nace este “Crossroads Moment”, un disco llamado a recoger el legado musical de una de las bandas más grandes y recordadas de rock melódico de todos los tiempos. Disco producido, compuesto y arreglado por Jim Peterik y por Larry Millas (Pride of Lions, Ides of March), este “Crossroads Moment” se presenta como la continuación perfecta de Pride of Lions, pero con la voz personal de Jimi Jamison y sus propias canciones, que le acercan a Survivor. Disco lleno de talento y maravillosas canciones, confirma que de la unión entre Peterik y Jamison sólo podía salir algo muy bueno. Temas como la nostálgica “Battersea” que abre el disco o la coríntica y llena de teclados “Make Me A Believer” lo confirman. Una mezcla perfecta entre Pride of Lions y Survivor. Arropados por un elenco de grandes músicos, como Klen Haynes al bajo y Mike Aquino a las guitarras, cuenta con las colaboraciones en los coros y voces de grandes como Mike Reno, Mickey Thomas o Joe Lynn Turner, entre otros. Jim Peterik dota al disco de una atmósfera melódica y nostálgica, no exenta de garra y pasión al mismo tiempo. Canciones como “Make Me A Believer” o el single “Can´t Look Hawai” atrapan al oyente y son perfectas para las radio A.O.R. formulas de toda la vida. “Crossroads Moment” es más calmada y sentimental, deliciosa en la voz de Jimi Jamison, con un final arrebatador. El solo de guitarra y el piano de esta canción son una maravilla. Otra joya es “Behind The Music”, mi favorita del disco. Es poderosa y con mucho ritmo, en la más pura línea de Pride of Lions. Una de las mejores del disco. Quizás este trabajo abuse un poco de las baladas y los medios tiempos. Está claro que Jimi Jamison canta como pocos vocalistas este tipo de composiciones, pero edulcoran demasiado el disco. Cortes como “Lost” o “Bittersweet” no aportan demasiado. Vuelve el climax en canciones como “She´s Nothing To Me”, corística y muy Survivor, para decaer con otra medio balada como “As I”, que enfría un poco los ánimos. Quizás este sea el fallo del trabajo, sobran algunos cortes lentos dentro de un gran disco. El broche de oro lo ponen dos grandes composiciones: “Friends We Never Met”, con gran ritmo y buenas guitarras y un estribillo pegadizo y la buenísima y nostálgica “When Rock Was King”, que empieza lenta para acabar poderosa y llena de guitarras. Quizás este “Crossroads Moment” tenga un excesivo metraje y le puedan sobran un par de canciones lentas, pero está lleno de talento musical y compositivo, y sirve para mantener vivo el presente de Pride of Lions y el legado de Survivor.
Jesús “Nono” García

BABYLON ROCKETS “Conspiracity”

(Maldito Records)

Grandes grupos de rock guitarrero nos llegan desde Valencia, como los consagrados Uzzhuaia y estos Babylon Rockets. Cargados de actitud y de fuerza nos arrollan con este “Conspiracity”, un discazo tremendo, fuera de modas y apostando por el rock crudo y directo de toda la vida. Si estamos en crisis, Babylon Rockets nos ponen las pilas. Este disco suena a los AC/DC del “High voltaje” o del “Let There Be Rock” (“Can´t Stop” o “Once Again”), o también al mismísimo Vince Fournier (Alice Cooper) en trallazos como “Take A Ride” o “Just My Girl” (la primera época de Alice, en discos como “School´s Out” o “Goes To Hell”). Dany canta con este toque canalla del vocalista de rock cuya garganta ha pasado por muchos conciertos y muchos garitos cargados de whisky y de humo. Las guitarras de Eloy y Rafa están afiladas y presentes en todos los temas y Kiko con su piano y su hammond le dan calor a los temas y aromas al pasado, en cortes como “Sweet Drama Queen” o “Just My Girl”. El disco es rock visceral y guitarrero, alejado de modas, poderoso, crudo y directo. Aires a Hellacopters (“On Your Stereo” o “Take A Ride”), a los mismísimos Guns n´Roses (“Show World”) y esos matices de buen rock surenño a lo Black Crowes o Black Stone Cherry (“Sweet Drama Queen”). Fuera modas trasnochadas. Viva el rock de toda la vida. Babylon Rockets se han salido con este "Conspiracity". Si son tan buenos en directo como en disco, no me los pierdo.
Jesús Nono García

BARUA “Sin Que Duerman Las Horas”

(Maldito Records)

Sin duda, el rock nacional responde cómo todas las músicas a tendencias. Los que somos veteranos vimos la influencia que Rosendo y sus Leño inspiraron a Barricada o Platero. Después, Extremoduro abrió brecha para Marea o Sinkope, por ejemplo. Digo esto porque los navarros Barua practican un rock lleno de guitarras y buenas voces, no exento de influencias. Nacidos para la música en Pamplona en octubre de 2004, suenan a veces a Marea, otras tienen un toque a Fito, al Canto del Loco o a los mismísimos Pereza. Pero con señas de identidad propias, buenas letras y marcadas guitarras. Los chicos ya tendrían ganas de publicar su primer trabajo discográfico, después de muchos conciertos compartiendo cartel con grupos reconocidos como Barricada, Pereza, Pignoise o Los Secretos. Este álbum se titula “Sin Que Duerman Las Horas” y se presenta como un trabajo de rock lleno de actitud, fresco y maduro al mismo tiempo. Han tenido el gusto de trabajar con los hermanos San Martín (ese grupo añorado llamado Sátira), convertidos hace tiempo en excelentes arreglistas y productores en los reputados Estudios XXI. El resultado es un disco completo de rock con matices power pop interesante y talentoso. Ganas nos faltan, además de cuidadas y personales letras. Canciones en línea Marea como “Tu Olvido” o “Si Quieres” (primer single), pero con personalidad propia. Temas más power pop pero no edulcorados como “Pintar Un Corazón” o “Marta”, con un rollo más al Canto del Loco. Buenas canciones, frescas y directas. Otro corte más guitarrero ( se inicia a lo Rolling Stones) es “3.000 Horas”, para cerrar con la cover de los Secretos “Pero A Tu Lado”, fiel y original al mismo tiempo. Un grupo a tener en cuenta, que merece la pena. Fieles al rock y a sus referentes actuales, pero con juventud, ganas y gusto musical. Si tienen respaldo y acceden a las radio fórmulas (triste peaje) podrían llegar lejos. Se lo merecen.
Jesús “Nono” García

viernes, 21 de noviembre de 2008

NIKKI PUPPET “Power Seeker”

