lunes, 28 de julio de 2008

ROSS THE BOSS “New Metal Leader”

(AFM / Avispa)

Parece que el que fuera guitarrista en la etapa más temprana y gloriosa de Manowar echa un poco de menos a la banda que le dio a conocer y aparece en escena con este nuevo proyecto en solitario. Un proyecto que ha quedado plasmado en este primer CD bajo el “modesto” título de “New Metal Leader” y en el que además de encontrar bastantes referencias a la banda de De Maio y compañía, hallamos otros sonidos más variados siempre dentro de un espectro bastante clásico del metal y el rock. El inicio con la intro “I.L.H.” y las subsiguientes “Blood Of Knives” y “I Got The Right” nos transportan a los primeros tiempos de Manowar, con sus bases machaconas, sus estribillos épicos y llegaderos y sus coros sencillos y efectivos. Pero todo ello por debajo del nivel de los primeros trabajos de los americanos, salvo las guitarras de Ross que no se le ha olvidado tocar en absoluto tras su estancia junto a los Dictators y otras aventuras. El que menos consigue alcanzar el nivel deseable es el vocalista Patrick Fuchs, que se defiende bien en los tonos medios y bajos, pero que roza el ridículo en los agudos más altos, y eso que se dedicaba a hacer versiones de los temas que cantaba Eric Adams del que está a años luz. Mejora en “Death & Glory”, una dinámica composición donde bajo y guitarra marcan el ritmo en una estructura más sólida con un riff que recuerda mucho al del “Freewheel Burning” de Judas, y sobre todo brillan con la más clásicamente ochentera “Plague Of Lies” que destila heavy rock con sus buenos riffs, claro estribillo y su enorme solo de guitarra. Por esa onda, pero más fiestera, se mueve “May The Gods Be With You”, que a pesar de su título no tiene nada épica y está llena de hard rock sencillo y vacilón a lo Twisted Sister y en la que toda la banda ralla a muy buen nivel. Un escalón por debajo podemos situar a la más “casposa” “Matador” en la que el heavy ochentero underground se hace presente en pleno siglo XXI y con un curioso y currado final de guitarra flamenca en clara referencia a nuestra tierra. El resto es bastante Manowar, aunque con algún matiz, como en la más pesada “Constantine’s Sword” con unos riffs que recuerdan a unos Pantera algo más suaves que no mitigan los chirriantes chillidos de Fuchs, o en “God Of Dying” con sus cabalgadas de mástil y su estribillo épico pomposo, en “We Will Kill” con su ambientación más oscura y de nuevo con gran solo de Ross, o en la final “Inmortal Son”de inicio y final lento y acústico con una parte central con buenos cambios de ritmo marcados a base de bajo. Un disco en definitiva que nos devuelve en cierto modo parte de la historia de Manowar, pero en el que curiosamente los temas que más me han gustado son los que menos recuerdan a la banda de Nueva York, pero ya me han saturado mucho. Quizá Ross The Boss con su mayor variedad estilística y su enorme calidad como guitarrista que conserva intacta consiga seducirme más que su ex compañeros, de momento se ha quedad un poco a medias.
Mariano Palomo

DESTRUCTION “D.E.V.O.L.U.T.I.O.N.”

(AFM / Avispa)

Tras la regrabación de sus clásicos en su anterior entrega “Thrash Anthems”, vuelve este guerrillero trío germano para ofrecernos diez nuevos trallazos de puro thrash metal centroeuropeo, bien ejecutado, poderoso y más pulido técnicamente de lo que en ellos había apreciado hasta la fecha. Este “D.E.V.O.L.U.T.I.O.N.” (Iniciales de cada uno de los temas del disco) nos muestra la agresividad y potencia de siempre de Destruction, pero con un toque más melódico y asequible para los menos iniciados en los sonidos más duros. El inicio con el tema título “Devolution” no puede ser más potente y directo, tras un inicio lento rompe frenéticamente para estallar en nuestra cara a base de buenos y convincentes estribillos y una solidez de la que siempre han hecho gala los alemanes. Otras de las destacadas son “Last Desperate Scream” con su sencillo y efectivo ritmo donde destacan los coros y estribillo, tan fiera como limpia, al igual que “The Violation Of Morality” con una agresividad basada en sus buenas guitarras y sólida base; “Odyssey Of Frustration” igualmente clara en su instrumentación y directa en su voz. Ralentizan el ritmo, que no la intensidad ni la fuerza en “Elevator To Hell” trufada de matadores riffs, en la más oscura y tenebrosa “Vicious Circle-The Seven Deadly Sins” que se dinamiza en su parte final, o en la poderosa “Offenders Of The Thorne” en la que Schmier rompe más su voz, mientras las guitarras de Mike y la batería de Marc suenan limpias y rotundas como en todo el desarrollo del disco. Algo más machaconas son “Urge (The Greed Of Gain)” en la que se suavizan las voces sobre un ritmo más acelerado, o en la final “No One Shall Survive” con buenas guitarras y voces rotundas. Sin conocer demasiado la trayectoria de Destruction, de hecho empezaron a llamarme la atención hace un par de años tras presenciar su arrolladora descarga en el extinto Rockzinante Excalibur Festival, creo que podemos estar ante uno de los mejores trabajos del grupo y sin duda de lo más interesante que he escuchado del estilo últimamente. Buen disco.
Mariano Palomo