(Artist Station Records / Avispa)

Paisanos de Scorpions, pero con bastante poco que ver con estos, publican desde Hannover este cuarteto mixto su tercer disco en el que a lo calidad y estilo están muy lejos de Schencker, Maine Y Jabbs. Lo intentan, dando color a su música con la voz de Nicky Gronewold en la onda de la Lee Aaron más macarra o de la vocalista de Phantom Blue o Meldrum, pero donde las composiciones se quedan bastante pobres y simples. Y Eso que la cosa empieza prometedora con la garajera y divertida “Destroy This Toy” con buenos guitarrazos y estribillo, mejorada por la más melódica e igualmente divertida “I Can Dream” en la que las guitarras suenan más limpias, y por la enérgica “Power Seeker” que corta su ritmo vacilón con buenos coros y guitarras a lo Offspring. A partir de aquí los temas empiezan a caer con la lenta y decadente “Pricks” que intenta espabilarse un poco pero no llega, con la extraña algo psicodélica “Falling In 2 Pieces”, o con la pesada y espesa “300 Warriors” en la que se salvan las voces. Tras esta, “Yoa Sou Saloniki” una curiosidad a cargo del guitarrista de origen heleno Christos Mamalitsidis que se marca una pieza corta de guitarra española evocando a Salónica, y tras la cual vuelven a mejorar con la cañera y sencilla “I Spy” en la que siguen destacando las voces tanto de Nicky como de la bajista Anke Sobek, como en la más curiosa “Come Back” con ramalazos funkies en las guitarras de Christos que acaba marcándose un buen solo. Aires setenteros llegan para dejarse notar en el solo de “Blind Race Of Ice” dentro de una estructura más alegre, y en todo el desarrollo de la enérgica “Daddy Yells”, menos directa y fresca pero más elaborada y compacta. Por el contrario vuelven a la sencillez con la efectiva “Scream”, más rápida y simple sin apenas matices salvo su breve solo, para cerrar en clave tranquila con “Turn Back Time” una balada acústica agradable pero algo hueca. Un cierre correcto sin más a la altura del resto del disco, que tiene momentos divertidos e interesantes, pero desde luego no me acaba de rematar.
Mariano Palomo

DEADLOCK “Manifesto”

(Lifeforce Records / Avispa)

Desde Alemania llega a nuestras manos la tercera entrega del sexteto de death metal melódico Deadlock. Como bien sabéis no es este un estilo al que demos prácticamente cobertura en este medio, pero si algo está bien hecho y muestra cierta calidad y originalidad merece la pena ser reseñado, aunque no nos llegue a tanto como otro tipo de lanzamientos. En este disco encontramos los elementos básicos del metal extremo melódico, adornado con algunos toques progresivos y sobre todo por el duelo permanente que mantienen a lo largo del disco la voz gutural y desagradable por momentos de Johannes Prem y de la dulce Sabine Weniger que también ayuda en los teclados. El resto de la formación se muestra solvente, con alguna que otra ida de olla, como la electrónica inicial a modo de intro “The Moribunbd Choir vs. The Trumpets Of Armaggedon”, pero en general sonando bastante bien, con solidez y limpieza. Tras la referida intro y a rebufo de la misma con algún guiño electrónico, atacan con la pesada y cruda “Matrtyr Of Silence” en la que la batalla la gana la voz de Johannes, aunque Sabine también se deja ver, repitiéndose la fórmula en las más atropelladas “Slaughter’s Plage” y “Dying Breed” con algún toque gótico tras el intranscendente interludio instrumental “Manifesto”, o en la agresiva “Deathrace” que cierran con un fragmento rapero fuera de lugar en mi opinión. Los sonidos vocales se equilibran más en la atmosférica “The Brave / Agony Applause” donde destacan las guitarras de Sebastian Reichl y Gert Rymen (el primero también encargado de teclados y programming), en la cañera y más asequible “Seal Slayer” donde se marcan con fuerza los cambios de voz, o en la dinámica y potente “Fire At Will” de buena instrumentación con sonidos de saxo incluidos. En la parte final del disco afortunadamente sale victoriosa Sabine dotando de melancolía y dulzura a la suave “Altruism” en la que la acompaña una delicada percusión y teclas, para cerrar definitivamente siguiendo la línea melódica con “Temple Of Love” de reminiscencias orientales y en la que apenas aparecen sonidos guturales, donde guitarras, teclas y voces sobresalen con limpieza conformando una hermosa composición. Sin duda para mí lo mejor del disco, esta parte final y la instrumentación en general, y lo peor el excesivo protagonismo de los sonidos guturales en muchas fases del mismo.
Mariano Palomo

ECLIPTICA “Impetus”

(Frotniers / Mastertrax)

Impetuoso y convincente sin duda resulta el debut discográfica de esta sólida formación austriaca que en estos días se pone en circulación en toda Europa. Un disco que se presentaba como de rock progresivo, pero que realmente me ha resultado bastante más cercano al power heavy metal melódico, por supuestos con algún elemento progresivo, y con una buena instrumentación, sobre todo por parte del batería Roman Klomfar y del bajista Florian Thür que suenan tremendos a lo largo de todo el disco. Tampoco lo hacen mal los guitarristas, Markus Winkler y Bernie Scholz que combinan partes melódicas y saturadas acompañando a la profunda y personal voz de Thomas Tieber, bien apoyado en algunos pasajes por la más dulce de Elisabeth Fangmeyer. Empiezan a desgranar este “Impetus” de forma suave con la intro instrumental del mismo nombre que inmediatamente da paso a la cañera “My Paradise” en la que encontramos el duelo de voces más notable, con un ritmo cabalgante muy marcado de power de aires progresivos, y donde la rotundidad y melodía se funden como tónica habitual de la obra. Este buen sonido queda reflejado también en “Land Of The Silence”, más puramente heavy, agresiva, pero endulzada por unas líneas de voces más melódicas, al igual que en la más power épica a lo Blind Guardian “Carry On”. Un aire más misterioso y relajado aporta “Twilight Hall”, igualmente intensa con buenas aportaciones de piano y coros melódicos que arropan el poderío de su base, para seguir en una línea de melodía y calidez con “Turn Away” donde se vuelven a enlazar acertadamente las voces de Thomas y Elisabeth con unos buenos cambios de ritmo desde un inicio baladístico lleno de piano que se acelera al final del tema. Continua esta aceleración con “Old Man’s Memories”, en la que encontramos esa potente mezcla de guitarras limpias con otras más saturadas, cortando el ritmo con cambios secos más progresivos, y que se suceden en la siguiente “Watching You”, más oscura y algo gótica donde el bajo de Florian suena de impresión. Elisabeth vuelve a tomar el protagonismo en “The Jester In The Ballroom”, una pieza más cercana a la onda del “Sirens” de Savatage, sobre todo en lo que a las guitarras se refiere, y donde la participación de la voz masculina de Thomas se limita a los estribillos. El cierre lo pone la extensa y demasiado espesa “The Black Swan”, que se inicia con tranquilidad y voz narrativa, para ir creciendo en la instrumentación, pero quedando muy oscura y sin acabar de romper. Un cierre demasiado opaco, para una más que competente obra que nos descubre a una nueva y talentosa formación a seguir.
Mariano Palomo

TANKARD “Thirst”

(AFM / Avispa)

Nuestros buenos amigos cerveceros de Fankfurt vuelven a la carga. Tras el recuerdo a sus clásicos que supuso el pasado año el recopilatorio “Best Case Scenario: 25 Years In Beers” y su posterior gira de la que pudimos disfrutar por estas tierras, recuperan el pulso de las grabaciones con una decena de nuevos cortes en los que además de mostrar una mayor madurez y nivel instrumental, observo una mayor inclinación a sonidos puramente heavy metaleros y menos thrashers, aunque por supuesto siguen presentes al igual que la vena humorística y etílica que nunca falta ni debe faltar. Los ritmos más machacones y las guitarras más saturadas, pocas por cierto, las encontramos en la inicial “Octane Warriors”, en la más atormentada y simple “Echoes OF Ferar”, y en la frenética y algo histérica “Hyperthermia” donde Gerre se vuelve algo loco, mientras Andy desgrana uno de los buenos solos con que adorna el trabajo. Por su parte Frank con el bajo y Olaf con la batería a lo suyo, dando cera y atropellándose un poco en algunos momentos como en las agresivas “Deposit Pirates” en la que destaca su buen estribillo, al igual que en la típicamente cervecera marca de la casa “Stay Thirsty” que sube el nivel. En la vacilona “G.A.L.O.W.” se desparraman más con Gerre desgarrando su voz mientras corta el ritmo puramente thrasher, como sucede en la final “Sexy Feet Under”, más pesada en la que oscurecen su sonido. La diversión sigue en la irónica “Myevilfart” en la que a base de impetuosas voces y limpias guitarras tratan los efectos secundarios de las digestiones pesadas, poniéndose más machacones en la sencilla y clásicamente Tankard “Zodiac Man”. Dejo para el final el punto más serio del disco con “When Daddy Comes To Play”, una comprometida canción en la que tratan la aberración de los abusos infantiles, con unas voces más tratadas, a ritmo clásicamente thrash sin acelerar en exceso, salvo en el final donde la rabiosa voz de Gerre se mezcla con un coro de niños al estilo “The Wall” de Pink Floyd. Un detalle de agradecer de esta divertida banda que demuestra que, además de mejorar notablemente a nivel instrumental y compositivo, sabe hacer algo más que hablar de cerveza y borracheras, que evidentemente también siguen haciéndolo. Hay tiempo para todo.
Mariano Palomo

jueves, 20 de noviembre de 2008

ELVENKING “Two Tragedy Poets... And A Caravan Of Weird”

(AFM / Avispa)

Tras cuatro interesantes álbumes, los folk metaleros italianos Elvenking nos presentan su nueva criatura en formato acústico. Bueno, casi acústico, ya que las guitarras eléctricas también se dejan ver en algunos momentos. El disco recoge diez nuevas composiciones y un par de versiones acústicas de dos de los mejores temas de su tercer trabajo “The Winter Wake”, el propio tema título que mantiene la chispa y la onda optimista del original, a pesar de su melancólico solo de violín, y la más folkie y medieval aun “The Wanderer” que suena más tranquila y ralentizada. Uno de los temas nuevos, “Heaven Is A Place On Earth” es realmente otra versión, en este caso de la cantante pop Belinda Carlisle, que ya me agardaba en su concepción original y a la que Elvenking le han dado su toque personal respetando su esencia y quedándoles realmente bien. El resto está bastante bien trabajado, con temas más puramente folks y bardos como “My Own Spider’s Web” en la que se intercalan sonidos de guitarra española con coros ascendentes, violines y flautas, o “From Blood To Stone” en el que la acústica copa el protagonismo. Hay otros cortes más fiestereos y pegadizos como la alegre “Miss Conception” que cierra el disco, las divertidas “Ask A Silly Question” en la que la flauta y los violines se dejan notar más, y “Not My Final Sowg” con su coreable estribillo, o la más cañera “Another Awful Hobs Tale” en la que el solo de guitarra eléctrica de Aydan queda realmente bien junto a la clara percusión de Zender, los violines de Eligen, que también se hace cargo de las teclas, y la correcta y profunda voz del peculiar Damnagoras. Se completa este disco con la más floja y monótona “The Blackest Of My Hearts”, que no desmerece el conjunto de estos tres cuartos de hora de divertida música, donde en algunos momentos se echa de menos algo más de electricidad, pero para eso ya tenemos sus otros discos, a los de sus alter egos Skyclad.
Mariano Palomo