JUDAS PRIEST “Nostradamus”

(Sony BMG Music)

Tras la reentré de Halford en su banda nodriza con un buen disco como fue “Angel Of Retribution”, la formación de Birmingham encaraba uno de sus proyectos más ambiciosos y complejos. Nada más y nada menos que una obra conceptual basada en la vida y obra del médico, filósofo y sobre todo profeta francés Michel de Nostredame que se desarrolla en el siglo XVI. No es nueva esta experiencia dentro del hard rock ya que el fenómeno búlgaro Nikolo Kotzev ya hizo algo parecido hace unos años rodeándose de grandísimos músicos, y en cierta manera en cuanto a ambientes y evidentemente en cuanto a temática, podrían asemejarse ambos proyectos. Pero centrándonos en este que nos ocupa actualmente, que nadie espere un disco de Judas Priest al uso, evidentemente la esencia y los detalles de los británicos están presentes, abarcando sonidos de muchas de sus etapas, pero con una estructura y desarrollo completamente distinto a lo que nos tienen acostumbrados. Una obra conceptual, prácticamente sin interrupciones con una continuidad que invita a sentarse tranquilamente y disfrutar de la trabajada entrega que se han marcado sus autores, y cuya escucha recomiendo acompañar de la lectura de sus letras, más aun si se dispone de la edición especial en digibook a tamaño natural magníficamente presentada y terminada. Comienza la historia tras la misteriosa intro “Dawn Of Creation” con la potente “Propehcy” a base de pesados y contundentes riffs que podrían indicar una continuación de la anterior entrega en estudio del grupo y que ya hemos podido comprobar que funciona bastante bien en directo. Se baja el pistón con “Revelations” donde sobresalen las guitarras sintetizadas, con un ritmo de batería muy marcado con aires “Turbo”, aunque con la voz de Halford más cortada y seca y en unos tonos medios de los que no se aleja prácticamente en todo el trabajo, y con unos cambios de guitarras acústicas y eléctricas interesantes pero algo artificiales y discontinuos alargando el tema en exceso. Se oscurece el ambiente con “War” más orquestal y profunda, con la voz acompañada de los redobles de Travis marcando un ritmo más épico e inquietante que acompañan de arreglos más pomposos, aunque algo falta de dinamismo, batalla de espadas incluida. Tras dejar el campo de batalla con “Sands Of Time” a modo de puente acústico la atormentada voz de Halford se apodera de la más contundente “Pestilence And Plague”, donde lucen las guitarras de Tipton y Downing que hacen un trabajo enorme a lo largo de todo el disco, bien secundados por los arreglos de cuerda de Pete Whitfield y del mago de las teclas Don Airey, creando una buena e intensa mezcla, y coronado por algunas estrofas en italiano. Se baja más aun el ritmo que marcan las oscuras campanas que dan paso a “Death”, una composición pesada y espesa, con ritmos cercanos al doom y que se me hace excesivamente larga, para mejorar con la más épica “Conquest” siempre con los teclados de Airey de fondo dando cuerpo a las guitarras reconocibles de la pareja de hachas del grupo y a la profunda voz de Rob, que se luce más en la intensa balada “Lost Love” mejorada por un buen solo pero algo monótona. El cierre al primer CD, de los dos que componen la obra, lo pone “Persecution” en clave más poderosa dentro de un corte que va creciendo para convertirse en uno de los destacados con un estribillo directo marca de la casa, un buen solo a lo “Painkiller” y buenos arreglos de órgano. El segundo volumen se inicia de forma triste y melancólica con la intro “Solitude” sucedida por la ambiental “Exiled” que sigue la misma línea, con una voz más apagada que va creciendo y con unas guitarras interesantes que recuerdan a la primera época de los Judas, al igual que en la intensa “Alone” que se inicia muy tranquila que crece sobre todo gracias su gran estribillo en el que Halford muestra un buen nivel subiendo, aunque al final se hace algo larga con una parte más sinfónica. Vuelve el sonido más cañero con “Visions”, en la que sus riffs machacones sintetizados recuerdan algunos momentos de “Ram It Down” y donde juegan con los tiempos insertando algún registro más lento que se acentúa en la breve y algo sosa “Hope” que a base de acústica y piano nos lleva hasta “New Beginnings” que va creciendo desde su atmósfera épica y evocadora para romper en un sonido más crudo donde destaca una de sus estrofas más altas. Nuevo breve puente acústico y algo psicodélico con “Calm Before The Storm” para llegar al tema título “Nostradamus” que hace honor a su calidad de tal y se presenta como uno de los más destacados con su gran intensidad y buen estribillo dentro de una composición en la que se mezclan la base típicamente Judas con guitarras muy “Painkiller” y los arreglos operísticos dando como resultado un poderoso tema. El cierre definitivo lo pone en clave claramente descenderte y casi agónica con la extensa “Future Of Mankind” con riffs muy claros, guitarras destacadas, y con la inclusión de una estrofa final en francés en clave gutural y casi de ultratumba para sellar la obra de Nostradamus. Particularmente me ha parecido un gran disco, no está entre mis cinco favoritos de Judas Priest, pero creo que el secreto para sacarle todo el jugo está precisamente en considerarlo un disco paralelo, un proyecto aparte de los cinco músicos configuran la banda, y olvidarse de lo que han hecho hasta ahora, y que seguramente no volverán a repetir. Yo lo estoy disfrutando más con cada escucha, seguramente habrá gente que como yo sean fanáticos acérrimos de Judas y que a la primera escucha hayan desistido, humildemente os recomiendo que le deis más oportunidades, creo que lo merece.
Mariano Palomo