MAGICA “Wolves & Witches”

(AFM / Avispa)

Estamos ante el cuarto trabajo de los rumanos Magica, una obra que nos sumerge directamente en la mitología de su país, y que, temática a parte, en lo puramente musical, continua la progresión mostrada por la banda en su anterior entrega “Hereafter”. Curradas composiciones, buenos aunque no deslumbrantes desarrollos instrumentales y con un estilo que no se encasilla tanto en el metal gótico como pudiera parecer y abarca registros más amplios que van desde el power metal, alcanzando al hard & heavy más tradicionales, sin olvidar algún toque autóctono y progresivo. Evidentemente llama la atención la voz de Ana Mladinovici, altamente lírica, aunque no tan potente como podrían requerir alguno de los cortes, en los que la instrumentación toma mayor protagonismo, sobre todo los teclados de 6 Fingers y la batería de Cristi Barla que se embarullan en algunos momentos, para que el bajo de Vali Cechiu y las guitarras del fundador del grupo Bodan Costea y de Emylian B. queden algo más discretas. Abren con poderío con “Don’t Wanna Kill”, donde se mezcla una base power metalera, con unas guitarras limpias y con la lírica voz de Ana, unas características que también encontramos en otros cortes del disco como “Dark Secret” que se desarrolla con calidad tras la breve y lenta “Maisatra” a base de piano y voz, y que con sus buenos coros y melódica voz llega bastante bien al oyente. El toque más gótico lo encontramos en “The Stole The Sun”, aunque no es excesivamente oscura a pesar de su aire misterioso y en la que la voz de la señorita Mladinovici se muestra más dulce y menos lírica cercana a la de Candice Night, como le sucede en la más heavy rockera y algo embarullada “Until The Light Is Gone”. Los elementos progresivos asoman en mayor medida en “Hold On Tight”, con un tempo más tranquilo, pero con una instrumentación más saturada y un solo de Bodan o de Emylian algo chirriante, y en la más lírica “Hurry Up Ravens”, sobre todo por el trabajo de teclados y sus convincentes guitarras. Las teclas vuelven a ser protagonistas en el tramo final de la más alegre y directa “Just For 2 Coins” con unas voces muy melódicas, aunque algo inconexa en su elaboración, para pasar a un segundo plano en la densa y corta instrumental “Chitaropetra” donde brillan las guitarras y algún toquecillo folkie. El cierre lo pone la original “Mistress Of The Wind”, con buenas voces dobladas y retazos medievales para dar carpetazo a un buen disco, aun pulible en su sonido y estructura (voz excesivamente aguda en algunos momentos, guitarras algo saturadas fuera de sitio, cambios de ritmo poco limpios), pero que ya ofrece momentos interesantes.
Mariano Palomo

miércoles, 19 de noviembre de 2008

THE CREEPSHOW “Run For Your Life”

(People Like You Records / Locomotive Records)

Aunque no se ajuste totalmente a los contenidos habituales de Alianza, vamos a hacer una excepción y reseñaremos brevemente el segundo trabajo de esta original e histriónica banda canadiense que se presentan bajo el nombre de The Creepshow. La música que desarrolla este cuarteto podríamos definirlo como punkabilly, una mezcla de ritmos entre Bad Religion o los Ramones, con la esencia del rockabilly clásico de los Stray Cats, y con el toque más pop y rebelde de la voz de Sarah Sin, que también se hace cargo de la guitarra. Esta alumna aventajada de Wendy James (Transvision Vamp), está acompañada por el contrabajista Sickboy, el batería Matt Pomada y por The Reverend Mcginty a la batería , cumpliendo todos ellos un papel más que correcto e igualmente protagonista a lo largo de todo el trabajo. Un trabajo, por otra parte, fácil de escuchar, con ritmos pegadizos, y temas cortos que resultan bastante asequibles y divertidos. Por otra parte no olvidan la fuerza y la energía necesarias para darle compacidad y empaque a sus composiciones, como comprobamos nada más empezar a escuchar el disco tras la apocalíptica intro radiofónica “The Sermon II”, y meternos de lleno en la acelerada y agresiva “Rue Morgue Radio” de marcado ritmo a lo Bad Religion que se refleja también en la más melódica y elaborada “Buried Alive”. Más rockabilly es “Demon Lover” en la que se dejan notar más las teclas del Reverendo (Mcginty, no el de Wyoming) y unos coros más melódicos, para caer definitivamente en los brazos de los tupés y las patillas con el primer single “Take My Hand”, llena de coros, de ritmo alegre, tan corta como efectiva, y en la menos directa y algo ralentizada “Dearly Departed”. Endurecen un poco la historia con “Run For Your Life”, con unas guitarras más heavies, una batería más contundente y unas voces dobladas en las que se mezcla la más melódica de Sarah Sin con las más roncas de sus compañeros de andanzas. Algo similar encontramos en el final del disco con “Rock n’ Roll Sweet Heart” con las guitarras más curradas y los coros más actuales a lo Offspring, y con la más sucia y machacona “Long Way Down” que sorprende en el final con un original cambio de ritmo de piano. Entre medias un guiño al swing con la curiosa y menos rockera “You’ll Come Crowling” en la que mandan las voces y coros. Como os decía estamos ante un disco que estilísticamente no tiene demasiado que ver con el tipo de grupos que tratamos por aquí, pero que creo tiene un nivel interesante y que tampoco viene mal para desengrasar un poco. No os acostumbréis.
Mariano Palomo

martes, 18 de noviembre de 2008

ROBERT BERRY “The Dividing Line”

(Fontiers / Mastertrax)

El nombre de Robert Berry no es desconocido para los amantes del rock sinfónico y melódico. La extensa carrera de este músico (en el más amplio sentido de la palabra), abarca desde finales de los 70’s cuando empezó a colaborar con Hush, hasta la actualidad con este último disco en solitario, pasando por formaciones de rock sinfónico como el trío 3 grabando el fantástico “To The Power Of Three” en el año 88 junto a Keith Emerson y Carl Palmer, o más cercanas al A.O.R. como GTR, y más recientemente el supergrupo Alliance con lo que ya ha facturado cuatro buenas entregas, la última “Road To Heaven” este mismo año. Lo que nos encontramos en este nuevo disco, además de un ímprobo trabajo compositivo e instrumental de Berry, captura la esencia de los grupos mencionados anteriormente, sobre todo de GTR y de 3, con esa sutil mezcla de sonidos sinfónicos y melódicos que consigue ser accesible en algunos momentos, pero en absoluto facilona. Teclados pomposos, guitarras profundas, voces matizadas, buenos estribillos y coros importantes, son básicamente los elementos que dan forma a los once cortes de “The Dividing Line”, aunque con matices y diferencias entre ellos. Los encontramos más rockeros y alegres como el propio tema título que da apretura al CD, “Listen To The People” de directo y claro estribillo, o la más A.O.R. “Can´t Let Go” de teclas envolventes y limpias guitarras; más pomposas y recargadas de teclados como la final “Life Is On Fire” o “This Life” con las guitarras algo más tímidas. Los sonidos acústicos quedan de manifiesto en “One Good Man” con un toquecillo western y una estructura coral, en la balada “Faith” donde se luce la voz de Berry junto al piano y a unos buenos solos de guitarra tanto eléctrica como española, en la también lenta y destacada “Young Hearts” con más elementos eléctricos, o en la profunda “Wait” con una acústica de doce cuerdas reconocible siguiendo el ritmo creciendo marcado por el bajo y las teclas. La estructura más clásicamente A.O.R. la encontramos en “A Life Without Livin’” con un buen estribillo aunque algo floja de producción, mientras que el tema más original y uno de los más destacables sea “I Gave You The Best Of Me” en el que mezcla ritmos lentos y alegres, con gran cantidad de teclados sinfónicos, un toque funky en su desarrollo, un buen estribillo y un curioso pique de teclados y guitarra que me recuerda a los enormes Toto. En definitiva me ha parecido un disco interesante, bien construido y ejecutado, aunque con una producción mejorable y algo falto de accesibilidad en algunas frases.
Mariano Palomo

ELDRITCH “Livequake”

(Limb Music)

El pasado 22 de marzo de este año, el poderoso combo italiano Eldritch registró su actuación en el Music Street Live Club de Lugnano (Pisa), y como resultado de esa grabación nos encontramos con un DVD y un CD bajo el título de “Livequake”. Comentaremos el CD que es lo que nos han enviado desde Alemania. En formato doble nos recopilan una extensa colección de temas en los que el sexteto trasalpino da rienda suelta a su energía, técnica, agresividad y clase, dividiendo claramente su actuación en dos partes bien diferenciadas. En la primera, que completa el primer CD, ejecutan catorce temas de sus cuatro últimas entregas “Blackenday”, “Nieghbourhell”, “Portrait Of The Abyss Within” y “Reverse”, publicadas desde 2001 hasta 2007, y en la segunda vuelven al siglo pasado para recordar sobre todo a uno de sus trabajos más reconocido, “El Niño” que interpretan casi en su totalidad, junto a unas pinceladas de “Headquake” y de su debut “Seeds Of Rage”. Además cambian de teclista en cada uno de los CDs, haciéndose cargo de las teclas en el primero el actual miembro del grupo, Sean Henderson, y en el segundo el ex de la banda Oleg Smirnoff, dejando ambos su sello personal en los temas que interpretan. El resto de la banda cumple su misión de forma correcta, gustándome especialmente la ejecutoria de los guitarristas Rob “Peck” Prioetti y Eugene Simeone combinando profundidad, riffs agresivos, solos afilados y buenas melodías. La base rítmica que forman el bajista John Cristal y el batería Dave Simeone se muestra rotunda, pero tampoco es para tirar cohetes, mientras que el vocalista Terence Holler cumple bastante bien su cometido mostrando cierta debilidad por James LaBrie en bastantes retazos. El desarrollo del disco es bastante poderoso y mantiene la intensidad a lo largo del mismo, con más metal potente actual que sonidos progresivos, aunque por supuesto están presentes. El inicio del primer CD tras la intro “In The Heart In A Heartbeat” está lleno de poderío y caña con las pesadas “Why”, “The Deep Sleep” y “Save Me” en las que contundencia y agresividad son sus señas de identidad. Oscurecen y relajan el ambiente con “The Blackenday” con su densa melodía a la que sucede “The World Apart” en la que luce la voz de Holler. Vuelve la caña con “Reverse” con un ritmo cortado a lo Angra, modernizándose en exceso para mi gusto con “Standing Still” y en la más frenética y curiosa “Bless Me Now”. Vuelven a oscurecerse en “The Child That Never Smile” en la que las voces más suaves contrarrestan su agresividad, como sucede en la más melódica “More Than Marylin” cubierta por la sombra de Dream Theater. El final del primer acto es puramente cañero, con la más progresiva “This Everlasting Disease” en el que doblan las voces sobre una tremenda base, y con la aceleradas y heavies “Silent Flame” y “Toil Of Mine” coreadas por la concurrencia. Como os comentaba, el segundo CD es prácticamente una interpretación íntegra en directo de “El Niño”, desde la atmosférica intro “Fall From Grace”, hasta la melancólica y densa “Nebula Surface”, pasando por la pesada “No Direction Home”, las cañeras “Heretic Beholder” y “Scar”, la dinámica y teatral “Bleed Mask Bleed”, y la épica y machacona “From Dusk Till Dawn” con sus curiosos cambios de guitarras. Completan el disco con un para de vistazos a “Headqueake” descargando la extraña y puramente progresiva “Ghoulish Gift” y la relajada y melódica “Lord Of An Empty Place”, para cerrar definitivamente con la primigenia y virtuosa “Incurably Ill” del año 95. Un buen documento en general y que sirve para resumir la carrera de esta experimentada formación.
Mariano Palomo

viernes, 14 de noviembre de 2008

LEIZE “Sólo Para Ti”