MÖTLEY CRÜE “Saints Of Los Angeles”

(Moltey Records)

Tras muchas idas y venidas, proyectos paralelos, giras de reunión y lanzamientos en directo, ocho años después del ya lejano “New Tattoo”, tenemos entre nuestras manos nuevo material en estudio de una de las bandas más carismáticas y macarras de la escena hard rockera angelina que desde principios de los ochenta llevan marcando el camino de innumerables grupos que han seguido sus pasos. Además vuelven con un disco rotundo, compacto y bien trabajado, en el que reconocemos a los Crüe de siempre pero actualizando su sonido con un barniz más actual si perder en exceso su esencia guitarrera y su actitud descarada y desafiante. Los cuatro elementos originales de la banda han puesto lo mejor de sí mismos para dar forma a los trece cortes que conforman este “Saints Of Los Angeles”, y me da la impresión que Nikki Sixx ha tenido mucho que ver una vez más en el sonido del disco, con su marcado protagonismo en la composición sobre todo en los detalles más innovadores tan del gusto del bajista. En cualquier caso la guitarra de Mick Mars sigue sonando cruda y rotunda, Tommy Lee continua con su tremenda pegada en los tambores y Vince Neal ofrece su mejor versión vocal. El inicio con la intro “L.A.M.F.” a lo “Shout At The Devil” pero más moderna nos lleva a la enérgica y rotunda “Face Down The Dirt”, no excesivamente brillante pero más que correcta para abrir fuego, para volverse más originales y rockeros con “What’s Gonna Take” con ciertos ramalazos power pop y curiosos sonidos de guitarra mezclando wa-wa, ecos y riffs huecos. La vena macarra y fiestera sale a relucir a continuación con “Down At The Whisky” llena de dinamismo con su estructura sencilla y directa con su ritmo machacón marcado por el aporreador Tommy Lee, muy parecido a lo que sucede más adelante con “Chicks = Trouble” que nos lleva a los tiempos de “Girls, Girls, Girls”, con la final “Goin’ Out Swigning” donde se aceleran sobremanera y que tiene pinta de ser uno de los temas elegidos para el directo, o con la más actual y algo punkarra “White Trash Circus” que es algo más difícil de asimilar a la primera. Algo que por fortuna no sucede con el tema título y primer single “S.O.L.A.”, un tema compacto, directo, potente, con buenas voces y en la que el aura de la época “Dr. Feelgood” se hace presente algo actualizada con sus grandes guitarras y rotundas bases. Un peldaño por debajo podemos situar en la misma línea a la agresiva y más pesada “Welcome To The Machine”, la más enrevesada y curiosa a lo Sixx en solitario “Just Another Psycho”, la irreverente y cruda “Mutherfucker Of The Year” en la que las voces suavizan sus modernas bases, o la más potente y algo decadente de tremendas bases y buenas guitarras “This Ain’t A Love Song”. Algo desubicada queda “The Animal In Me”, que sin ser un mal tema se queda en la intención a medio tiempo, sin acabar de brillar con su aire algo melancólico. En resumen un buen disco, mejor de lo que suelen sacar últimamente muchos grandes nombres que viven de las rentas, y que ya estamos deseando ver presentado en directo por Europa y esperemos que también por España, de momento nos conformaremos con Vince Neil en diciembre.
Mariano Palomo