(Oihuka)

Tras su regreso a los escenarios el pasado 2007, los guipuzcoanos Leize han decido plasmar esta vuelta en forma de doce nuevos temas en estudio dentro de este nuevo trabajo. Un disco en el que vuelve a reunirse el 75% de los miembros originales, Toño Rodríguez al bajo, Félix Lasa a la guitarra y voz y Patxi Carrasco a la guitarra, con el único cambio en las baquetas de David Gorospe por Pedro Rodríguez. El cuarteto se ha marcado un buen disco de heavy rock de pura esencia ochentera y con el inconfundible sello del sonido Leize que, para mi, siempre fueron la versión más heavy de Barricada, con buenos y protagonistas coros, estribillos pegadizos, guitarras potentes y letras tan entrañables como reivindicativas. El paso del tiempo parece que no ha rebajado el espíritu combativo y callejero del grupo, como queda patente en la inicial y rebelde “No Me Dejaré” en la que se deja notar la base rítmica junto a los reseñados coros muy a lo Drogas y Cia., como sucede en la pesada “De Nadie” con un riff muy “Ballbreaker”. El hard rock de ritmo más alegre y enganchante queda representado en “Desde Que Te Vi” una de mis favoritas con sus buenas y limpias guitarras y sus directos coros, en la pegadiza “Sólo Para Ti” que da nombre al disco, o en la efectiva “El Otro Lado Del Espejo”. No olvidan su vena más cañera y reivindicativa en otros cortes como “Sin Sitio” a base de doble bombo y guitarras dobladas a lo Maiden haciendo en su letra un guiño al pasado de la banda (“Buscando mirando, devorando las calles”), en la desgarrada antimilitarista “Héroe” de corte hímnico e ideal para el directo, o en la rabiosa y machacona “La Hebilla De Dios” donde la crítica religiosa se hace presente. Algo menos me han seducido “Despierto” a pesar de su potente riff, y “Pedazo De Cielo” a la que mejora un buen solo de guitarra. Las baladas por supuesto también tienen cabida y vuelven a mostrarse como otra de las especialidades de la casa, en este caso “Abandonado” de aire triste e intenso en la que mezclan sonidos acústicos, y la que cierra el disco “Déjame Decirte” llena de nostalgia en la que se suavizan voces y guitarras. Después de todo lo expuesto parece que Leize hubieran parado el reloj allá en el 1997 y más de diez años después han vuelto a ponerlo en hora justo donde lo dejaron, con las mismas ganas, la misma energía y el mismo sonido de antaño. Esperemos que sea por mucho tiempo.
Mariano Palomo

miércoles, 12 de noviembre de 2008

VOODOO CIRCLE “Alex Beyrodt’s Voodoo Circle”

(AFM / Avispa)

Bebiendo directamente de las fuentes de los registros más cañeros de Blackmore y de la etapa más melódica de Malmsteen (Odyssey, Eclipse), nos presenta su primera entrega el nuevo proyecto del experimentado guitarrista germano Alex Beyrodt (Silent Force, Sinner). Un instrumentista y compositor que a pesar de haber pasado por buenos grupos de cierta repercusión, parece que aun no ha cubierto su ego en la medida que a él le gustaría y ahora forma esta muy interesante aventura. Para ello ha contado con músicos de un gran nivel que dan la talla en este redondo, caso de su ex compañero Matt Sinner al bajo, del batería Mel Gaynor (Bryan May, Gary Moore), del teclista Jimmy Kresic y del cada vez más protagonista en la escena hard rockera David Readman (Pink Cream 69) a la voz. Todos ellos consiguen un muy buen sonido de esencia clásica pero de calidad actual, conseguido de la mano de la producción del propio Alex y bajo la supervisión y mezcla del genio Dennis Ward que vuelve a conseguirlo una vez más. El disco se abre con la potente “Spewing Lies”, de poderosa base y virtuosas guitarras con la colaboración del hacha nipón Norifumi Shima (Concerto Moon), continuando con las más melódica y hard rockera “Desperate Heart” con un tufillo claro en su sonido y estructura compositiva al “Making Love” de Malmsteen, por supuesto con un gran solo adornado de curiosos efectos y con la voz de Readman a un tremendo nivel como en todo el trabajo. Suben un escalón en lo que a dinamismo y caña se refiere con “Kingdom Of The Blind”, con aires más próximos a Pink Cream 69, pero con algún sonido más experimental, convirtiéndola en una de las destacadas, al igual que la rockanrolera “Man And Machine” donde los coros sobresalen junto a un solo típicamente blackmoriano descansando sobre un buen colchón de teclas. Entramos en una fase más relajada con el medio tiempo “Master Of Illusion” con un ritmo más tendido y ascendente que dota de intensidad y calidez a las profundas guitarras de Alex y a la voz de David, continuando la misma línea en el inicio de “We’ll Never Learn” que gana en feelin’ con su afilada guitarra y profundos coros. Llegamos a otro de los puntos álgidos del CD con “Dream Of Eden”, plagada de buenas colaboraciones para dar forma a un gran tema en el que se mezclan potencia e intensidad con aires relajados y épicos de la mano de las teclas del sueco Richard Andersson (Majestic, Space Odyssey) sirviendo de telón para un espectacular dueto a cargo de Readman y de Doogie White (Rainbow, Malmsteen, Cornerstone) y para la marcada base en la que participa el gran Rudy Sarzo al bajo. Se mantiene el nivel con “Heaven Can Wait” cercano al medio tiempo de cadencia blues, de rotundas guitarras y batería, sinfónicas teclas, y en la que la voz aparece algo ronca y se espesa un poco, para volver a animarse en “Angels Will Cry” donde vuelven los agudos y los toques barrocos con algunos cambios de ritmo. La originalidad de los evocadores sonidos orientales nos lleva hasta “Enter My World Of Darkness”, de atmósferas más densas y oscuras, para poner el punto final con la inevitable instrumental “White Lady Requiem” en la que el protagonista de la obra da rienda suelta a sus desarrollos en sus más de seis minutos desde un inicio relajado puramente Rainbow, acelerando hacia sonidos neoclásicos, con un pequeño guiño al himno alemán, e incluyendo algún guiño psicodélico. Un buen tema, para cerrar un disco realmente interesante que todo lo que le falta de originalidad le sobra de calidad. El inflijo Rainbow sigue presente.
Mariano Palomo

ESTURIÓN “Pasado, Presente y Futuro (1987/2008)”

(www.hispaniametal.com)

Buenas noticias, por partida doble. Primero, el regreso a nivel discográfico de los vallecanos Esturión, quienes, pese a no haber estado nunca disueltos, llevan la friolera de trece años sin editar nada nuevo. En segundo lugar, la aparición del nuevo sello Hispania Metal, con un nombre que deja bastante clara cuál va a ser su línea de actuación. En estos tiempos de crisis galopante no deja de ser extraordinario que alguien siga apostando por el rock patrio. Pero volvamos con Esturión, quienes a finales de los 80 demostraron que el rock callejero y la calidad eran perfectamente compatibles aunque bandas mucho más famosas sigan empeñadas en hacernos creer lo contrario. La fórmula que han elegido para volver al mercado del disco es, para abrir boca, un recopilatorio con tres canciones nuevas, pero no es una recopilación convencional. Aunque hay once cortes extraídos de sus tres primeros discos oficiales, lo más interesante es la recuperación de temas editados pero imposibles de encontrar. Tanto el maxi con el que arrancó su carrera, como canciones que aparecieron en recopilatorios, así como una que en su momento se grabó pero quedó inédita, “El Concierto”. Para los fans de la banda es una ocasión única de conseguir un material que muchos no sabíamos ni que existía. Si juntamos lo reciente con las rarezas suman 10 temas, lo que ya resulta un disco nuevo, que totaliza 21 cortes con los once que antes decíamos. De los tres actuales podemos decir que siguen en la línea de toda la vida. “Ponlo Todo del Revés” y “Si Te Sientes Solo” son cañeros y vacilones, mientras “Soledad” lleva un aire más bluesero. De las canciones recuperadas del olvido quizá la más destacable sea la versión original de su composición más conocida, la gran “Chicas de Mala Fe”. Aunque un poco diferente, es igual de buena que la que vino en su primer larga duración, “Vicio”. En cuanto a las que componen la recopilación propiamente dicha, como siempre habrá quien no esté de acuerdo con meter un determinado tema y dejar fuera otro. Personalmente, habría incluido “Baila y no Pares”, que es de mis favoritas, y también de nuevo “Chicas de Mala Fe”, para poder comparar mejor las dos versiones. Pero esto, como en todo, va en gustos de cada uno y no se puede contentar a todos. El resultado final está realmente bien, y esperamos que sirva de trampolín hacia una mayor actividad en directo. Creo que encajarían de maravilla en el próximo Leyendas.
Nacho Jordán

WARCRY “Revolución”

(Avispa)

¿Revolución, involución, cambio de rumbo, o simplemente imposición por parte de alguien? Es la pregunta que me surge después de escuchar esta nueva entrega de la banda del vocalista Víctor García. Y digo la banda de Víctor García porque tras la salida del batería Alberto Ardines, actualmente con su proyecto Sauze, el recio cantante es el único miembro fundador de la banda que continua en la misma retocando su alineación una y otra vez. En esta ocasión son el guitarrista José Rubio y el experimentado batería Rafa Yugueros los que se incorporan al grupo sustituyendo a Fernando Mon y al mencionado Ardines respectivamente, además de reducirse a quinteto con la salida del teclista gallego Manuel Ramil (también en Sauze), y con la continuidad de los otros dos Garcías, el guitarrista Pablo y el bajista Roberto. Una vez presentados los protagonistas de la obra, vamos con el contenido de la misma. Lo primero que hay que decir es que se olvidan prácticamente por completo del power metal épico y machacón al que nos tenían acostumbrados a base de himnos cantables a voz en grito y de composiciones pomposas, dando un toque más crudo y básico a su sonido, algo similar a lo que ya apuntaron en “¿Dónde Está La Luz?”, y en el que algo ha tenido que ver la producción, mejorable en mi opinión, de Natxo Liberty y José Lastra y la masterización de Tom Baker. Sencillamente creo que se han complicado menos la vida, han compuesto temas más asequibles, con un sonido de guitarras más clásico y rockero y con mucho menos presencia de teclados y de arreglos instrumentales que quedan relegados a un muy segundo plano. Se inicia este “Revolución” con la sencilla y algo embarullada “La Ultima Esperanza” en la que mezclan guitarras limpias y saturadas a ritmo de heavy clásico, secundada en la misma línea por la más elaborada y entrecortada “El Cazador”, bajando un poco el ritmo en “Nada Como Tú”, más melódica, rozando el medio tiempo, dejándose ver los teclados y con un buen solo de guitarra. Con “La Carta Del Adiós” aparecen los Warcry más habituales, con su power metal melódico de toque épico y guerrero y donde más a gusto encuentro a Víctor que, por otra parte creo que está bastante flojo a la mayoría del disco. Baja el pistón a continuación con las desgarradas “Invierno En Mi Corazón” de buenas guitarras y suaves cambios de tiempo, y con la intensa power ballad “Coraje” de nuevo con un gran solo y con la voz bastante rota. Empiezan a acelerar poco a poco con la más moderna “La Prisión Invisible” con su ritmo entrecortado y sus melódicas líneas vocales, que continúan en la sentida “La Vida En Un Beso” que comienza como balada y acaba rompiendo y mejorando con un afilado solo que la acelera. El final es más hard rockero y se dinamiza bastante con la sencilla “El Camino” a la que le falta algo de chispa pero que muestra la senda para la guitarrera “Absurda Falsedad” en la que vuelven a aparecer las teclas con buen criterio, al igual que en la sólida “Devorando El Corazón” en al que se me viene a la cabeza la imagen de Rainbow, o en la final “Abismo” de temática más oscura y en la que lucen más los instrumentistas con algún que otro guiño progresivo. Como decía al comienzo, ni más ni menos que la nueva orientación que Víctor García ha querido darle a su banda, a mi sin enamorarme no me ha disgustado, pero tengo la sensación que muchos de sus jóvenes seguidores echaran de menos a los Warcry más coreables. ¿Cuestión de madurez o cuestión de desgaste?
Mariano Palomo