viernes, 4 de julio de 2008

HARDREAMS “The Road Goes On...”

(Perris Records)

Los catalanes Hardreams son un claro ejemplo de superación dentro del complicado mundo del rock, y no digamos del rock melódico, en España. Hemos visto como a principios de este siglo XXI surgieron en nuestro país un puñado de formaciones de gran calidad y que prometían realmente mucho dentro del hard melódico y el A.O.R., Nexx, Eden Lost, Golden Farm, Ice Blue, 91 Suite, o los propios Hardreams. De todos ellos apenas se sabe nada, unos totalmente disueltos, otros que no encuentran su camino, y finalmente los que nos ocupan que han tirado para delante y han publicado recientemente su segundo CD completo y oficial tras sus anteriores entregas “Wings Of Fire” (demo de cuatro temas de 2001) y “Calling Everywhere” de 2004. Han tenido que pasar cuatro largos años para que este “The Road Goes On...” vea la luz a través de la compañía norteamericana Perris Records, sin apenas difusión en España y con el propio grupo ocupándose de la promoción del mismo. Algo que seguramente hará que llegue a menos sitios, pero más indicados para que el público conozca esta obra que merece muy mucho la pena. Se nota una evolución y una mejoría palpables respecto a su anterior disco, bastante digno, pero mejorado en todos sus aspectos (producción, composición, interpretación, etc.), con la base de la banda que sigue siendo la misma desde su origen hace ocho años. Manu Esteve muestra carácter y categoría en sus desarrollos vocales, sin grandes alardes ni subidas estratosféricas, si llena muy bien su parcela, dando respuesta a la gran labor de David Agüera con su guitarra que, aunque podía tener algo más de fuerza en algunos pasajes, se marca unos solos y armonías resaltables. La base rítmica formada por Sergi Hormigó (batería) y Víctor Muiño (bajo) sigue mostrándose sólida y compenetrada con la experiencia que dan los años juntos, algo que parece no le ha hecho falta al nuevo teclista Sergi Segarra que se revela como un destacado instrumentista con gran protagonismo a lo largo del trabajo. El sonido del disco abarca desde el hard melódico al puro A.O.R., mucha melodía, buenas voces y composiciones que recuerdan a los clásicos del estilo. El inicio con “Apologies” es bastante A.O.R., algo falto de garra para abrir fuego, pero con buenas voces y guitarras con algunos cambios de ritmo de aires FM, para dar una vuelta más rockera en la siguiente “Bad Times Are Gone” donde las influencias de Gary Hughes y sus Ten quedan patentes dentro de un desarrollo más alegre típicamente británico. Por la misma senda se mueve “Rebel Heart” algo más cañera pero igualmente melódica, con unos muy buenos coros y teclas, sencilla pero bien acabada. Se relaja algo el tempo con “My Last Desire” con un ritmo más pausado en la que dentro de su cadencia menos viva destaca un buen y extenso solo de guitarra de David, para volver a la claridad y la alegría con “Little Sinner Queen”. “We’re One” es el tema más lento del disco, una buena balada de aires Journey - Bon Jovi que no pierde intensidad sobre todo por las buenas guitarras que sobresalen sobre el piano de Sergi Segarra y las percusiones de Sergi Hormigó. Se endurece el tema con “Too Late” sirenas incluidas, para dar cuerpo a un tema más puramente hard rock clásico (Jorn, Whitesnake), y donde comparten protagonismo teclas y guitarras, al igual que en la más a medio tiempo “Someday Somewhere” donde con su ritmo más apagado hay más lugar para el lucimiento instrumental. Se desmarcan con ritmos cercanos al blues y al rock sureño con “I’ll Say Bye Tonight” manteniendo la base de hard melódico a lo Tangier e incluso con retazos cercanos a Alannah Myles, y vuelven al A.O.R. fiestero y directo con “Two Shots” con las teclas dotando de dinamismo al corte junto a unas buenas guitarras, dentro de una composición estándar que podría pertenecer a cualquiera de las bandas nacionales citadas en el inicio. El cierre lo pone el tema que da título al CD “The Road Goes On”, una pieza lenta con toques acústicos de ambiente algo melancólico y que en una sus estrofas recuerda demasiado al “Promise Her The Moon” de Mr. Big, algo que no esta mal pero que llama mucho la atención. Buen cierre para un muy interesante trabajo que esperemos que tenga la suerte que merece. Con respiración asistida, pero el A.O.R. y el hard melódico parece que aun sobreviven en España.