martes, 11 de noviembre de 2008

WICKED ARTICLE “The Calm Before The Storm”

(Musice)

Curiosa y variada propuesta musical la que nos ofrecen desde Valencia los chicos de Wicked Article. Una formación joven pero experimentada en otras aventuras y que ahora pone en circulación su primer larga duración en el que dentro de sus diez cortes sus cuatro miembros plasman su amplio espectro de preferencias musicales. Desde el hard rock con toques funkies de “Our People” que se encarga de abrir el disco con protagonismo para el bajista Dani Moure, nos encontramos con un trabajo bien hecho, original y fresco, aunque con algún que otro altibajo. Temas remarcables, como el medio tiempo “Train Come” a ritmo de blues sureño con la rotunda voz de Dai Berenguer que también se encarga de las guitarras rítmicas y acústicas, la cañera y hard rockera “Masquerade” de nuevo con Dai destacando junto a unos buenos coros y al solo del guitarrista Chris Perpiñá, la rockanrolera y dinámica “Wicked Jimmy” tan sencilla como efectiva, o la intensa balada “So Long” en el que vuelven los aires sureños reforzados por toques de hammond. Muestran también sonidos más actuales y saturados en otros cortes como “Disease” con unos curiosos cambios de ritmo cortados por la batería de Gorio Torres, en “The Calm Before The Storm” recordándome a Nickelback destacando su buena percusión, o en la más floja y oscura “Inside The Outside”. Para completar el disco pican en sonidos más propios del brit pop dándole una vuelta de tuerca más rockera en “To Give You Up”, y lo cierran definitivamente con “I Believe In Miracles” recordando a los Ramones con su sonido garajero y chirriante. Un Buen disco, sin excesivos alardes, pero con buenas piezas que disfrutar.
Mariano Palomo

viernes, 7 de noviembre de 2008

SYMPHONITY “Voice From The Silence”

(Limb Music / Diversity Media)

Desde la República Checa llegan buenas noticias para los seguidores del power melódico. Se trata del lanzamiento del segundo trabajo de los chicos de Symphonity, que a pesar de su dilatada experiencia en bandas locales apenas empiezan a tener repercusión a nivel continental con esta entrega. Como aliciente extra en el disco encontramos la participación del ex-vocalista de Dionysus y Luca Turilli, Olaf Hayer, volviendo a mostrar su clase y poderío a la garganta. El nivel instrumental del resto de componentes del grupo no le va a la zaga y muestran un buen gusto y eficacia reseñables, desde la versatilidad del guitarrista y fundador Libor Krivak, hasta el virtuosismo del teclista Ivo Hofmann, pasando por el poderío y técnica del bajista Tomas Celechovsky y del batería Martin Skaroupa. El inicio épico con la intro orquestal “La Morale Dell Immoralle” nos lleva directamente hasta la cañera y acelerada “Give Me Your Hand” en la que la influencia de Stratovarius queda más que patente con sus juegos barrocos de guitarras y teclas sobre una marcada base de bajo y batería. Sigue la línea, aunque algo más directa con “Gates Of Fantasy” un tema reseñable por su mayor originalidad en los coros, y en las puramente power metaleras “Bring Us The Light” donde la melodía de las guitarras comparte primer plano con el doble bombo marcando un tempo más lento, y en la más acelerada “Salvation Dance” en la que recuperan la velocidad de pegada. A continuación una curiosa trilogía bajo el nombre de “The Silence”, con una primera parte, “Memories”, a modo de introducción instrumental lenta y melancólica, seguida por la profunda y extensa “In Silence Forsaken” donde juegan con más cambios de ritmo mostrando una vena más progresiva, sobre todo por parte del guitarrista Libor, y rodeada de unos atormentados coros. El final casi anecdótico a la trilogía lo pone la breve pieza narrativa con piano de fondo “Relief Reverse”. Tras esta incursión en terrenos más oscuros e intrincados, vuelven los ritmos más alegres con “Searching You” de claro estribillo y guitarras hard rockeras, aunque con bases y arreglos más heavies convirtiéndose en una de las más interesantes del trabajo, secundada por la más frenética “Evening Star” que arranca muy bien, pero que acaba haciéndose un poco pesada y machacona en sus más de ocho minutos de duración. El final en teoría debería ponerlo la breve instrumental casi inapreciable “Afterlife” que no llega al minuto, pero la pista tiene sorpresa ya que se alarga y tras casi otro minuto de silencio nos encontramos con un tema escondido a modo de bonus no anunciado y que resulta ser de lo mejor del disco, probablemente titulado “Anytine” de ritmo alegre, cañero y contundente, más heavy con unas guitarras y voces más rasgadas y con unos curiosos y casi psicodélicos arreglos de teclas. Un buen y sorprendente final para un más que correcto disco que puede llenar parte del hueco que dejaron hace tiempo los “Timos” finlandeses y hablar de tú a las formaciones consagradas del género.
Mariano Palomo