Mariano Palomo

jueves, 3 de julio de 2008

CRIMES OF PASSION “Crimes Of Passion”

(Vigilante Music / Avispa)

Interesante irrupción en la escena rockera británica de esta joven formación que en estos días nos ofrece su homónimo debut discográfico. Once cortes que amalgaman un buen compendio de sonidos rockeros que van desde la NWOBHM, hasta el rock más actual, pasando por el hard rock melódico. Todo ello con un sello propio y un sonido bastante potente y limpio, bien guiado por la personal voz de Dale Radclife. Una voz a veces atormentada, otras más limpia y directa, pero en general muy correcta, al igual que la labor de sus compañeros, el guitarrista Andy Lindsay que tan pronto se marca buenos y claros solos como satura a base de distorsión, el bajista Kris Hudson Lee que no pasa desapercibido pero que ha sido reemplazado por Simon Fearn, y el efectivo batería Kev Tonge. Tras la intro “A Thousand Strong” atacan con “The Me I Lost” de voces sintetizadas y aires modernos en su inicio y algo repetitiva con sus duras y potentes guitarras, me recuerda ligeramente al sonido del “Chemical Weding” de Bruce Dickinson. Más o menos en las mismas tesituras se mueve “God Made Me Your Angel” con algo más de intensidad y un destacable solo de Lindsay, para mejorar notablemente a partir de aquí con la poderosa y melódica “Unbreakable” que recuerda algo a Dream Evil por su frescura y potencia guitarrera mezclada con buenas melodías de voz. Sigue el buen nivel con la más clásica “Fight You On My Own” que podría encajar perfectamente en los discos de Sandalinas, con esos aires ASAP que tanto gustan al guitarrista catalán, y que se convierte en una de las destacadas, con la participación de Tony Mills (Shy, TNT) en los coros. Hecho que se da en las dos anteriores y en la también resaltable “Exit Wound” de aires heavy ochenteros americanos a lo Fifth Angel / Leatherwolf donde se deja notar el bajo marcando el tempo de este corte en el que se mezclan magníficamente caña y melodía, y en la más directa y dinámica “Die Alone” en la que la sombra de la NWOBHM es mucho más alargada con su sencillez y efectividad a base de estribillo fácil y claro. En primera instancia bajan un poco la nota “Pretty In Blood” y “Breathless And Beautiful” por sus desarrollos algo desconcertantes y discontinuos con guitarras más chirriantes en la primera y con su pesada base en la segunda, aunque ganan bastante a base de escuchas. Algo que también me sucede aunque en menos medida con los dos cortes que menos han convencido “Where No-One Speaks Your Name” con su inicio oscuro y pesado que se va acelerando de manera embarullada y con un curioso cambio de ritmo más lento en su parte central, y la final “Dream Of Me” que comienza en clave de balada pero que se va agriando a base de saturar la guitarra y de su agresiva estrofa que contrasta con su ritmo más lento en general. Un cierre no excesivamente brillante para un disco que sin embargo contiene unos interesantísimos temas y sobre todo unas muy buenas intenciones a base de actualizar el sonido clásico del heavy metal británico, pero sin pasarse.

Mariano Palomo